2016/04/18

Innovación corporativa en períodos de vacas flacas

Por segundo año, revista Capital y G & A Consultores aplicaron el Índice de Cultura de Innovación a diferentes empresas. La medición, basada en un modelo desarrollado por dos profesores de Babson College, no entrega resultados alentadores: la percepción de innovación de los miembros de las compañías va a la baja.
Por Fernando Gaete, socio-gerente, G & A Consultores
innovacion
Un mundo cambiante y rápido es el que enfrentan las empresas hoy. Un escenario donde hay que adaptarse rápido a las nuevas tendencias del mercado para mantenerse vigente y no desaparecer en el camino. Un panorama donde hay que estar atentos a un sinnúmero de variables: conductas de clientes, necesidades de los empleados, requerimientos de transparencia frente a la sociedad, preocupación por el medioambiente, entre otras, para evitar ser “castigados” y lograr el compromiso de los colaboradores.
En este mundo complejo, la innovación es una pieza clave. Pero no es lo mismo el “emprendimiento innovador” que la “innovación corporativa”. El primero se refiere a una persona o un grupo reducido de personas que identifican una necesidad u oportunidad de mercado, generan una novedosa forma de satisfacerla y son capaces de llevarla al mercado y capturar el valor asociado. La innovación corporativa, en cambio, es la capacidad de una empresa, existente y exitosa, de generar valor a través de nuevas propuestas, en cualquiera de sus ámbitos de acción.
“Participar del Índice de Cultura de Innovación nos permite orientar el desarrollo de nuevos planes y proyectos, conociendo cómo entienden y viven la innovación nuestros colaboradores”. Víctor Poblete, gerente de innovación Servipag
Un elemento ampliamente conocido y profusamente estudiado, es que el principal motor o driver de la innovación corporativa es la cultura organizacional. En la literatura existen variadas definiciones de cultura. Para la Unesco, “la cultura debe ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”.
El 2015, revista Capital y G & A Consultores llevaron a cabo la segunda medición del Índice de Cultura de Innovación (ICI), basado en el modelo de cultura de innovación desarrollado por los profesores de Babson College, Ph. D. Jay Rao y Ph. D. Joe Weintraub. Se trata de un estudio que también se lleva a cabo en diversos países del mundo, tales como España, Alemania, Colombia, entre otros. (En la web www.innoquotient.com se puede revisar en profundidad el modelo de Cultura de Innovación mencionado y los resultados globales por país, sector de actividad económica y tamaño de empresas).
El modelo considera seis pilares básicos; tres pertenecientes a elementos racionales o duros del cerebro: Recursos, Procesos y Éxitos; y tres pertenecientes a elementos emocionales o blandos: Valores, Comportamientos y Clima. A su vez, cada uno de estos seis pilares se despliega en tres factores (18 en total), cada uno de los cuales se miden en tres elementos (54 en total), que corresponden a ítems accionables, es decir, aquéllos a través de los cuales se pueden establecer acciones concretas para robustecer la cultura de innovación.
“Realizar estudios de cultura, nos permite identificar en qué áreas de la organización está más fértil el concepto de innovación y, a partir de eso, realizar acciones para fomentar y fortalecer la innovación como parte fundamental de nuestro trabajo”. Felipe Trejo, subgerente de ventas Empack
El estudio se lleva a cabo a través de una encuesta online de 54 afirmaciones en que se consulta a los empleados acerca de su percepción respecto del grado o extensión en que ese concepto está implantado o desarrollado en su organización. Sus respuestas están parametrizadas en una escala progresiva desde: 1, no, en absoluto de acuerdo; 2, bajo grado de acuerdo; 3, moderado grado de acuerdo; 4, alto grado de acuerdo y 5, completamente de acuerdo. Se invita a todos los empleados de la empresa a responder la encuesta y se exige a todas las empresas, una tasa mínima de respuestas con el fin de garantizar un nivel de confianza mínimo del 95% y un error máximo del 5%.
Los resultados globales del ICI 2015 muestran una disminución de 6,12% comparado con los del ICI 2014 (ver gráfico 1).
Tanto a nivel de los 6 pilares, de los 18 factores y de los 54 elementos del modelo, se observa una disminución generalizada (ver figura 2, 3 y 4).
Los elementos que más disminuyeron son: “Tenemos presupuesto para buscar nuevas oportunidades”, que cayó 10,8% respecto a la medición de 2014; “tenemos los sistemas de selección y contratación de personas adecuados para apoyar la cultura de innovación”, afirmación que mostró una disminución de 8,8%; “tenemos acceso a expertos en innovación quienes pueden brindarnos apoyo en nuestros proyectos”, que mostró una baja de 8,5%, la misma caída que tuvo la afirmación “en nuestra organización, la gente de todos los niveles toma la iniciativa para innovar”. En el caso de la pregunta “tenemos buenas herramientas de colaboración para apoyar nuestros esfuerzos de innovación”, ésta disminuyó en 8,3%.
“El ICI es una buena referencia para medirnos respecto a otras industrias y conocer las mejores prácticas en este tema. Este tipo de indicadores ayudan a focalizar las mejoras y orientar la innovación, incorporándolas en los objetivos de corto, mediano y largo plazo”. Gabriel Zúñiga, subgerente de ingeniería Cristalerías Chile
Todos estos elementos son consistentes con períodos de desaceleración de la actividad económica, donde las restricciones presupuestarias y concentración en el corazón del negocio son la prioridad y muy pocos piensan en innovación o generación de valor a través de nuevas propuestas.
Las preguntas que debería hacerse un directorio o un comité de gerentes frente a estos resultados son: ¿cuándo es el momento adecuado para innovar, cambiar, adaptarse: en períodos de vacas flacas o de vacas gordas? ¿Podría ocurrir que se decida dar inicio al proceso cuando ya sea demasiado tarde? ¿Cómo saberlo? ¿Qué cantidad de recursos (tiempo, personas, dinero, entre otros) se requiere? ¿Cómo se hace? ¿Son incompatibles los proyectos de mejora de eficiencia o excelencia operacional y los proyectos de innovación? Todas inquietudes que una empresa debería tener claras para tomar decisiones informadas y con objetividad. •••
  • Ya están abiertas las postulaciones para inscribirse en la nueva medición del Índice de Cultura Corporativa (ICI) 2016. Para más información, visite la páginawww.ici-chile.cl

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