En julio pasado se cumplieron 12 años de vida del SAR. La creación de un sistema de pensiones basado en la capitalización individual de las aportaciones de los trabajadores a sus cuentas individuales y administradas por las Afores permitiría, por un lado, crear una base sólida para financiar las pensiones de los trabajadores y, por otro, mecanismos para incrementar el ahorro interno y por ende el financiamiento del crecimiento económico.
Centraré este comentario en el primer objetivo, evaluando el desempeño en la administración de los recursos.
Al considerar el total de las aportaciones a la subcuenta de Retiro, Cesantía y Vejez (RCV), así como los flujos generados por rendimientos y cobro de comisiones, el saldo global de los recursos de los trabajadores por RCV es igual a 939 mil 925 millones de pesos a mayo de 2009.
Según datos de la Consar sobre flujos canalizados a las Afores desde mayo de 1998 a mayo de 2009, en un ejercicio para medir el desempeño, buscamos una tasa para que el valor futuro de todas las contribuciones menos las comisiones iguales al saldo actual reportado. Este monto implica que la tasa anual a la que han crecido las aportaciones de los trabajadores es de 5.7% neto de comisiones.
Esta cifra no parecería nada despreciable, pues el rendimiento neto de comisiones es positivo. Pero si observamos el comportamiento del INPC en el mismo periodo, la economía ha enfrentado una inflación anual promedio del 6.34%.
A 12 años de vida del Sistema, los rendimientos generados sobre las aportaciones de los trabajadores no han logrado ni siquiera compensar la inflación. En términos reales hemos perdido capacidad adquisitiva de la riqueza en esta subcuenta.
El 2008 ha sido, sin duda, el peor año en términos del desempeño de las Siefores. El 2008 inicia con un saldo global por concepto de RCV de 816 mil 443.33 millones de pesos. Durante el año las Afores recibieron aportaciones de los trabajadores en esta subcuenta por 85 mil 726 millones de pesos. Considerando de manera general, dada la estructura de comisiones, la comisión promedio del sistema ponderada es de 1.75% sobre el saldo acumulado, por lo que las Afores cobraron aproximadamente 15 mil millones de pesos de comisiones en el año. Si tomamos en cuenta la inflación del año, la economía mexicana cerró el año con una inflación cercana a 6.5%.
Al cierre de 2008, se reporta que el saldo de los recursos de RCV es de 874 mil 769.02 millones de pesos. La interpretación del desempeño debe considerar que los recursos que se canalizan a las Afores se invierten, la tasa que es igual al valor futuro de estas aportaciones (menos comisiones) más el saldo de 816 mil 433.33 que se tenía al inicio de año llevado a mayo de 2009 es por demás desalentadora. La tasa efectiva anual neta resulta igual a -3.2%. Si consideramos la inflación del año de 6.5%, significa rendimiento neto real de -9.12% en el año.
Cuatro cambios se han implementado y deben analizarse a detalle:
1. La creación de tres Siefores adicionales para atender a los jóvenes, dado que de entrada son inversionistas de largo plazo. La flexibilización del régimen de inversión permite que se puedan comprometer los recursos a un mayor nivel de riesgo, pero con un rendimiento esperado mayor. Desgraciadamente estas Siefores han sido las más golpeadas por un mercado francamente a la baja.
2. Cambió el esquema de comisiones, al eliminar las comisiones sobre flujo. La conveniencia de tener sólo comisiones sobre saldo permite ver a los trabajadores quién cobra más y quién menos. Pero al ser comisiones sobre el saldo acumulado, a medida que los recursos aumentan la masa total de comisiones aumenta en proporción.
3. La reducción de cinco a tres años para realizar un retiro por desempleo (siempre que se acrediten dos años al menos de cotización). El trabajador podrá, en este caso, solicitar el equivalente a 30 días de salario base de cotización sin exceder 10 veces el salario mínimo vigente en el DF. Un trabajador con cinco años en el sistema podrá, además de la opción anterior, retirar recursos por el equivalente a 90 días de salario base de cotización (SBC) (antes 75) o 11.5% del saldo acumulado (antes 10%), y de ellos el que resulte menor. Esto implica, que el monto máximo a retirar no puede ser mayor de tres veces el salario mensual recibido en las últimas 250 semanas, pero para los trabajadores mexicanos que han cotizado sin interrupción desde julio de 1997 equivale a no más de un salario mensual recibido en las últimas 250 semanas.
4. La reforma a la Ley del ISSSTE. Buscando homologar el sistema de pensiones y crear un sistema único, tal que los recursos puedan transferirse bajo el sistema de cuentas individuales del sector público al privado.
Dos consideraciones finales: sigue pendiente la tarea de garantizar la capitalización requerida para que al momento de su retiro por la nueva ley del 97, los trabajadores no pierdan sus recursos y dos, la profesionalización del sector para administrar la riqueza de los trabajadores mexicanos.
*Profesor del Departamento de Contabilidad y Finanzas del Tec de Monterrey / CCM
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