en medio de duras negociaciones, bancos exigen que haya dos directores independientes en la firma
F. Gana / N. Cáceres / E. MaldonadoIntensas y maratónicas. Así han sido las últimas jornadas al interior de Johnson’s, la multitienda ligada a Marcelo Calderón.
En medio de las negociaciones con la banca, que buscan sacar a flote la empresa a través de la obtención de un crédito sindicado por US$ 250 millones, la salida del gerente general de Johnson’s, Max De la Sotta, dejó entrever un capítulo que, hasta esta semana, era desconocido: la disposición del controlador para negociar la venta de la totalidad o parte de su paquete accionario en Ripley, firma donde ostenta el 40% de la propiedad.
Según fuentes cercanas a las negociaciones con los acreedores, Calderón habría optado por no ceder a las exigencias de las entidades financieras, que buscaban obtener como garantía para el préstamo la totalidad de las acciones del empresario en Ripley.
El cambio de fórmula, que constituyó un giro a lo que había negociado el mismo De la Sotta, encendió las luces de alerta sobre un eventual fracaso en las tratativas con los bancos, aunque en la misma firma se encargaron de descartar esa posibilidad.
Fuentes cercanas al proceso señalaron que, tanto los bancos como el controlador de Johnson’s, habrían manifestado su intención de no dejar “caer” al retailer.
Según trascendió, Calderón -en su afán de no poner sobre la mesa de negociaciones sus acciones de Ripley-, estaría buscando otras alternativas, entre las que no se descarta que ya tenga comprador para sus títulos y que con los recursos que obtenga con la venta de estos últimos logre sacar a Johnson’s del “hoyo” financiero, considerando que la compañía arrastra pasivos por al menos US$ 300 millones.
Lo anterior, según indican los cálculos más optimistas, ya que en el mercado circulan versiones de una deuda cercana a los US$ 400 millones, siendo los principales acreedores el Banco de Chile (US$ 150 millones) y el BCI, entidad a la que se le adeudarían unos US$ 75 millones.
Así, cobra fuerza la venta de las acciones de Ripley como el ingrediente principal de esta nueva estrategia de Calderón, cuya definición se conocería en un plazo no mayor a un mes.
La fórmula que permitiría a Calderón recuperar el 20% de Ripley que ya dejó en garantía por un crédito puente por US$ 40 millones con los bancos, sería pagando este monto por dicho enlace financiero, el cual serviría de nexo para el préstamo sindicado.
Dos directores independientes
Aun cuando las conversaciones entre las partes se han endurecido, la búsqueda de alternativas para dar garantía a los bancos, tiene esperanzados a quienes trabajan en Johnson’s.
En ese sentido, si bien los bancos han sabido escuchar las proposiciones de la firma, estos últimos sumaron una nueva condición: la incorporación de dos directores independientes a la mesa de la firma.
La aceptación de esta última exigencia señalaría la disposición de la firma -que opera con los formatos Johnson’s y MegaJohnson’s- a hacer todo lo posible por viabilizar su operación y otorgaría una cuota de tranquilidad a los bancos en torno a que las cosas se están haciendo bien en Johnson’s.
Tensión en negociaciones
Pero no sólo las garantías que ofrecerá Calderón han sido parte de la discusión.
Según comentaron en entidades financieras, también se han contemplado y, en algunos casos, concretado renovaciones de las líneas de crédito para Johnson’s.
Tras duras tratativas, el retailer ya habría logrado extender por seis meses estas líneas, las que serían esenciales para el funcionamiento de la empresa, en aspectos como el pago de proveedores. Para concretar los anterior, Calderón habría comprometido un aumento de capital por US$ 120 millones para inyectar recursos frescos a la firma.
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