2015/12/28

Mega arquitecto

Hace dos años, Patricio Hernández aterrizó en Mega. Lo hizo sin aspavientos, calladito, fiel a su estilo. A los tres meses de su llegada, la estación pasaba al primer lugar del rating, sitial que mantiene hasta hoy. ¿Cómo lo hizo? Aquí, parte de su secreto.
Por: Antonieta de la Fuente
Fotos: Verónica Ortíz
mega-arquitecto
Si no fuera periodista, Patricio Hernández sería arquitecto. Porque así como vibra con la idea de armar una historia, crear personajes y emocionar a las audiencias, lo mismo le pasa cuando se pone a pensar en cómo crear espacios físicos. Dónde poner una ventana, de qué color pintar las paredes y cómo distribuir oficinas, lo apasiona tanto como la escena de una teleserie, la trama de un reportaje o un capítulo de The Switch, el estelar de Mega que muestra el arte del transformismo y que promedia 18,6 puntos de rating.
Por eso, confiesa que en los dos años que lleva en la dirección ejecutiva de Mega, uno de los desafíos que más ha gozado fue la remodelación del edificio corporativo de la estación. “Participé hasta del último detalle”, dice.
Se trata de una construcción antigua, que en algún minuto sirvió como instalación para Cristalerías de Chile y que por años albergó bodegas e instalaciones del canal. Hoy, la torre de cuatro pisos es una moderna estructura que conservó sus muros originales de cemento rugoso a la vista y que, gracias al acero, el vidrio y las lámparas negras que iluminan algunos espacios más que otros, mantiene un cuidado look industrial. El toque de color está dado por los círculos rojos de los pisos y de las empinadas escaleras, además de los sillones en tonos verde y gris que ocupan un amplio espacio que bien puede servir como lugar de descanso, sala de espera o reuniones. Todo muy Google.
El cumplido le gusta a Patricio, quien asume que Googleplex fue su inspiración, porque su idea es que Mega se transforme en un centro creativo de contenidos de escala global. ¿Dónde están los taca-taca?, le preguntamos, medio en broma y ¡bingo! Bajando las escaleras aparecen los futbolistas de madera. “Ésta será la plaza central”, adelanta el director ejecutivo, saludando a los trabajadores y mostrando un espacio donde ahora hay sólo bancos de plaza, pasto sintético y una enorme malla que cubre una construcción y que en el futuro pretende ser un espacio de encuentro y esparcimiento para los 923 colaboradores del canal.
A un costado, una especie de container gigante da la entrada a los estudios de grabación. Entramos callados porque están filmando la escena de una teleserie. Patricio camina decidido, sube silenciosamente una escalera y nos hace seguirlo hasta el estudio contiguo, donde ya podemos subir la voz. “Esta tecnología –dice apuntando al techo desde donde penden decenas de equipos de iluminación– es lo más avanzado que existe en Chile”, afirma orgulloso.
Volvemos a su oficina, y ahí se confiesa. “Lo he pensado mucho. Después de dejar las comunicaciones, me gustaría dedicarme a la arquitectura y a remodelar casas antiguas. Mi abuelo era constructor civil y entonces heredé esa pasión. Y lo más entretenido que me ha tocado enfrentar en este proyecto de Mega es la transformación arquitectónica. Porque además tiene algo fundacional, volver a crear, esto de derrumbar instalaciones tiene un simbolismo único e inédito de volver a inventar, a crear. Desde un mundo análogo al mundo digital”, dice.
Y es que desde su llegada a Mega, varias cosas han cambiado. De partida, acaban de estrenar nuevo logo, una M de líneas gruesas que parece el ícono perfecto para transformarse en una app. Y, lo más importante, han barrido con el rating en casi todos sus programas, dejando al resto de la industria bien herida en el camino. A la fecha, Mega es el líder indiscutido con 9,3 puntos promedio en el último año. Un sitial que en forma inédita mantienen ya hace casi dos años.
-¿Pensó que el éxito sería tan inmediato?
-La verdad es que teníamos claro que el proceso de transformación y refundación de Mega nos iba a tomar cuatro años. Y estamos justo en la mitad. Lo que no esperábamos es que en el arranque, a los tres meses, en marzo o abril de 2014, íbamos a lograr el primer lugar.
-¿Cuánto hay de azar y cuánto de trabajo?
-Ese primer lugar tan rápido, más que una coincidencia o buena suerte, es la suma que distintas tribus, distintos clanes, con distintas experiencias –porque todos traíamos un prontuario de éxitos y fracasos– y todo eso confluyó. Lo mejor de TVN reflejado en su área dramática; lo mejor de Mega con los equipos que por mucho tiempo habían construido el posicionamiento de este canal; una parte importante del corazón de Canal 13 y otro grupo que también había llegado de CHV. Y se generó una especie de diáspora, en la que varias personas tomaron una decisión poco común: salir de su zona de confort y pasar a una zona de riesgo. Este mestizaje de culturas, fue como haber reunido 20 años de experiencia televisiva en un solo momento, en un solo lugar. No es casualidad que aquí en Mega, donde confluyó lo mejor de los últimos 25 años de la televisión chilena, se haya producido una mezcla explosiva y energética para ir tomando decisiones que han sido preferencia de la audiencia.
“Es importante para el país tener un canal cultural, masivo, de alto rating y que no sea monopolizado por los contenidos de las elites políticas y artísticas”.
-¿Estaba estancada la televisión chilena? ¿Faltaba un remezón?
-Una cosa es la televisión y otra cosa son los creativos y ejecutivos de la televisión. La verdad es que en los últimos 25 años, salvo este último período, la televisión chilena ha sido súper estable. Claro que nos habíamos acostumbrado a que había dos grandes y dos chicos y, de repente, de un mercado bipolar, pasamos a uno multipolar, y estamos viviendo en un mercado en constante transformación. El caso de la televisión chilena es único en el mundo. En muy pocos países hay cuatro grandes actores todos compitiendo por el primer lugar, además con un tamaño de población tan pequeño, somos sólo 17 millones de habitantes. Desde ese punto de vista, la televisión chilena es lejos una de las más desafiantes del mundo y de América Latina. Y eso le ha dado muy buena salud a la creatividad. Somos admirados en otros continentes por la calidad de nuestra televisión.
-¿Cuál es el producto del que está más orgulloso?
-Lo que me provoca más orgullo es que Mega es el medio más troncal de Chile. Es el medio principal de todos los avisadores de televisión, es el medio preferido para llegar a los estratos medios, altos y populares. Es el canal que ha logrado la mayor transversalidad de Chile, y un tema que es particularmente relevante: Mega es el canal con más horas de producción nacional en el año.

El “Netflix chileno”

-¿La televisión abierta, tal como la conocemos, tiene fecha de expiración? Hay estudios que dicen que los millennials pasan más tiempo en sus dispositivos que frente al televisor…
-Creo que la televisión abierta goza de buena salud en todo el mundo. Es el medio preferido por todos los avisadores en gran parte. La televisión abierta tiene una capacidad única irremplazable: llegar en poco tiempo a grandes audiencias diferentes, simultáneamente. Nosotros tenemos audiencias masivas transversales, versus los canales digitales que poseen audiencias de nicho, segmentadas y bastante minúsculas. No hay ningún medio digital que sea capaz de generar los volúmenes de audiencia que la televisión abierta logra en muy poco tiempo. Y ese valor es irremplazable.
-Pero ¿cómo compiten con los videos virales de Facebook, por ejemplo, que son vistos por 10 millones de personas?
-Sí, pero en un año o más. Tanto en los mercados americanos como europeos, hay mucha decepción en los avisadores que invierten en plataformas digitales y no logran vender lo que venden cuando invierten en televisión abierta. Hay un caso de un gran avisador mexicano que hizo la prueba. Dijo: “Voy a invertir sólo en medios digitales” y sus ventas bajaron 30% a 40% en dos meses. Tuvieron que volver a la televisión abierta. Nuestra gran ventaja competitiva es la gran transversalidad y masividad. Grandes audiencias masivas en poco tiempo, diferentes en target, edad, grupos socioeconómicos y todo en períodos muy cortos de tiempo. Nuestro negocio no es el de las audiencias minúsculas.
-Está bien, pero de todas formas hay un cambio en la manera como la gente consume televisión, con plataformas como Netflix, por ejemplo.
-Si nos preguntas cuál es nuestro sueño, aspiramos y estamos trabajando muy duro en transformarnos en el primer medio digital de Chile. Que nuestro contenido en los próximos años tenga varias cañerías de distribución. Que el contenido de Mega esté disponible en la hora correcta, en el lugar correcto, en el dispositivo correcto y en la forma digital adecuada a esa situación o experiencia de consumo. Dicho de otra manera, que así como los turcos exportaron telenovelas a Chile, nosotros aspiramos metafóricamente exportar nuestros contenidos a Turquía. Estamos con ese sueño. Con esa pasión y esa convicción, que los contenidos chilenos sean conocidos en todo el mundo.
-¿Exportando teleseries o creando un modelo tipo Netflix?
-Hoy estamos a medio camino de nuestro plan de cuatro años para lograr nuestro objetivo de Mega digital. Estamos avanzados en el desarrollo de una OTT (over the top) que permitirá tener una librería con nuestros contenidos de ficción y donde el público de Mega pueda construir su propio menú. Para esto vamos a desarrollar la app Mega que nos permitirá acceder a mecanismos interactivos con nuestra pantalla, a la librería de Mega, a contenidos noticiosos y exclusivos. Esta aplicación va a tener contenidos exclusivos también. A esto se suma un fortalecimiento de nuestro sitio web Mega.cl.
-¿Este plan multiplataforma incluye tener radios?
-En materia de proyecto de radio es algo que siempre hemos estado considerando. Es un proyecto futuro que no descartamos, pero por ahora no hay nada concreto.

Optimismo inteligente

-¿Cómo están viendo el futuro de las noticias?
-El principal cambio es redefinir el concepto de relevancia para las audiencias. Tradicionalmente, los periodistas hemos sido muy resistentes a modificar lo que es relevante para las audiencias. Y, generalmente, definimos lo que es relevante para las elites intelectuales y políticas. Y lo que hizo Mega fue cambiar el concepto de relevancia periodística bajo el lema de “Si te afecta nos importa”. Esto, para las miradas periodísticas tradicionales es una irreverencia, una herejía. Pero el público demanda que las elites modifiquen su foco. Porque tienen una distancia emocional y de visión tremenda. Este eslogan marca una vocación horizontal, ciudadana, no piramidal ni jerárquica, donde yo no te digo a ti lo que tienes que saber.
-¿Este cambio tuvo que ver también con cómo ha cambiado la sociedad chilena que es mucho más escrutadora, más horizontal, donde las elites están en juicio y la sociedad civil más empoderada?
-Para Pituca sin Lucas, para las noticias y el matinal es muy importante entroncar con el estado anímico del país. Cuando tienes un país altamente estresado, con la mayor cantidad de denuncias de corrupción, de desastres naturales de los últimos 100 años, tensiones familiares, de salud y económicas, las respuestas de Mega han sido: vamos a responder con actitud de pantalla, con un estado emocional de optimismo inteligente, que no es un optimismo bobo, que por decreto el público se tiene que sentir mejor o que los problemas se van a resolver, sino que más bien, contagiar, provocar el efecto emocional que frente a un problema Mega te entrega herramientas de solución.
“Hay un caso de un gran avisador mexicano que hizo la prueba. Dijo: “Voy a invertir sólo en medios digitales” y sus ventas bajaron 30% a 40% en dos meses. Tuvieron que volver a la televisión abierta”.
-¿Cómo han definido la forma de cubrir los escándalos? Porque se acusa mucho a los medios hoy de ser portavoces sólo de malas noticias…
-Obviamente que hemos abordado todos los temas, de todos los sectores y temáticas, pero hemos construido un sello diferenciador, que es el punto de vista. Y eso es único y distintivo. Todos tienen la misma agenda noticiosa, pero lo que genera la diferencia es el tratamiento, el punto de vista y la perspectiva con la que entregas los temas.

TVN y la crisis

-Hoy hay un problema grave de financiamiento y de caída en inversión. ¿Es sustentable una industria televisiva chilena con cuatro grandes canales abiertos?
-El problema se resuelve adaptando la inversión y los costos. Es un problema en sí mismo, pero hace tres años todos los canales ganaban plata. Es una coyuntura, por lo tanto, no estoy preocupado.
-¿Cómo le afecta en lo personal la crisis de TVN? Usted trabajó ahí y es cercano a Carmen Gloria López, trabajaron juntos.
-En Mega tenemos plena convicción de que el equipo de profesionales de TVN está técnica y profesionalmente capacitado. Hay gente con mucha experiencia, y creemos que tienen todas las herramientas para empujar un proyecto exitoso. No tenemos duda de que las capacidades profesionales están.
-¿Es sustentable el modelo de financiamiento de TVN? ¿Debiera mirar otros modelos?
-Creo que siempre es interesante mirar cómo los modelos europeos han resuelto la necesidad ineludible de un país de tener una televisión pública y de calidad. Y el caso español es bien emblemático e icónico. La Televisión Española (TVE) ha mantenido una relevancia como canal única, transmitiendo contenidos de calidad, servicios informativos, ficción, que han construido una imagen de España en todo el mundo. Y la sociedad española dijo, “estamos dispuestos a que los privados vía aporte indirecto ayuden a financiar esta televisión pública, además de un subsidio estatal”. Creo que es un modelo inteligente que vale la pena observar para entender elementos de la crisis de TVN en este minuto.
-¿TVN debe avanzar hacia allá?
-Creo que la transformación que están sufriendo todos los medios en el mundo obliga a que estemos actualizándonos en materia de modelos y estructura de TV abierta. Creo que es una coyuntura que estamos obligados a revisar y hacer el benchmark de cómo se ha resuelto en otros países.
-¿Es tan relevante hoy la TV pública?
-Sí, creo que es importante para el desarrollo de un país, debe contribuir siendo un vehículo de soporte a la identidad país, debe aportar con los contenidos que profundicen no sólo los temas de identidad, sino también culturales, de desarrollo país. Y por lo tanto, creo que en todo el mundo la televisión pública cumple un rol, y Chile no debería quedar al margen. Quizás lo que hay que revisar es el modelo.
-Y en ese sentido, ¿cree que es necesario tener, además, un canal cultural?
-Creo que es importante para el país tener un canal cultural, masivo, de alto rating y que no sea monopolizado por los contenidos de las elites políticas y artísticas. En ese caso, podría tener audiencias insignificantes y la idea es que sirva a todos los chilenos y no a una minoría.
Si ese canal está bajo TVN o no, no me parece relevante. Lo importante es que lo vean millones de chilenos por la masividad de su contenido.
-¿Qué define que sea público? Porque Mega podría decir, nosotros también somos públicos, apostamos a la identidad país, etc.
-La diferencia es que un medio privado, aparte de empujar ciertos objetivos programáticos, defiende el legítimo derecho a hacer negocios. La televisión pública, entre sus objetivos principales no debiera estar el hacer negocio. El objetivo único y principal es construir identidad país y hacer un servicio que aporte al desarrollo. Hay atributos donde ambas coinciden.
“Creo que el modelo de Televisión Española es inteligente y vale la pena observarlo para entender elementos de la crisis de TVN en este minuto”.

Ofertas

-Hay varios canales internacionales que están mirando a Chile con ganas. En algún momento sonó mucho Antena 3, está también Fox con su interés por el Canal del Fútbol. ¿Acá han llegado ofertas, me imagino?
-Yo tengo a cargo la dirección ejecutiva de Mega en su contenido. No es parte de mi responsabilidad participar de algo de ese tipo.
-Pero, dado este interés, ¿anticipa que pueda cambiar el mapa de los actores de la televisión chilena?
-Lo que uno observa es que los grandes conglomerados mediales del primer mundo se están dando cuenta desde hace varios años de que necesitan hacer sindicaciones locales de sus marcas. Y, efectivamente, ha habido una tendencia de hacer inversiones en países emergentes. Si esto ha ocurrido con empresas eléctricas y de retail, ¿por qué no con la televisión en Chile? Frente a eso, hay que rendirse ante la evidencia.
-¿Cómo es su relación con Carlos Heller?
-Posee un liderazgo cercano y me entusiasmó mucho la visión de largo plazo que tuvo de Mega. Por eso decidí aceptar su invitación.
-¿Cuánto se mete en contenidos?
-Mega funciona con un directorio. Y nuestro procedimiento habitual de trabajo es que la administración presenta los proyectos de contenidos y éstos son sancionados por este directorio de forma bastante ordenada, mensual, donde el encargo ha sido tener un canal completamente plural, diverso, integrador de la diversidad del país, masivo y transversal. Y en ese sentido, hemos tenido completa libertad editorial para tratar todos los temas.
-Dado el éxito de Mega, ¿lo han tentado desde otros canales?
-No, la verdad es que no me han llamado de otros canales. •••

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