Producto de la caída del precio de la celulosa y el alza de costos, CMPC decidió paralizar parcialmente la operación de la histórica planta Laja, en la provincia de Bío Bío.
La medida afecta a la línea 1 de producción de celulosa cruda e inicialmente se extenderá durante cinco semanas. La decisión implicó, además, dar vacaciones a cerca de 150 trabajadores durante enero.
El secretario general de la compañía, Gonzalo García, indicó que tanto la línea 2 como las máquinas papeleras están operando con normalidad.
“El precio de la celulosa ha caído mucho. Hay una situación difícil, con costos muy altos, por lo que se hizo necesario tomar esta medida para evitar las pérdidas económicas que se estaban generando”, señaló el ejecutivo de la papelera.
Desde su peak histórico de US$ 906 por tonelada, registrado en mayo de este año, el commodity ha caído un 27%, llegando a US$ 662.
La determinación de CMPC significa una merma de 30% en la producción diaria de Laja, la cual llega a mil toneladas. A fines de enero la empresa ligada al grupo Matte, evaluará si el escenario amerita prolongar la medida.
El forestal fue el primer sector económico que sintió los coletazos de la crisis subprime. A finales de 2006, las firmas ya habían notado un descenso en la demanda de sus productos, especialmente madereros, desde Estados Unidos.
A medida que la crisis se fue agudizando, las empresas decidieron paralizar aserraderos y, en algunos casos, incluso bajar la cortina definitivamente.
Hasta hace muy poco tiempo, el boom de la celulosa había permitido compensar este impacto. Tal como el cobre, el valor de esta materia prima gozó de un precio extraordinario que sorprendió a todos. Su caída, tal como la del metal rojo, fue muy brusca, desequilibrando las proyecciones. En este contexto, la paralización parcial de la planta Laja es la primera medida de este tipo en actividades vinculadas a la celulosa.
Pese a este complejo presente, García aseguró que la disposición adoptada en Laja es algo puntual, que responde exclusivamente a las condiciones de costos de esta planta. Por lo mismo, hoy CMPC tiene descartada la opción de interrumpir faenas en otras instalaciones.
“Esto no se replicará en las otras plantas, que tienen condiciones de costos más favorables”, precisó García.
Plan de inversión sigue vigente
Asimismo, el ejecutivo aclaró que el plan de modernización de Laja, que demandará una inversión de US$ 400 millones, sigue intacto.
“Esa iniciativa continúa igual. Hoy está en la Conama, siguiendo la tramitación legal de cualquier proyecto de este tipo”, destacó.
El objetivo de esta iniciativa es extender la vida útil de las instalaciones por al menos 30 años, reduciendo sus emisiones al medio ambiente y sus costos de producción, además de mejorar la eficiencia energética.
En el documento presentado a comienzos de noviembre pasado ante el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, la firma indicó que el proyecto “se ha definido en función del estado del arte tecnológico”.
La construcción tendrá una duración cercana a los 45 meses y, en etapa de operación, la planta requerirá la incorporación de 1.120 trabajadores.
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