2016/03/23

Repetto: “Hay un riesgo de que la reforma laboral reduzca la capacidad de la economía de crecer”

La economista puntualiza que no comparte la visión “catastrofista” del empresariado, pero reconoce que la iniciativa “le preocupa”.

Por Narayan V. Caviedes
Repetto: “Hay un riesgo de que la reforma laboral reduzca la capacidad de la economía de crecer”
Firmar, en agosto de 2015, una carta en la que defendía el reemplazo interno en la huelga le “costó” a la economista Andrea Repetto ser mencionada reiteradamente en la discusión legislativa de la reforma laboral. No por la Nueva Mayoría, sector con el que se identifica políticamente, sino que por la derecha, que usó esa misiva -suscrita por expertos de distintas sensibilidades- para defender la sustitución de trabajadores durante una paralización.
Esto, sin embargo, no le parece relevante, ya que la directora del Centro de Políticas Laborales de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, destaca su “independencia política” y su trabajo en el mundo académico. “Ambos factores me dan la libertad para opinar según lo que, desde mi conocimiento, me parece más apropiado para la economía y el país”, asegura.
En sintonía con esa premisa, la actual directora de BancoEstado -designada por la presidenta Michelle Bachelet- considera que la huelga “debe ser proporcional” y descarta que las adecuaciones necesarias aseguren ese objetivo. Además, cree que el proyecto laboral del gobierno podría reducir la capacidad de crecimiento de la economía, en el mediano plazo.
Repetto coincide con parlamentarios de la Nueva Mayoría al calificar la facultad de “adecuaciones necesarias” en la huelga como “ambigua”. Por eso, se cuestiona: “¿por qué no resolver esto ahora, en el Congreso”.
Hoy se votaría el proyecto en la Sala de la Cámara.
- La Nueva Mayoría sigue estancada en cuatro grandes temas. Uno de ellos es la negociación colectiva interempresa. Algunos la quieren voluntaria; otros, obligatoria. ¿Cuál es su opinión sobre esa figura y cuál sería la legislación correcta?
- La realidad de las empresas es altamente heterogénea. Dentro de un mismo sector productivo, en un momento dado del tiempo y en una misma zona geográfica, conviven empresas con capacidades muy diversas. Estas brechas de productividad superan las 16 veces -en los sectores en los que existen datos a nivel de firmas-, dispersión que ha ido en aumento en el tiempo. La determinación descentralizada de salarios y condiciones laborales hace más sentido ante esta heterogeneidad. La tendencia internacional ha sido la de eximir a las empresas de la obligatoriedad de participar en negociaciones a niveles más altos. La propuesta del gobierno considera que la negociación con un sindicato interempresa se hace dentro de la empresa, aunque nada impide que se den negociaciones simultáneas, de modo que en los hechos sucedan a niveles más altos. La propuesta también limita las obligaciones que enfrentan las empresas de menor tamaño. Pero el tamaño de la empresa es sólo uno de los factores detrás de esta heterogeneidad. Por lo demás, se trata de una norma que incentiva a las empresas a permanecer pequeñas.
- Otro punto en cuestión es la huelga y la posibilidad de reemplazo. Usted se ha manifestado a favor del reemplazo interno en la huelga. ¿Cree que las adecuaciones necesarias son un reemplazo encubierto? Y una segunda cosa, ¿cómo puede ser beneficioso para las empresas, sin relativizar el derecho a huelga?
- Mi lectura del conjunto de normas en discusión es que todo tipo de reemplazo queda prohibido. Las “adecuaciones necesarias” que se podría realizar están limitadas por las funciones convenidas en los contratos de quienes no están en huelga. Pero, para no afectar su libertad de trabajo, es natural que quienes no están en huelga deban realizar -en parte- tareas de quienes sí lo están. Las tareas dentro de una empresa son complementarias, trabajadores de distintas funciones se necesitan mutuamente en sus empleos. Suscribo la idea de “proporcionalidad de la huelga” que ha empujado el ministro Rodrigo Valdés. Hay diversos derechos que cuidar, tanto de quienes están en huelga como de los que no. Pero este conjunto de normas en insuficiente para conseguir ese objetivo y probablemente se sancione a empleadores que deseen utilizar estas “adecuaciones”. En este sentido, me preocupa lo que se está aprobando. No comparto la visión catastrofista de los empresarios, que cada vez que se promueve una reforma que les quita algún privilegio especial, anuncian el fin de la economía. Esta vez, sin embargo, creo que hay un riesgo real de que este proyecto eleve la informalidad y reduzca la capacidad de la economía de crecer, en el mediano plazo.
- Además de garantizar que los trabajadores “puedan cumplir las funciones convenidas en sus contratos” durante la huelga, ¿se deberían incluir los conceptos de “habitualmente” o “realizados con anterioridad”? Legisladores de la NM ya están informando sobre contratos con más de diez funciones...
- Este es uno de los absurdos que produce la ambigüedad de la redacción de la norma. La discusión que se dio en votación en el Senado, que aprobó la idea de las “adecuaciones necesarias”, demostró que hay interpretaciones alternativas: los senadores aprobaron lo que cada uno entendió y claramente hubo contradicciones en sus discursos. Finalmente, serán la Dirección del Trabajo y los tribunales quienes definan qué se quiso decir al legislar. Por lo demás, la DT interpreta la legislación laboral desde el principio de la primacía de la realidad y no de la mera formalidad de un contrato escrito. Nadie discute que lo que importa es la prestación de servicio y cumplimiento de funciones bajo dependencia y subordinación. Si todos están conscientes de esto, ¿por qué no resolver las diferencias ahora, en el Congreso?
- Sobre subcontrato. ¿Qué camino se puede establecer para que la huelga de una compañía subcontratista no afecte “aguas arriba” a la mandante, pero sin que esta última se desentienda de las obligaciones que debe cumplir con los trabajadores que en ella se desempeñan?
- Esta es una de las materias más delicadas del proyecto, puesto que algunos proponen que el riesgo de la huelga en una empresa debe alcanzar a todo quien se beneficie de los servicios del trabajador, es decir la empresa principal. Ahora, esto es justamente lo que se evitó con la ley de subcontratación que se promulgó, siendo Osvaldo Andrade ministro del Trabajo: porque lo que se quería era que las empresas contratistas fueran reales y no meros palos blancos o enganchadores de trabajadores sin responsabilidad alguna. Se le dijo a la empresa principal: “Mire, usted contrate servicios de otra empresa, pero no se meta en la gestión laboral de ella, porque no es su asunto; la contratista debe ser autónoma y asumir sus propios riesgos, si no, entonces no es empresa”. El mercado se descremó y quedaron las empresas reales. Pero ahora se pretende que la principal asuma los riesgos de la negociación de otra empresa con la que tiene un contrato civil y no laboral.
GOBIERNO SE "EQUIVOCÓ" AL NO TENER UN ACUERDO AMPLIO EN LA NM
"El diablo está en los detalles", dice el refrán. El dicho grafica perfectamente lo que ocurre en la Nueva Mayoría, bloque que aprobó sin pestañar la idea de legislar de la reforma laboral, pero que se ha entrampado en la discusión en particular. Huelga y reemplazo, negociación interempresa, extensión de beneficios. Pilares del proyecto que hasta hoy son debatidos. Para Andrea Repetto, el principal responsable es el gobierno.
- ¿La reforma que aprobó el Senado es más moderada que la despachada por la Cámara?
- Hay cambios en ambos sentidos. Hay indicaciones que llevan a una huelga más "proporcional", por ejemplo, con la posibilidad de descuelgue. Sin embargo, se introdujeron modificaciones en el sentido opuesto. Por ejemplo, la Cámara aprobó un mecanismo para evitar la formación de "sindicatos del día después", esto es, la obtención de fueros para revertir un despido. Eso se cayó en el Senado en lo que respecta a la formación de sindicatos de empresa. Esta práctica afecta la legitimidad de las organizaciones sindicales y de su trabajo. No se entiende a quién se quiere proteger al permitir este fraude.
- Un sector más duro del mundo sindical cree que la reforma laboral no sólo es insuficiente, sino que incluso un retroceso respecto del actual. ¿Entiende y comparte esa apreciación?
- No la entiendo. La legislación actual favorece de manera desmedida al empleador; por lo mismo el Código Laboral debe ser revisado. Pero no se me ocurre ninguna norma en el proyecto en discusión que haya sido redactada a la medida de los empleadores, ninguna. Normalmente estos juicios pasan por la intención de asimilar nuestro ordenamiento al de los países europeos, especialmente en lo referido a la negociación por ramas, pero se olvida que ello es posible allá con acuerdos sociales profundos, con Consejos de Diálogo Social que toman decisiones vinculantes, y en países en los que dicha negociación ya tiene una larga historia.
- ¿Cómo evalúa el comportamiento dubitativo que ha tenido el gobierno en la tramitación? Primero quiso huelga pacífica, luego no. Lo mismo pasó con las adecuaciones necesarias.
- La legislación laboral cruza muchos temas: justicia, equidad, cohesión social, productividad... Este es un tema difícil en todo el mundo y no es de extrañar que genere posiciones diversas. Sin embargo, luego de la experiencia de la reforma tributaria, creo que el gobierno se equivocó en ingresar este proyecto sin haber conseguido previamente un acuerdo amplio dentro de la NM. Quien pensaba que luego del desgaste de la reforma tributaria, este sería el proyecto que reunificaría a la coalición, estaba francamente equivocado. Al final, la pregunta más importante es si esta nueva normativa, sus plazos y contenidos, son buenas para el conjunto de los trabajadores, dada la realidad productiva del país.
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