
Si bien gran parte de los documentos enviados al TDLC no rechazan de plano la unión de estos gigantes, todos expusieron condiciones que, a su juicio, deben acompañar al proceso para que tenga validez y asegure que la nueva compañía no caiga en prácticas abusivas.
Bien a la chilena, la mayoría de las entidades que entregaron informes al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) sobre la fusión Falabella-D&S lo hicieron al filo del cierre. De esta forma, en un par de días, el expediente de la consulta presentada por las compañías creció en un tomo. Bien grueso. Nadie se guardó nada. Lo que más sobra: aprensiones.
Si bien gran parte de los documentos no rechazan de plano la unión de estos gigantes, todos expusieron condiciones que, a su juicio, deben acompañar al proceso para que tenga validez y asegure que la nueva compañía no caiga en prácticas abusivas, pese a que tanto los Solari-del Río como los Ibáñez, mediante sendos informes, de más de 90 páginas cada uno, negaron enfáticamente esa posibilidad.
La Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), preocupada por la unión de CMR con Presto, mencionó algunas medidas destinadas a privilegiar la libre competencia. Entre ellas, las más importantes fueron la aceptación de medios de pago en los establecimientos de la empresa fusionada distintos a los por ella emitidos; la no comercialización de productos o servicios mediante ventas u ofertas atadas al pago con tarifas emitidas por la nueva compañía o sus filiales o el otorgamiento de beneficios exclusivos por el pago de bienes o servicios mediante tales tarjetas; no requerir a otros comerciantes la aceptación exclusiva de los medios de pago emitidos por la Nueva Falabella o sus filiales u otorgarles condiciones comerciales por la aceptación de sus tarjetas que no se condigan con las de mercado imperantes en la aceptación de medios de pago; la no discriminación arbitraria a otros comerciantes en la afiliación a sus sistemas de tarjetas o en la condiciones comerciales de acceso a éstos; en los centros comerciales de cualquier tamaño que estén en el ámbito de influencia de la empresa fusionada, que no se disponga como requisito para la instalación de otros comerciantes la aceptación de sus tarjetas.
Proveedores
La Asociación Gremial de Industrias Proveedoras (AGIP) tampoco ahorró en sugerencias. Para la entidad, la misma fusión es un claro ejemplo de las barreras de entrada que hoy existen. Sin embargo, aprueba la operación, a menos que no se eliminen algunas prácticas como los precios bajo costo, “lo que sigue favoreciendo la concentración vía la destrucción de otros canales y pequeños competidores. Dado los locales y volumen de compra, la importación directa por parte del supermercado, de productos comercializados bajo el costo de producción en sus orígenes, produce un dumping de precios en el mercado local”.
Asimismo, la AGIP alertó sobre el grado de concentración supermercadista que se produciría en algunas comunas de concretarse la fusión, como Macul (100% de participación), Cerrillos (99%), La Reina (79%), Calama (77%), Arica (73%) y La Serena (66%). En todo caso, a nivel país, la AGIP sostuvo que “el nivel de concentración no es necesariamente sustancial, a condición que no existan, en la práctica, abusos de posición dominante y conductas anticompetitivas”. Por otro lado, sugirió la extensión a la nueva compañía del acuerdo que alcanzó hace unos meses con D&S, con el que cerraron disputas que arrastraban por años, que incluso hicieron que Enrique Ostalé, gerente general de la supermercadista, alguna vez acusara a los grandes proveedores de operar como un cartel.
La Asociación Gremial de Supermercados también consideró que la fusión no variaría sustancialmente el actual escenario de la industria, “atendido que la participación de mercado de Falabella es de aproximadamente un 4%. Sin perjuicio de lo anterior, resulta necesario que el tribunal evalúe la adopción de medidas para asegurar una competencia efectiva”.
El Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) puso hincapié en que la nueva compañía asegure igualdad de trato de consumidores en todo el país y no establecer diferencias en cuanto a servicios prestados, además de cumplir con mecanismos que permitan un oportuno y completo manejo de información sobre los créditos para los consumidores. A ello agregó la necesidad de “establecer restricciones a la empresa fusionada para el correcto uso de información personal de los clientes presentes en sus bases de datos”.
De todos modos, entre los 17 informes que llegaron al TDLC, hubo varios que rechazaron categóricamente la operación. Algunos, como el de la Asociación de Químicos Farmacéuticos de Farmacias Independientes (AFFI), definieron como “kakfiano” el proceso de concentración que se ha vivido en los últimos años y pronosticó que, en caso de aprobarse la unión, “seremos una vez más víctimas de las consecuencias de la megafusión”. Idéntica postura tuvo la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), que justificó su rechazo aduciendo que “sin lugar a dudas que la pretendida fusión presta un gran servicio al bien particular o interés privado de estas dos empresas, más no al bien común económico, haciendo de esta manera primar el primero sobre el segundo, lo que constituye un grave error doctrinal”.
Protagonistas
Falabella y D&S también expusieron su punto de vista. La primera, a través de su gerente general Juan Benavides, explicó que su competencia con Cencosud, holding que como había adelantado Laurence Golborne no se pronunció ante el TDLC, justifica en parte la operación. Benavides señaló que e “ganar destrezas competitivas no sólo es una necesidad esencial para preservar la posición competitiva que tiene Falabella en los distintos países de la región e impulsar decididamente su proceso de internacionalización, sino que también sus consecuencias tienen impacto en lo que toca a su actividad local. Y ello, pues ya existe un operador chileno, como lo es Cencosud, que ha potenciado su posición mediante un esquema multiformato virtualmente idéntico al que obtendría Falabella mediante la operación consultada; y tan importante como lo anterior, porque mi representada está consciente que hoy en día su desafío no se agota en replicar los atributos y ventajas competitivas de que dispone Cencosud sino que también, en disponer de eficiencias y destrezas que le permitan rivalizar con los grandes operadores internacionales presentes en la región”.
Al igual que D&S, Falabella resaltó la complementariedad de sus operaciones y los positivos efectos que tendría para los consumidores en materia de precios gracias a la economía de escala que alcanzaría la nueva compañía.
www.estrategia.cl
No hay comentarios.:
Publicar un comentario