2016/12/19

Pese a los temores, China esquivó aterrizaje forzoso y cierra un año de estabilización

 www.pulso.clLos estímulos fiscales fueron clave en el impulso de la actividad. Sin embargo, estos mismos podrían estar contribuyendo a desequilibrios futuros.

Francisca GuerreroFRANCISCA GUERRERO | INTERNACIONAL www.pulso.cl
Las fuertes turbulencias en los mercados en agosto de 2015 y a principios de 2016 habían posicionado a China cómo una importante fuente de incertidumbre para la economía global, pero el gigante asiático supo responder. A partir de marzo, su actividad comenzó a dar muestras de estabilización, dejando en claro que las metas de crecimiento del gobierno no se fijan en vano. 
El rango establecido por las autoridades era entre 6,5% y 7% y durante los primeros tres trimestre concretaron una expansión de 6,7% y nada apunta a una situación más débil para los últimos meses del año. De este modo, ahuyentaron los renovados temores de un aterrizaje forzoso, surgidos de los vaivenes en su sector financiero. 
“Era una falsa alarma la crisis”, asegura a PULSO Nicholas Lardy, economista de Peterson Institute. “La economía está en una posición razonablemente fuerte. El reequilibrio continúa como se refleja en el creciente papel de los servicios desde la perspectiva de la producción; el papel creciente del consumo desde la perspectiva del gasto y la creciente participación de los salarios en el PIB desde la perspectiva de los ingresos”, detalla el experto en la potencia asiática.
En ese marco, el FMI ha presentado estimaciones, aunque menores a las de Beijing, relativamente estables, acorde con una desaceleración en control. Para este año apuntan a una expansión de 6,5% y esperan que caiga del 6% recién en 2020.
Para llegar a esta situación, fue fundamental el rol que ocupó el Estado chino. “La economía se ha estabilizado gracias a la intervención del gobierno. Estímulos a través de inversión que se han enfocado en infraestructura y en el sector inmobiliario están ayudando a la economía china a alcanzar el objetivo oficial este año”, explica Tuuli McCully, economista senior de Scotiabank.
Lardy confía en que esta estabilización será duradera. “La evolución que hemos visto se debe a factores subyacentes que probablemente serán duraderos, como el demográfico que significa que los salarios aumentarán más rápidamente que el PIB; la creciente proporción de servicios en el gasto de consumo privado; la intensidad laboral relativa de la producción de servicios; la construcción de la red de seguridad social y el fin de la infravaloración”, indica. 
Su opinión es compartida por analistas de Capital Economics, que en un informe aseguran que “a medida que los datos de entrada han mejorado, muchas previsiones para el pronóstico a corto plazo se han revisado al alza. Aunque recientemente ha habido algunos nervios sobre las salidas de capital, muchos ahora esperan que la tasa de crecimiento económico de China se mantenga o sobrepase las tasas actuales a lo largo del próximo año”.
Un liderazgo fuerte. Una economía bajo control también ha ayudado a fortalecer el poder político del presidente de China Xi Jinping. De hecho, en octubre de este año el Partido Comunista le otorgó el título de “núcleo”,  dejándolo a la par de históricas figuras como Mao Zedong y Deng Xiaoping. 
Todos los miembros del partido deberían “unirse alrededor del Comité Central con el camarada Xi Jinping como el núcleo”, se leía en el documento donde hicieron el anuncio. 
El título marca un significativo fortalecimiento de la posición de Xi de cara al congreso del partido que se realizará en la segunda mitad del 2017, en el que se constituirá un nuevo Comité Permanente, el centro de poder en China.
Desde que asumió su cargo hace cuatro años, Xi consolidó rápidamente su poder, encabezando una serie de reformas económicas y designándose comandante en jefe del Ejército. Sumando su cargo como Secretario General del Partido Comunista de China, “núcleo” se convierte en su cuarto título.
Los desafíos. Pese a que la economía avanza hacia sus objetivos bajo el alero de un liderazgo fortalecido, una economía de la magnitud china no está libre de desafíos.
De hecho, el mismo estímulo fiscal utilizado para estabilizar la actividad, puede pasar la cuenta. “Simultáneamente está contribuyendo a un futuro desbalance de la economía”, señala McCully, ejemplificando con el estímulo impulsado por el crédito, que conduciría al financiamiento de proyectos de inversión potencialmente no viables, lo “que tienen un alto potencial para convertirse en préstamos morosos en los próximos años”, señala. 
Por otra parte, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos genera importantes incertidumbres, tanto en el plano económico como político. 
El presidente electo estadounidense asegura que los chinos tienen reglas de comercio injustas y que manipulan su moneda, por lo que propone tarifas de 40% a las importaciones del país. Otro roce vino las últimas semanas, cuando en un movimiento inédito, se acercó a Taiwán y planteó que EEUU no tiene que adherir a la política de una sola China.

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