Iniciando la semana con una nota de entusiasmo que mantiene el impulso que ha visto los últimos días, la Bolsa de Santiago logró cruzar finalmente la línea de los 4.500 enteros, por primera vez en cuatro años.
A las 12.40, el principal índice accionario del mercado local operaba en las 4.503,9 unidades –un nivel que no veía desde mediados de marzo de 2013–, registrando un avance de 0,65% con respecto al cierre del viernes.
Así, el selectivo se encamina a una segunda jornada consecutiva de valorización, siguiendo la tendencia que lo ha levantado durante marzo, con la única excepción de dos jornadas de leve corrección la semana pasada.
Con este resultado, la rueda local se desmarca de sus pares regionales, que en su mayoría han tenido un par de semanas difíciles, con caídas casi continuas en el Bovespa brasileño, el Merval argentino y el IPC mexicano.
Las caídas en los principales indicadores bursátiles de América Latina sucede a dos días de que se conozca el comunicado de la próxima reunión de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos y la expectativa de que le principal banco central del mundo suba las tasas de interés nuevamente es altísima. Tan alta que el miércoles la probabilidad asignada por el mercado a que eso suceda alcanzó el 100%, según información de Bloomberg, y ahí se ha mantenido.
También están las posibles luces de apetito por riesgo que arroja la cotización del oro en lo que va del mes. A pesar de que el metal precioso –activo de refugio por excelencia– opera en territorio de números positivos, los nueve días anteriores terminaron con el commodity dorado en números rojos.
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