Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer.
Todo ser humano tiene su primer vínculo con una mujer. Por lo menos, hasta que no nos clonen como a la oveja Dolly, sólo ellas serán capaces de concebir. Sin ellas, ninguno de nosotros, absolutamente ninguno, viviría en este planeta. Así de poderosa es la mujer y así de generoso ha sido Dios con ellas.
El hombre, siempre más débil y viendo ese gran poder, aprovechó la única fuerza que tiene por encima de la mujer para sojuzgarla por miles de años, la fuerza bruta.
Sojuzgar, según la Real Academia Española, es “Sujetar o dominar con violencia algo o a alguien”. El hombre, dominado por el miedo, ha hecho eso con la mujer desde tiempos inmemoriales; desde el garrote del cavernícola, hasta las golpizas o feminicidios de nuestros días. La fuerza bruta se tradujo después en sometimiento de la mujer, ya no tan sólo físicamente, sino en todo lo demás (espíritu, mente, moral, etc.). Las grandes religiones monoteístas abonaron mucho a ese sometimiento. Desde ponerle a Dios el mote de “hombre”, “padre”, “el todo poderoso”. ¿Por qué no podría ser Dios, la toda poderosa?
Al final, el tiempo ha puesto a cada uno en su lugar y ha logrado que la mujer tenga ahora, cada vez más, el papel y el rol que debió tener siempre y que los hombres nos empecinamos en quitarles: el del sexo fuerte.
El Día Internacional de la Mujer nos debe llevar a reflexionar por qué, siquiera, se tuvo que instaurar un día para celebrarlas. La realidad es porque los hombres (y muchas mujeres) se encargaron de poner a la mujer en un segundo plano.
No generalizo, pero sin duda es más común que al hombre se le den más oportunidades, se le pague más por el simple hecho de ser hombre y se le vea más en el mundo laboral que a la mujer (sobre todo en países menos educados y desarrollados). También es común que, en macholandia (que puede ser cualquier país del mundo), la mujer tenga que atender al hombre, servirle y hacer lo que él le diga, por el simple hecho de que él es el proveedor ‒e incluso aunque no lo sea‒. Hay muchas mujeres que son las que sacan adelante a sus familias en lo económico y, además, atienden a su esposo, aunque él no haga nada.
La violencia física y verbal contra la mujer no ha parado y es más común de lo que uno pudiera creer. Todos los días se escucha de feminicidios, violaciones y todo tipo de vejaciones que sufren las mujeres en nuestro país y en otras partes del mundo. ¿Por qué? Porque, como destaqué en un principio, la fuerza bruta ha estado del lado del hombre y éste se ha aprovechado de eso. Sin embargo, en este planeta siempre han convivido hombres y mujeres, y estoy seguro de que nuestro planeta siempre ha preferido a la mujer.
El planeta tierra es, probablemente, el planeta más feliz del universo por el simple hecho de contar con la mujer en él. La mujer le ha traído belleza, pasión, alegría, vida y amor. Lo ha llenado de sonrisas, miradas, ternura y fortaleza. El planeta se ha llenado de vigor, de energía, de esperanza y de gloria. La mujer también le ha dado al planeta inspiración, creatividad, aventura y romance. Este planeta se siente muy afortunado porque la mujer llegó a él y lo llenó de dicha. Los amaneceres son muy especiales y los atardeceres brillantes y hermosos desde que la mujer lo habita.
El planeta tierra celebra que la mujer cante, baile, trabaje, se esfuerce, sea independiente, ame y se cuide, y por eso la admira. Sabe que no hay otro planeta que tenga algo tan valioso y por eso va en sus movimientos de rotación y traslación, orgulloso y con la sonrisa de oreja a oreja (o en su caso, con un ecuador curvo y sonriente). El planeta tierra sabe que la mujer es única, maravillosa e irrepetible y por eso la cuida. Sus terremotos, huracanes y tornados, reflejan la emoción que siente al saberse habitado por una mujer y la describe con una palabra, que se refleja en sus tundras siberianas o en sus dunas del Sahara, esa palabra es GRANDEZA.
Hoy, en un homenaje a la mujer en su día, le hago uno propio a la mía. Me siento exactamente como el planeta tierra y digo ¡viva mi mujer! como estoy seguro que el planeta dice: ¡viva la mujer!
Felicidades a todas las mujeres en su día y con amor, a Paulina.
elsemanario.com
De todo y de nada
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