2009/02/06

"La economía de Estados Unidos podría llegar a una depresión"

"La economía de Estados Unidos está sufriendo su más profunda desaceleración desde 1970, y podría llegar a una depresión", advirtió Jeff Immelt, director ejecutivo de General Electric, en un desayuno para ejecutivos organizado por The Wall Street Journal y la escuela de negocios IESE, de la Universidad de Navarra.


El ejecutivo explicó que los consumidores y las empresas están luchando para enfrentar mercados atribulados y la industria de servicios financieros bajo mucha presión.

"Si pasamos el límite de 1974, la comparación obvia será con la Gran Depresión", agregó.

"A diferencia de otras crisis en las que he estado, en ésta hay que enfrentar una terrible falta de liquidez, y por eso el rol del gobierno es tan importante", precisó Immelt, quien dirige la compañía desde 2001.

Frente a la pregunta de si la actual situación financiera que encara la economía más grande podría ser considerada como una recesión o una depresión, Immelt bromeó con que tendría que revisar sus libros de economía de la universidad para tener una respuesta precisa, pero "es una de esas dos".

Afirmó también que la nueva administración de Barack Obama está "disparando tantas balas" como le es posible para estimular la alicaída economía y estabilizar los mercados financieros, medidas que deberían "empezar a mostrar sus efectos a principios del próximo año".

Según Immelt, "parece que para el gobierno es más importante aprobar lo más rápido posible un gran paquete de medidas que asegurarse que la composición del plan de estímulo sea la correcta".

Immelt considera que la mayor economía del mundo, podría estar entre las primeras en estabilizarse, pero también tardar más que otros países en repuntar y alcanzar los niveles de empleo y crecimiento anteriores a la crisis.

"Todos los gobiernos en el mundo están trabajando en esto", advirtió, "y a mi manera de ver las cosas, el gobierno siempre gana".

Mantener los dividendos General Electric enfrentó la crisis en un primer momento tomando las acciones necesarias para reducir el tamaño de su división de negocios financieros, GE Capital, y sus crecientes necesidades de financiamiento.

Pero, a diferencia del manejo que tuvo la firma en la crisis de principios de los '90, el modo de asegurar la estabilidad de la compañía no será mediante una rápida seguidilla de compras de activos "limpios", sino que cualquier posible adquisición deberá tener como objetivo fortalecer el negocio industrial de General Electric.

En relación a la posibilidad de despidos, Immelt dijo que los recortes de personal serían estudiados "división por división, por lo que algunas áreas despedirán a muchos trabajadores y otras a ninguno", aunque no quiso especificar una cifra global.

A pesar de las pérdidas que sufrió GE Capital, resulta poco probable que GE necesite pedir una inyección de recursos al gobierno, e Immelt aseguró que la empresa no tiene planeado recortar sus dividendos, actualmente US$ 1,24 anual por acción, con un total de US$ 13.400 millones.

La clasificadora de riesgo Standard & Poor anunció en diciembre del año pasado que estaba evaluando a la baja el rating de deuda a corto plazo de GE, mientras que Moodys señaló el 27 de enero que General Electric podría perder su clasificación AAA por los próximos dos años.

Ante esto, Jeff Immelt aseguró que su compañía hará todo lo posible para mantener reservas de efectivo en cantidad suficiente seguir entregando dividendos, aunque eso signifique perder la preciada clasificación triple A.

"Estamos preparados para manejar la compañía con una doble o triple A, pero no voy a cambiar la dirección de la compañía.

Las agencias de clasificación serán en última instancia las que decidan".

El problema de los sueldos Los planes de Obama de limitar a US$ 500 mil anuales los sueldos de los ejecutivos de las empresas que solicitan ayuda al Programa de Asistencia de Activos en Problemas (TARP por su sigla en inglés) no afectarán los hábitos de este titán corporativo.

"Me voy en tren" cuando voy a Washington, algo que empezó a hacer después de que le enseñaron a comprar pasajes.

"Toda la gente cree que la culpa la tenemos nosotros (los directores de empresas) y nos critican por el estilo de vida que llevamos".

Pero es crítico frente al tema de las grandes bonificaciones: "(El gobierno) debe tratar de que las personas que manejen esos bancos sean los mejores de toda la industria.

Pero me parece que recortarles los beneficios no es una conducta que facilite que se queden". En cuanto a él -que recibió en 2007 un total de salario más bonos de US$ 19,6 millones- aseguró que su sueldo "nunca sería una vergüenza para General Electric".

A pesar de considerarse "republicano de toda la vida" y de oponerse a nuevas limitaciones en las bonificaciones a los directores de empresas, evalúa positivamente el rumbo que está tomando la nueva administración de Barack Obama, valorando iniciativas como los incentivos fiscales, recortes de impuestos y gasto en infraestructura.


"(Obama) está haciendo bien su trabajo y ha corregido rápidamente sus errores.

Si sigue trabajando así, será un buen presidente, pero debemos estar todos apoyándolo".

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