Grecia realizó ayer una colocación de bonos a diez años por 5.000 millones de euros (US$ 6.800 millones), luego de que el primer ministro, George Papandreou, se comprometiera a reducir el déficit. La emisión suponía una prueba de fuego para medir la confianza de los mercados en Grecia pero, en dos horas, las peticiones alcanzaron el triple de lo esperado, unos 15.500 millones de euros.
Por otro lado, la canciller alemana Angela Merkel no cedió a la solicitud de ayuda de Papandreou y dijo que la reunión de hoy con el premier griego no será sobre "compromisos de ayuda". Merkel debe encarar una creciente oposición en su país por recurrir a los contribuyentes para ayudar a Grecia. "Si cede y da 5.000 millones o incluso 10.000 millones de euros a Grecia en algún tipo de rescate, el gobierno alemán parecería irresponsable. Pero, si no lo hace, los líderes de la Unión Europea podrían presionar mucho a Merkel", dijo a Bloomberg el economista político de la Escuela Hertie de Gobierno en Berlín, Henrik Enderlein.
El ministro de Finanzas griego, George Papaconstantinou, dijo que la UE debería específicar cómo va a ayudar a Grecia. "Lo que buscamos son claros mecanismos de apoyo, así los mercados pueden estar seguros de que no pueden especular a expensas de Grecia".
Mientras tanto, los empleados públicos ocuparon las oficinas del Ministerio de Hacienda en protesta por los recortes y amenazaron con adelantar para la próxima semana la huelga programada para el 16 de marzo.
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