En el grupo Luksic están dispuestos a aprovechar las oportunidades que ha abierto la crisis económica en el sector minero y así hacerse de nuevos activos a precios más atractivos.
“Estamos mirando proyectos en Chile y fuera de Chile, enfocados fundamentalmente en cobre, aunque no descartamos algún otro metal”, dijo ayer Marcelo Awad, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, el brazo minero del grupo.
El ejecutivo -que fue uno de los oradores en la segunda jornada de la VIII Conferencia Mundial del Cobre- explicó que el objetivo de la firma son proyectos que estén en etapas preliminares o tempranas y que consideren volúmenes productivos del orden de 100 mil toneladas anuales.
Sin embargo, el ejecutivo no descartó que si encontraran una iniciativa de alta calidad en etapas más tardías, Antofagasta Minerals estaría “disponible” para revisarlo.
Respecto de los criterios que están utilizando para determinar una eventual compra, Awad advirtió que el grupo está actuando con cautela pues no todos los proyectos de cobre u otros metales que actualmente están disponibles son realmente convenientes, ya que “no es tan claro que esta sea una gran oportunidad de comprar porque no todo lo que está disponible es bueno (…) las empresas en situación crítica tratan de hacer caja vendiendo activos de baja o mediana calidad, impedidas por los bancos de desprenderse de los más rentables”.
FinanciamientoAwad adelantó que este año la firma generaría un menor flujo de caja, comparado con los US$ 2.900 millones netos con que cerró 2008. Destacó que las medidas adoptadas al momento de detonar la crisis fueron precisas y permiten que hoy toda la producción de la empresa se genere sin pérdidas.
Respecto de la evolución que el precio del cobre tendría en 2009 indicó que espera un promedio de US$ 1,50 por libra por la reducción de la demanda China a partir de mayo o junio.
Awad añadió que este año esperan cerrar el financiamiento por unos US$ 1.050 millones para llevar adelante el proyecto cuprífero Esperanza, cuya construcción está en desarrollo y demandará una inversión en torno a US$ 2.000 millones.
Para ello, dijo, están conversando con bancos japoneses y europeos, principalmente.
Reconoció que en relación con el período previo a la crisis, las condiciones de financiamiento han cambiado y señaló que la liquidez de la empresa “nos ha permitido tener una buena palanca de negociación” para obtener términos “razonables”.
“Estamos en condiciones de lograr términos en que la suma de Libor más spread sean similares a las de precrisis”, indicó.
En otro punto, dijo que en septiembre decidirían si Michilla -el más antiguo y caro de los yacimientos de la firma-, tendría continuidad operativa a partir de 2010.
Ello, explicó, dependerá del precio del cobre y la confirmación de las reservas descubiertas cerca de la mina, que en 2010 sufrirá una nueva rebaja de producción, que se traducirá en un volumen menor a las 38 mil toneladas actuales.
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