2008/03/06

Se profundiza la peor combinación: bajo crecimiento y alta inflación

Negativas cifras ratifican deterioro económico y complican al Central

La actividad de enero creció 3,4%, por debajo de las expectativas y demostrando que los problemas energéticos están golpeando a la economía más fuerte de lo que se creía.

De mal en peor. Esa es la evolución que ha tenido la economía durante los últimos meses al registrar la peor de las combinaciones: desaceleración de la actividad y un índice de precios al alza. Además, la mayor inflación habría aumentado las posibilidad de que el Banco Central realice una nueva alza en la Tasa de Política Monetaria (TPM), en su reunión agendada para el próximo jueves 13 de marzo, lo que aumentaría el diferencial de tasas con Estados Unidos.

A lo que se suma que este escenario en materia económica -tras las cifras conocidas ayer- golpea fuertemente al tipo de cambio, que cerró la jornada en su menor valor en una década ($ 447) y deteriora las expectativas de los consumidores y de los inversionistas.

Ante esto, la pregunta que se hace buena parte de los analistas del mercado es qué papel va a jugar ahora Hacienda y el Banco Central para ayudar a revertir esta situación.

Poca energíaLa magra cifra del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de enero, que registró un crecimiento anualizado de 3,7%, es reflejo no sólo de un “dato puntual” -como las autoridades calificaban los malos resultados durante el año pasado- sino del recrudecimiento de problemas, a los que varios expertos no les ven una fácil solución.De acuerdo a lo informado por el Banco Central, nuevamente la principal traba del crecimiento fue la crisis energética, gatillada por los cortes de gas desde Argentina, la escasez de lluvias y el alto precio del petróleo.

El problema es que hasta hace poco se pensaba que lo peor ya había pasado para el sector eléctrico, pero la realidad de las últimas semanas dice otra cosa.Los embalses hídricos para generación eléctrica están en niveles críticos, ubicándose actualmente en 35% por debajo de la cota del año pasado. Esto incrementará la demanda para generar con diésel.

Asimismo, los problemas energéticos han producido alzas en las tarifas eléctricas, lo que ha impactado la inflación. Esto, a su vez, disminuye el poder de compra de los chilenos, teniendo efectos en el consumo, el cual está entrando en un proceso de franca desaceleración.

¿Qué hacer?

El ministro de Hacienda, Andrés Velasco, entregó esta semana un paquete de medidas tributarias, cuyo mayor efecto se verá en el IPC -por la baja del impuesto a las bencinas- lo que es insuficiente ante el escenario de menor crecimiento.

Nuevos incentivos al consumo -como una baja del IVA- y a la inversión, deberían estar en la agenda del secretario de Estado, sostienen los economistas.Por su parte, el Central nuevamente está en un complejo escenario.

Primero, si se decide por mantener la tasa, producto de la desaceleración de la actividad que restaría presiones inflacionarias, podría incrementar los riesgos de que las expectativas de inflación se disparen.

Segundo, si se decide por subir la tasa para controlar el nivel de precios, provocará una apreciación aún mayor del peso frente al dólar, dando un duro golpe a un ya débil sector exportador.

El consenso del mercado aún es que el instituto emisor mantendrá el tipo rector, a la espera de mayor información, especialmente, sobre la evolución del mercado internacional, aunque algunos plantean que es difícil que la autoridad no haga nada al tener este registro de inflación, variable que es su principal responsabilidad.


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