Cuartoscuro
En México, tiendas departamentales, supermercados y tiendas de autoservicio han sido escenario de diferentes accidentes y actos delictivos, en los que la investigación de las autoridades se perfila siempre hacia factores externos, pero no en sanciones específicas para las tiendas.
El asesinato de Angélica Trinidad Romero Severiano, empleada de Liverpool quien fue encontrada muerta dentro de las instalaciones de la tienda en la sucursal del Centro Comercial Perisur el pasado 16 de noviembre, despertó dudas por el tiempo que la tienda tardó en notificar los hechos, así como por el resultado de la investigación de las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), que tuvo como resultado la detención de Marco Antonio Ochoa Almazán, quien presuntamente sostenía una relación sentimental con la víctima y a quien se acusó de haberla ahorcado.
Alrededor del caso han surgido elementos que han hecho dudar de la versión oficial a familiares y colectivos feministas que plantean que Liverpool intenta encubrir un feminicidio con el fin de que sus ventas no se vean afectadas.
Con argumentos como negligencia, crimen pasional o factor externo, empresas han salido ilesas legalmente de accidentes que ocurrieron dentro de las instalaciones. Las noticias han quedado registradas en medios locales o como denuncias en blogs.
Omar Robles, primo de Angélica, ha denunciado en diferentes ocasiones que el personal jurídico de Liverpool ha pretendido detener las investigaciones. Expuso que el cuerpo de Angélica mostraba marcas de golpes, principalmente en la cabeza, “sin embargo los directivos de la tienda, lejos de llamar a las autoridades iniciaron una serie de turbias maniobras para tratar de deslindarse del crimen”.
Además, Omar asegura que “Liverpool no quiere presentar las cámaras de vigilancia porque no termina de pasar la denuncia ni la orden”.
Al tema se sumó la participación del médico Mariano Espinosa, quien certificó la muerte por infarto y no por asfixia de la empleada; la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal también giró una orden de localización y presentación en su contra.
SORIANA
En 2013, en una sucursal de esta tienda en Pachuca, Hidalgo, Elizabeth Pérez Filomeno de 29 años, murió al quedar prensada del brazo derecho en una máquina amasadora; trabajaba en el área de panadería.
Según información del cuerpo de bomberos, no sólo fue la mano la que quedó dentro de la máquina sino casi todo su cuerpo.
Ante este hecho, sólo se emitió una recomendación por parte de Protección Civil hacia los empleados y se adjudicó el problema a un descuido de Elizabeth, dejándose de lado la posibilidad de investigar alguna falla en la máquina o la falta de capacitación de Soriana a sus empleados.
Soriana es la segunda cadena de tiendas de autoservicio más grande en México. También en 2013, llevó a un grupo de trabajadores (no mayores de 34 años de edad), a una capacitación contra incendios; sin embargo, el ejercicio se salió de control y tuvo como resultado la muerte de tres empleados y 13 con heridas graves y quemaduras en la totalidad de su cuerpo.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) expuso que dos de estas personas quedaron incapacitadas de manera permanente. Algunos afectados levantaron demandas contra Soriana; según sus testimonios, la cadena les ofreció indemnizaciones menores a los 400 mil pesos.
Otra caso se dio en Soriana Polyforum en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. La señora Blanca Enith Navarro Rodríguez fue picada por un insecto que se encontraba dentro de la jamaica que se vende a granel. La clienta se dirigió a servicios médicos de la tienda pero, por ser domingo, no había doctor que la pudiera atender de manera inmediata.
Acudió a servicios médicos externos, que solicitaron se revisara de inmediato el producto para ubicar el tipo de insecto y proceder con el tratamiento adecuado para la señora. Los empleados de Soriana se negaron, incluso ante la presencia de un abogado y de un representante de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), a dar respuestas.
La señora Blanca, de 64 años, entró en estado de coma y falleció siete días después por la picadura de un alacrán.
COPPEL
El 10 de noviembre de 2010, se registró un incendio en una tienda Coppel en Culiacán, Sinaloa, en el que murieron seis trabajadoras que realizaban un inventario. Según autoridades de Protección Civil, el fuego fue causado por un cortocircuito que se alimentó con artículos de la tienda como llantas, muebles y objetos de plástico.
Las víctimas, todas mujeres menores de 36 años de edad, informaron sobre el incendio, pero no pudieron salir de la sucursal ya que las puertas y ventanas estaban cerradas por fuera.
Familiares de las víctimas manifestaron que era una práctica común que los empleados y empleadas trabajaran encerrados durante los inventarios nocturnos; por su parte, Coppel argumentó que las empleadas sí tenían llaves, que podían salir cuando quisieran y que murieron por lo fuerte del incendio.
Según la información de medios locales, peritos de la Procuraduría General de Justicia de Sinaloa no lograron encontrar ninguna de las llaves, que según los ejecutivos del corporativo de la tienda aseguraron que las empleadas tenían en su poder.
OXXO
La cadena de tiendas que ofrece servicio las 24 horas del día tiene en medios locales del país tiene todo un registro de noticias sobre asaltos, en las que pueden leerse las agresiones que han sufrido sus empleados, que van desde golpes hasta balazos, algunos con resultados trágicos.
En 2008, empleados y ex empleados de la cadena en Tlaxcala pidieron la intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ya que aseguraron que eran objeto de explotación laboral, al trabajar hasta tres jornadas continuas sin descanso por el salario mínimo, lo que presuntamente provocó la muerte del empleado Jorge Alberto Castillo Castro, de 32 años.
Aunque el empleado falleció al ser embestido por un auto al salir de su trabajo, en la averiguación previa 995/20077Tlax-4 se estableció que en el estómago del trabajador había escasos restos alimenticios en proceso de digestión, lo que significa que casi no había comido en las horas previas.
Otros casos se han registrado por robo al cajero o de productos; en éstos, las líneas de investigación se limitan al móvil del asalto, pero no se especifica la indemnización que la cadena Oxxo paga a familiares de las víctimas.
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