La semana pasada el gobierno chino había advertido al mundo que no debía esperar sorpresas sobre las demandas para que permitiera una apreciación de su divisa. Por eso la admiración ayer fue grande tras conocerse durante el fin de semana que China reanudaría sus reformas para aumentar la flexibilización del yuan.
El anuncio no fue casual. Todo lo contrario, estuvo estratégicamente fijado unos pocos días antes de la reunión del G-20, el grupo de economías más importantes del planeta, que se celebrará este fin de semana en Canadá. El anuncio fortalecerá la posición negociadora de China en el contexto global y favorecerá su inserción como un actor relevante.
"El momento en que se realiza el anuncio indica un alto grado de pragmatismo político por parte de Beijing, incluido un fuerte deseo de evitar un conflicto con Washington", explicó a EFE el economista de la consultora CLSA, Andy Rothman, en Shangai.
Al ceder a las presiones de EE.UU. y Europa, que desde hace meses venía exigiendo una revalorización de la moneda china, Beijing aparece como un gobierno que está colaborando activamente al reequilibrio de la economía global, y deja las obligaciones ahora en el lado de sus socios occidentales.
Y esto, sin hacer grandes concesiones, porque pese a lo espectacular del anuncio, nadie espera que la medida tenga un gran impacto sobre la moneda, al menos en el corto plazo. El yuan avanzó ayer 0,42% a 6,7976 unidades por dólar, su mayor alza desde julio de 2005. Pero el economista de IHS Global Insight, Nariman Behravesh, cree que la divisa china no se apreciará más de 2% contra el dólar este año.
Reequilibrio global
Pese que el efecto práctico del anuncio de China será acotado, los observadores concuerdan en que la medida es una señal importante y un claro paso en la dirección correcta. La decisión ayudará a reequilibrar la economía mundial, reduciendo las diferencias entre las regiones por el flujo de comercio y los ahorros, la principal meta del G7 desde la crisis financiera que comenzó en 2007.
Los inversionistas consideraron ayer que la decisión china sobre el yuan podría ayudar a corregir una fuente importante del desequilibrio comercial, extendiendo más equitativamente en todo el mundo los beneficios de una mayor demanda de los consumidores chinos.
Pero analistas proyectan que el impacto de esta medida para el déficit comercial de Estados Unidos respecto de China será pequeño. "El superávit de comercio de China con Estados Unidos y gran parte del resto del mundo es menos una función del tipo de cambio y más una función de sus altas tasas de ahorro (y bajo consumo) y competitividad (fuerte crecimiento de la productividad respecto a los salarios)", escribió Behravesh, en una nota a clientes.
Respuesta cautelosa
El anuncio del banco central chino fue aplaudido mundialmente. Líderes de Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otros, acogieron la promesa de una reforma sobre el yuan y la consideraron como un aporte
para equilibrar la economía mundial.
Pero los mercados, que al comienzo mostraron fuerte optimismo, luego revirtieron estas ganancias tras analizar con más cuidado el impacto de las medidas. "El anuncio fuera de China generó una respuesta emocional desde el mercado", dijo a Bloomberg el estratega de RidgeWorth, Alan Gayle. "Una mirada más cercana al anuncio sugiere que el acercamiento de China es muy gradual y sigue a su propio ritmo", agregó.
El índice Dow Jones cayó 0,08% y el S&P 500 retrocedió 0,39%, arrastrados especialmente por las acciones del sector retail, como Home Depot, que verían caer sus márgenes de ganancias por el mayor costo de las importaciones.
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