2010/03/15

Diez años después del estallido puntocom, la tecnología resiste

En enero de 2000, diecisiete empresas puntocom pagaron más de US$ 2 millones cada una para publicitarse durante el Super Bowl, el partido de fútbol americano que marca el final de la temporada en EE.UU.

Si alguien busca el momento simbólico en el que una burbuja de inversiones derivó en excesos claramente insostenibles, ahí lo tiene. Algunas semanas después, el 10 de marzo de 2000, el barómetro de la fiebre de las puntocom -el mercado alcista de la tecnología y las telecomunicaciones de los "90-, el Nasdaq Composite, cerró en un máximo de 5.048,62 puntos.

Esa cifra culminaba una subida desde 750 puntos a comienzos de 1995, un avance del 570%. Una vez que comenzó a caer, no paró hasta alcanzar los 1.114,11 puntos en octubre de 2002, un descenso de casi 80% desde su máximo. Diez años después, el Nasdaq se mueve en torno a los 2.340 puntos, 54% por debajo de su techo.

La burbuja era igual de irracional que el resto de las formadas a lo largo de la historia. "Era una época en la que las reglas de la inversión no tenían sentido y, pese a que a la gente le gustaba pensar que las cosas habían cambiado con todos los comentarios sobre una nueva revolución industrial, quedó demostrado que la realidad no era así", explicó Anthony Conroy, responsable de operaciones de BNY ConvergEx.
La manía se hizo evidente en el período previo al colapso del Nasdaq, momento en el que hubo trabajadores que renunciaron a empleos fijos para convertirse en "operadores de día" con la esperanza de hacer fortuna con la subida de las acciones. Esa ruta hacia la riqueza llegó a un súbito final, y la presencia de operadores individuales en la bolsa ha sido mucho menor desde entonces.

El estallido de la burbuja tuvo un enorme impacto en el negocio del financiamiento de nuevas empresas tecnológicas. Pero las repercusiones fueron mucho mayores.

Es probable que el boom puntocom fuera el origen de las tasas de interés históricamente bajas de la Reserva Federal a las que se culpa de permitir la formación de las burbujas inmobiliaria y crediticia. También allanó el camino para que hedge fund poco regulados sucedieran a los fondos de inversión como conductores del mercado.

Considerando la magnitud de la crisis, resultaba sorprendentemente fácil evitar perder dinero. Los hedge fund, que a diferencia de los fondos mutuos pueden protegerse con ventas cortas o cambiando entre clases de activos, tuvieron resultados aceptables mientras los inversionistas convencionales sufrían.

En 2005, después de cuatro años de entradas constantes de fondos, la industria de hedge fund alcanzaba por primera vez un valor de más de US$ 1 billón. Dos años después, los activos de la industria registrarían un máximo de más de US$ 1,8 billones.
Sin embargo, esto probablemente subestimaba la influencia de los hedge fund debido a otro efecto del crack del Nasdaq. Los hedge fund también se benefician de su capacidad para recurrir al apalancamiento. Operaciones casi sin valor se vuelven muy rentables una vez que han sido apalancadas muchas veces con préstamos.

La reacción de la Reserva Federal a la caída del Nasdaq facilitó el apalancamiento. Ante los severos daños económicos derivados de los estallidos de anteriores grandes burbujas de inversión, en EE.UU. en 1929 y en Japón en 1990, la Fed decidió llevar a cabo un agresivo recorte de los tipos de interés. Lo hizo incluso pese a que gran parte de la economía apenas se había visto afectada por los problemas del sector de las puntocom, facilitando así la obtención de créditos dirigidos a la especulación, ya fuera en la gestión de un hedge fund o la compra de una vivienda.
Así, el verdadero poder adquisitivo de los hedge fund se multiplicó varias veces y llegaron a controlar el movimiento diario de las acciones y otras clases de activos. Podría decirse que los modelos de negociación que desembocaron en la crisis de 2007-09 tuvieron su origen en las secuelas de la crisis puntocom.

Esto no quiere decir que todas las empresas tecnológicas resultaran ser una mala inversión. Google no salió a bolsa hasta cuatro años después del estallido de la burbuja.

Las acciones de Amazon, el minorista más importante de Internet, registraron un máximo histórico de US$ 142 en diciembre de 2009, muy por encima de su techo de US$ 89 durante el periodo puntocom. Sin embargo, muchas de las empresas que copiaron su modelo, y que convirtieron brevemente a sus fundadores en multimillonarios, dejaron de existir hace tiempo.
La tecnología también ha sido uno de los sectores con mejores resultados en los últimos 12 meses. Diez años después del máximo del Nasdaq, no ha perdido su atractivo. Sería poco prudente descartar a empresas y sectores tecnológicos específicos, como la robótica aplicada a la medicina. "La tecnología constantemente da lugar a más empresas innovadoras que ninguna otra industria", señala James Paulsen director de inversiones de Wells Capital.

La posibilidad de que el Nasdaq suba por sobre los 5.000 puntos sigue pareciendo descabellada. "Podemos obtener grandes rendimientos con la tecnología, pero no nos devolverá así como así a los 5.000", advierte Paulsen. "Ese máximo -los 5.000 puntos- es el testimonio de la naturaleza absurda de aquella burbuja".

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