Qué duda cabe que las redes sociales han ocupado un lugar cada vez más relevante a nivel social al punto que la mayoría de las empresas han adoptado medidas en este sentido. La mayoría de ellas utiliza estas herramientas para generar canales de comunicación hacia el exterior, como una vía de promoción y de posicionamiento de marca. Sin embargo, pocas empresas han adoptado estas redes para su uso interno y generar nuevas y mejores instancias de comunicación y transparencia.
Según un estudio realizado por Humanitas y la consultora Tomate sobre una muestra de 116 Directores de empresas en Chile -con una alta tasa de respuesta de parte de presidentes de directorio de grandes grupos económicos, empresas abiertas y cerradas- un 63% usa las redes sociales en forma personal o profesional.
El 40% declara que su empresa las usa para monitorear potenciales riesgos comerciales, y un tercio para saber de su marca en las conversaciones que se dan en estas plataformas. Asimismo, el 73% reconoce que en su empresa no existen criterios formales o políticas para los altos directivos sobre el uso de estas redes.
El que las redes no sean explotadas al interior de la empresa, es un tema que nos presenta una oportunidad de ubicarnos a la altura de países como Estados Unidos, donde los directorios utilizan software que garantizan la total confidencialidad y privacidad a través de los cuales los gerentes y CEO comparten cifras, documentos e información a los directores antes, durante y después de haber sesionado. Esto les permite a los directores conocer y compartir en forma anticipada y, posteriormente, comentar y tomar decisiones con la información en la mano. Instancias que se hacen aún más claves en la actualidad, en que casos como La Polar y Enersis han puesto el ojo público sobre el funcionamiento, transparencia y comunicación dentro de los directorios.
No hay que olvidar es que en este nivel en que la disponibilidad e inmediatez de la información puede hacer la diferencia al momento de tomar decisiones que decidan el futuro de la empresa.
Todo lo anterior, sin embargo, está muy lejos de nuestra realidad en Chile, ya que seguimos percibiendo a las redes sociales como un medio de comunicación hacia el público general y no como una herramienta que puede ser clave para aumentar la productividad no sólo hacia afuera, sino también al interior de la compañía.
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