La presidenta Cristina Fernández aseguró ayer que pagará deuda pública con reservas del Banco Central pese a que la medida fue bloqueada por un tribunal federal. La decisión puso en rumbo de colisión a dos poderes del Estado y amenaza con provocar una crisis institucional.
En un discurso por cadena nacional, Fernández denunció intentos de destitución y acusó a la jueza Claudia Rodríguez de estar pagada por la oposición.
La mandataria había firmado un decreto en diciembre exigiendo el traspaso de las reservas internacionales del Banco Central para el pago de la deuda. La oposición recurrió a la Justicia para frenar la medida. Ante la imposibilidad de avanzar por esta vía Fernández presentó el lunes un nuevo decreto traspasando
US$ 4.382 millones en ingresos del banco al Tesoro. Ante un nuevo requerimiento de la oposición, la jueza Rodríguez objetó el jueves también este segundo decreto, pero la presidenta no piensa dar marcha atrás. "No voy a permitir que un juez "defaultee" la deuda", expresó Fernández.
Mayoría opositora
El martes se constituyó el nuevo Senado opositor, que de inmediato tomó el control de 14 de las 25 comisiones. El nuevo congreso amenazó con presentar una acusación constitucional en contra del ministro de Hacienda, Amado Boudou, cuestionado por haber usado US$ 2.200 millones del Banco Central para el pago de la deuda externa. Un comité de la Cámara Alta rechazó además ayer la designación de la nueva presidenta del banco central, Mercedes Marcó del Pont. La funcionaria fue designada luego de que su predecesor, Martín Redrado, fuera expulsado por haberse opuesto al traspaso de las reservas.
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