Hasta el miércoles, Concepción -una de las ciudades más afectadas por el terremoto- era un pueblo fantasma, con todo su comercio cerrado y la gente recluida en sus hogares.
Pero luego de un extenso toque de queda de 18 horas y de mayor protección militar en las calles, ayer jueves el comercio comenzó a abrir sus puertas, aunque apenas haya sido el 10% del habitual.
Justo al mediodía, luego que la presidenta Bachelet abandonara Concepción, el hipermercado Lider (en el límite con Talcahuano) abrió sus puertas, aunque las filas para conseguir alimentos tomaron más de cuatro horas. Este hipermercado, el único abierto en la ciudad, irá dando paso a otros establecimientos como Santa Isabel o Unimarc, que también comenzarán a vender a público, aunque con ciertas limitaciones para no generar acaparamientos.
A varios kilómetros de ahí, en la Plaza de Armas de la ciudad, y con el resguardo de un fuerte contingente policial, farmacias, bancos y hasta kioscos comenzaron a abrir a público. El único inconveniente fueron las largas esperas. De hecho, para comprar el diario, la espera mínima fue de 40 minutos.
Caso similar para retirar dinero de los cajeros automáticos, los cuales debían ser recargados constantemente, ante la avalancha de penquistas.
Se reúne el comercio
Una de las razones por la cual los locatarios, principalmente las cadenas de farmacias, supermercados y bancos, decidieron abrir sus puertas. Fue la petición de la Cámara de Comercio de Concepción, entidad que sesionó de urgencia este miércoles a las autoridades militares de la plaza, para poder trabajar de manera paulatina, para lo cual se exigía seguridad debido a los saqueos de los últimos días.
Para las siguientes jornadas se espera que el resto del comercio, vayan abriendo sus puertas, aunque dependerá del retorno de la electricidad, ya que hasta ahora la distribución de la energía está concentrada en las zonas céntricas de Concepción.
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