Ambas compañías son las únicas que presentaron ofertas por el codiciado paño.
D&S y Cencosud nuevamente enfrentados. Esta vez, el campo de batalla son las 22,5 hectáreas que actualmente conforman el sitio eriazo aledaño al colegio Saint George.
Ambas compañías fueron las únicas que presentaron ofertas para adjudicarse este estratégico terreno, en el que alguna vez se dijo que se instalaría la gigante supermercadista estadounidense Wal-Mart.
Conocedores de la operación dijeron que en las próximas dos a tres semanas, los dueños del terreno, la orden Holy Cross -también propietaria del colegio Saint George-, definirán qué grupo se queda con el codiciado paño. No obstante, otras fuentes dijeron que la congregación podría decidir "mañana o en un plazo de seis meses".
La zona es fuertemente apetecida, dado que se ubica en un barrio de altos ingresos.
El desarrollo del proceso lo está llevando IM Trust. En tanto, el estudio Cruzat, Ortúzar, Mackenna, Baker & McKenzie representa en el país los intereses de Holy Cross en este tema.
Los potenciales interesados se comenzaron a contactar a fines del año pasado. Según trascendió, hubo varias inmobiliarias.
No obstante, como la congregación no suele vender sus terrenos -como en este caso, que optó por un contrato de arriendo a largo plazo-, varias empresas desistieron de seguir adelante.
Las iniciativas
Sólo siguen en camino D&S y Cencosud. Según trascendió, el grupo ligado a la familia Ibáñez corre con ventaja. Esta empresa presentó una oferta para desarrollar un proyecto exclusivamente comercial.
Más amplio y grande es el proyecto de la compañía liderada por Horst Paulmann. Incluso, planea ingresar al negocio inmobiliario (viviendas) asociado con Fernández Wood.
Sin embargo, su propuesta fue rechazada en primer término. Pero Cencosud hizo 54 observaciones al contrato de arrendamiento. Ante esto, la orden decidió darse más tiempo para evaluar cambios en el contrato.
El proceso se había aplazado, en parte, por el cambio al plano regulador del sector, el cual no modificó la constructibilidad de la zona, que permite obras en alturas. En todo caso, esto está condicionado a una mejora en la infraestructura vial, como el futuro puente Luis Carrera sobre el río Mapocho.
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