2007/10/25

Alta inflación hace caer ventas del comercio y confirma desaceleración

cifra trimestral de ventas del sector fue negativa por primera vez en cinco años

El subgrupo que concentró la mayor disminución en septiembre fue el de los alimentos no perecibles, el más golpeado por el alza de precios de los últimos meses.


El importante aumento de la inflación durante los últimos meses hizo caer las ventas del comercio durante el tercer trimestre en 0,2%, dañando así a uno de motores de la economía en 2007 y ratificando los temores del Banco Central sobre el debilitamiento de este sector.

De acuerdo a las cifras de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), la caída mostrada en el período julio-septiembre en la Región Metropolitana es la primera en cinco años y revirtió la tendencia alcista del sector durante el presente ejercicio, el que había registrado un alza de 1,4% en el primer trimestre y de 4,3% en el segundo. Con esto, en la primera mitad del año, las ventas del comercio detallista promediaron un alza anualizada de 3%.



Señal

El alza en la inflación, que comenzó a sentirse a partir de junio de este año, sería de acuerdo a la asociación gremial el principal responsable de la desaceleración del consumo.

Esto, ya que la baja en las ventas se centró en el rubro denominado Línea Tradicional de Supermercados, que cayó un 3,1% en septiembre.

Este grupo incluye a los alimentos perecibles, categoría que muestra la mayor caída durante ese mes, de 7,1%.

Además, estas cifras se convertirían en las primeras señales de que efectivamente el alza en los precios está afectando al desempeño de la actividad económica del año.

Este escenario, en parte ya fue anticipado por el Consejo del Banco Central en el último comunicado de la Reunión de Política Monetaria cuando advirtió que “el crecimiento de la actividad en el tercer trimestre fue menor que el proyectado en el último Informe de Política Monetaria (IPOM), situación que parece ir más allá del desempeño de algunos sectores específicos y cuya persistencia es aún incierta”.

En este sentido, el economista de la Universidad de Santiago, Guillermo Pattillo, indicó que “la alta inflación ha reducido el ingreso real de la población, especialmente de los más pobres, quienes concentran su gasto en los rubros básicos, por lo que las cifras de consumo no son sorpresivas”.

Sin embargo, advirtió que a su juicio esta desaceleración debería revertirse durante los últimos meses del año por dos razones. En primer lugar, los precios de los alimentos deberían comenzar a caer, lo que es consistente con lo que históricamente ha sucedido a fines de año cuando se produce un shocks de oferta en los alimentos en los meses anteriores.

Asimismo, los ajustes graduales que están teniendo las remuneraciones llevarían a anular las actuales alzas de precios. Esto, siempre y cuando no haya un contagio importante de la inflación en los salarios, que cree presiones por el lado de la demanda.

En tanto, el economista de Gemines, Alejandro Fernández, afirmó que la inflación ya está generando un impacto negativo en la demanda agregada, lo que puede repercutir por el lado del PIB.

El experto agregó que eso ya se ve también en las cifras de créditos de consumo que “han ido aflojando, porque la gente está más pobre y además las cuotas le están saliendo más caras”.

Sin embargo, el economista de Celfin Capital, Cristián Gardeweg, afirmó que mientras el empleo siga mostrando buenos números no debería haber una desaceleración importante en la actividad en el corto plazo.

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