A fines del año pasado, un grupo de operarios comenzó la tarea de recuperación de la fachada de la ex Bodega Arizu. Como resultado de esto, la enorme estructura abandonada ofreció una mejor apariencia hacia la avenida San Martín.
Sin embargo, en la pared que da a la calle Belgrano se ha demolido un sector que estaba apuntalado con palos porque había riesgo de que se cayera. Los vecinos siguen esperando que se le dé un uso al inmueble que fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1999.
Irene Livoni, quien vive en el barrio Arizu, frente al sector que fue derribado parcialmente, explicó que hace un par de meses llegaron las máquinas que tiraron la parte superior de un muro que estaba apuntalado con maderas y agregó que los techos ya se habían venido abajo tiempo antes.
También comentó que retiraron muchos escombros y basura que había en el interior del inmueble. Irene resaltó que con otros frentistas han presentado varias notas solicitando que reciclen los sectores del edificio que estén en buenas condiciones y se demuelan los que no, pero que deje de ser un espacio abandonado.
Y comentó que uno de los vecinos que intervino para que se lo declarara Monumento Histórico Nacional -lo que para algunos significó un obstáculo a la posibilidad de darle un nuevo uso- está viviendo ahora en un barrio privado.Pablo Pithod, el arquitecto que estuvo a cargo de las obras de mantenimiento que la empresa Cencosud -propietaria del inmueble- acordó con el municipio de Godoy Cruz, explicó que la demolición se hizo porque esa estructura se había colapsado en parte y les solicitaron que disminuyeran la altura del muro por seguridad.
Además, detalló que sacaron escombros, se limpiaron los techos y las canaletas, y se desinfectó el predio. Dentro de estos trabajos, que demandaron una inversión cercana a los 400 mil pesos, se pintó la pared que da a la avenida San Martín (y existe el compromiso de seguir avanzando en las tres restantes) y se cambiaron las veredas de toda la manzana que ocupa el predio.
Desde la comuna informaron que también se le ha pedido a la empresa que realice un estudio de la estructura edilicia para determinar si es necesario reforzar algunos sectores, para evitar tener que recurrir a nuevas demoliciones.
Liliana de Gómez, vecina frentista, indicó que mientras el cambio de las baldosas se hizo con gran rapidez, las tareas que se están haciendo actualmente -se observan personas que están retirando los vidrios externos y una máquina en el interior- no tienen la misma continuidad.
La mujer consideró que el cierre, que se ha colocado en el sector donde se quitó la parte superior del muro y abarca la mitad de la vereda, no es suficiente, ya que debería tomar todo el ancho para evitar un posible accidente. Y planteó que espera que hagan algo pronto porque la zona queda muy desprotegida de noche.
El inmueble fue adquirido en 1988 por la empresa chilena Centros Comerciales Sudamericanos (Cencosud), con la intención de demoler la estructura existente para construir un hipermercado. Sin embargo, en 1999 se lo declaró Monumento Histórico Nacional, con lo que no pudo ser intervenido. En 2004 los propietarios empezaron a trabajar con la comuna y la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos para elaborar un plan de manejo que establezca qué sectores deberán conservarse, cuáles podrán ser modificados parcialmente y cuáles demolidos.
Desde la comuna indicaron que la empresa está interesada en poder fraccionar el terreno, para recuperar una parte y vender el resto. Pero esta propuesta aún no ha recibido el visto bueno desde la comisión nacional, ya que hasta ahora nunca se ha permitido la subdivisión de un monumento.
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