Turquía, Rusia y China podrían seguir los pasos de India, Australia, Polonia, Corea del Sur y el Banco Central Europeo.
Por Constanza Morales H.
Luego de casi cinco años de esfuerzos infructuosos, los bancos centrales alrededor del mundo están listos para lanzar una nueva ronda de relajamiento monetario para estimular a sus economías. En las últimas semanas, se ha registrado una ola de recortes en las tasas de interés desde Europa hasta Australia.
Diversos economistas pronostican que las autoridades financieras seguirán aplicando estímulos en medio de un crecimiento global débil, de una inflación más lenta y de la necesidad de impedir que sus monedas se fortalezcan.
“La mayoría de los bancos centrales en nuestro universo de cobertura todavía tiene un sesgo hacia la flexibilización”, escribieron los economistas de Morgan Stanley en un informe publicado el jueves citado por Bloomberg. “Dada esta disposición, no se requieren grandes sorpresas negativas en cuanto a crecimiento o inflación para inclinar la balanza hacia que más bancos centrales jalen el gatillo para entregar más alivio”, agregaba la nota.
BCE a la cabeza
El primero de los grandes entes emisores en recortar su tasa fue el Banco Central Europeo (BCE). El 2 de mayo, el organismo decidió rebajar su tasa desde 0,75% a un nuevo mínimo de 0,5%.
Al día siguiente, fue el banco central de India el que anunció una reducción desde 7,5% a 7,25%, dejando la tasa en su nivel más bajo desde mayo de 2011. Esta fue la tercera vez desde enero que la institución disminuyó la tasa de interés. La entidad advirtió que quedaba muy poco margen para seguir relajando su política, lo que decepcionó a los inversionistas y traspasó al gobierno la responsabilidad de reactivar a la décima economía más grande del mundo.
Los anuncios continuaron la semana pasada con el Banco de la Reserva de Australia, instituto emisor que el martes redujo la tasa en 0,25 puntos porcentuales hasta su mínimo de 2,75%. La decisión tomó por sorpresa a la mayoría de los economistas, quienes esperaban que la tasa se mantuviera sin cambios dadas las señales de repunte en el crecimiento.
Sin embargo, la cifra de inflación de abril más suave que lo esperado y los signos de debilidad en la economía China –el mayor socio comercial del país oceánico–, habían provocado algunos comentarios en el mercado sobre una posible rebaja este mes.
El miércoles fue el turno de Polonia, cuyo banco central disminuyó la tasa desde 3,25% a 3%, su mínimo histórico. Gran parte de los analistas esperaba que el consejo de política monetaria polaco no aplicara cambios luego de un reciente ciclo de flexibilización que hizo caer la tasa principal desde 4,75% a fines del año pasado.
Con una inflación de 1% –muy por debajo de la meta de 2,5%– Polonia tiene la tasa real de interés más alta de la Unión Europea, lo que es una carga para la economía. El banco central está bajo una fuerte presión para continuar con los recortes en un esfuerzo por revivir la demanda doméstica.
El último en realizar una movida inesperada fue el banco central de Corea del Sur, que el jueves hizo retroceder su tasa en 0,25 puntos porcentuales hasta 2,5%.
El organismo justificó la medida diciendo que “las tendencias de mejora en los indicadores económicos en los países emergentes como China han sido más débiles que lo anticipado inicialmente”.
La reducción del Banco de Corea fue la rebaja número 511 a nivel mundial desde junio de 2007, de acuerdo a los cálculos de Bank of America.
Si bien el banco central de Japón (BoJ, su sigla en inglés) y la Reserva Federal de Estados Unidos no han cambiado sus políticas monetarias en sus últimas reuniones, el BoJ duplicó las compras mensuales de bonos en abril y los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto elevaron las perspectivas de aumentar el ritmo de la compra de bonos por sobre los US$ 85 mil millones al mes.
En tanto, su par inglés se abstuvo de añadir más estímulo el jueves, al mantener la compra de activos en 375 mil millones de libras esterlinas (US$ 581 mil millones) y dejar la tasa de interés en 0,5%, su nivel mínimo.
Otros podrían sumarse
“Tomados en conjunto, los factores globales parecen haberse convertido en más relevantes para los bancos centrales”, dijeron los economistas de Morgan Stanley. “Probablemente vendrán más acciones por parte de varios bancos centrales”, previeron.
El equipo de analistas argumentó que el BCE podría tomar nuevas acciones luego de que su presidente, Mario Draghi, declarara que “estamos listos para actuar nuevamente” de ser necesario y que el banco de Inglaterra podría relajar su política una vez que Mark Carney se convierta en gobernador en julio.
Además, Morgan Stanley ve que podría haber más rebajas de tasas en Australia, Polonia, Turquía, Israel, Rusia y tal vez Hungría.
En Asia, el economista de Credit Suisse Robert Prior-Wandesforde comentó que India y Taiwán podrían aplicar más alivio y que Filipinas podría reducir la tasa de los depósitos especiales.
La principal potencia asiática también estaría cerca de una reducción. “Hay una posibilidad creciente de un recorte de 25 puntos base en la tasa de interés de China dentro de este año”, aseguró Liu Li-Gang, economista jefe para la Gran China de ANZ.
Impulso se debilita
Sin embargo, no todos están seguros de que se esté produciendo una ola de recortes. Paul Donovan, economista de UBS en Londres, cree que los bancos centrales no tienen necesidad de actuar de nuevo –como es el caso de la Fed– o se mantendrán firmes porque las medidas están teniendo un impacto muy limitado, como lo ocurrido con el BCE. Los economistas encuestados por Bloomberg estiman que la autoridad europea se abstendrá de implementar reducciones en las tasas hasta al menos 2015.
“Probablemente no estamos estáticos, pero el impulso por una mayor flexibilización inevitablemente se está volviendo más lento”, aseguró Donovan a Bloomberg.
Algunos banqueros incluso han mostrado su molestia por tener que liderar el esfuerzo de la recuperación sin ayuda de otras instituciones. Charles Plosser, presidente de la Reserva Federal de Filadelfia, comentó a Bloomberg Television que para él es “perturbador” que “se espere más y más de los bancos centrales”.
“Se espera que resolvamos todos los problemas del mundo”, manifestó Plosser. “Nuestras autoridades fiscales no están haciendo un buen trabajo en ningún país”, agregó.
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