2009/06/22

La oportunidad de una crisis


Por Elías Tefarikis Urquieta, socio cofundador y gerente de Desarrollo de Momento Cero.

El mundo está convulsionado. Desde hace meses leemos en los diarios que las empresas quiebran y los niveles de cesantía son cada vez más altos, donde América Latina no escapa a la realidad.

El ambiente de pesimismo nos hace concentrarnos en lo mal que estamos y ver la inmediatez de las cifras, qué planes de emergencia son mejores o a cuánto llegó el índice de crecimiento económico del último mes. Sin embargo, en un continente donde aspiramos al desarrollo, debiésemos ver la crisis con altura de miras. Si bien no dejan de ser importantes las medidas de corto plazo, bajo ninguna circunstancia es bueno dejar de lado las aspiraciones que decimos tener.

La palabra crisis (del griego Krisis) apunta originalmente a la transformación de algo (por lo tanto, la connotación negativa se la hemos dado nosotros). Debiésemos ver esta crisis económica mundial como una oportunidad de cambio, un cuestionamiento de lo que hemos hecho hasta hoy y plantearse qué es lo que tenemos que transformar. Esta crisis económica presenta una oportunidad. Particularmente, en el caso de Chile, el Estado tiene importantes recursos invertidos en el extranjero. Hay recursos económicos suficientes para mejorar, por fin, la calidad de la educación. Como co-fundadores de una empresa que se dedica íntegramente a la generación de recursos para el aprendizaje del emprendimiento, creemos que el debate en torno a la crisis debiese apuntar, centralmente, a las oportunidades que tenemos hoy para darle un vuelco a la educación y así salir del subdesarrollo.

Creemos que lo que más le hace falta a América Latina son emprendedores en todos los ámbitos. Necesitamos gente que se atreva a innovar en su trabajo, que proponga ideas, que esté motivado con lo que hace. Es por esto que el énfasis debe ir en la educación. No sólo en las escuelas de negocios o en las facultades de economía, como se está haciendo hasta ahora, sino que el emprendimiento debe enseñarse desde el colegio, a todos por igual.

Debemos continuar desarrollando institucionalidades a cargo del proceso de formación de emprendedores empresariales (incubadoras de negocios, capitales semilla, mercado de capitales, redes de inversionistas ángeles), modernizar las legislaciones actualmente vigentes en temas de propiedad y protección intelectual (elementos cruciales para una economía moderna basada en el conocimiento). Desarrollar investigaciones que ayuden a generar conciencia de lo urgente e importante que este tema es para el país a fin de que los liceos, colegios y universidades redoblen sus esfuerzos y, por último, que se generen las voluntades necesarias para los cambios.

Además, urge modificar sustantivamente al Ministerio de Educación, institucionalidad totalmente anticuada e incapaz de responder a los múltiples requerimientos de una educación moderna. Debemos invertir para estar al nivel de lo que se hace en países desarrollados, de manera transparente, con indicadores claros, y con los mejores profesionales que haya disponibles para que la promesa de ser un país desarrollado en 20 años sea técnicamente posible, ya que si no se forma al capital humano para cumplir con esa promesa política, el tema no pasa más allá de propagandismo electoral y popular.

Es ahora cuando los países necesitan responder a lo que urge y mejorar el atrasado y poco eficiente sistema educativo.

Con colaboración de Kenneth Gent, co-fundador de Momento Cero S.A.

No hay comentarios.: