El Banco Central Europeo mantuvo los tipos en 1%, en un escenario donde los crecientes costos de los préstamos en el mercado y la crisis de deuda soberana amenazan con descarrilar la recuperación económica de la región.
"Sería un error interpretar lo que observamos en el mercado como una señal de política monetaria", dijo el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, refiriéndose al alza en los costos de los préstamos. Esta variación "es consecuencia de la decisión de los bancos mismos al momento de renovar su financiamiento previo pedir por menos de lo que hubieran podido hacerlo", agregó.
En el Reino Unido, en tanto, el Banco de Inglaterra mantuvo sus tasas en 0,5% para evitar que los recortes de gasto del gobierno para contener un déficit fiscal récord presionen a la economía de vuelta a la recesión.
Junto a la Reserva Federal de Estados Unidos y al banco central de Japón, las economías avanzadas están postergando la decisión de aumentar los tipos para no poner en riesgo la frágil recuperación, especialmente en momentos en que los inversionistas están cautelosos de que la crisis presupuestaria de Grecia se traslade a otros países periféricos de Europa, como España y Portugal.
Esta postura está aumentando el diferencial de tasas con las naciones emergentes, que han comenzado un rápido ciclo de ajuste de la política monetaria. Ayer, el banco central de Malasia aumentó las tasas de interés por tercera vez en el año, argumentando que la economía está lo suficientemente sólida para resistir un alza en los costos de los préstamos.
En la misma jornada, el banco central de Perú elevó las tasas de interés de referencia a 2%, desde un 1,75%, su tercera alza desde comienzos de enero. Brasil ya ha aplicado dos incrementos de 75 puntos y se espera que repita la medida en la próxima reunión del banco central, el 21 de julio.
Al igual que Malasia, Perú y Brasil, también India, Chile y Taiwán han subido el costo de los préstamos. En total, doce economías han elevado los tipos este año, incluyendo Australia, que aplicó tres alzas en el primer trimestre.
El aumento en la brecha hace a las economías emergentes más atractivas para los inversionistas, pero al mismo tiempo eleva el riesgo de una burbuja especulativa, a medida que una ola de capitales inunda a estos destinos. El súbito retiro de capitales especulativos, además, puede tener consecuencias desastrosas para una economía.
DiarioFinanciero.com
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