2007/07/05

Fusión Falabella-D&S: un caso en que primó el valor sobre el control

la columna de... Luis Hernán Paúl

Ultimamente se ha hecho más común en las empresas de mayor tamaño analizar la posibilidad de continuar creciendo vía la internacionalización y la decisión frente a la disyuntiva entre ser “cabeza de ratón o cola de león” se ha tornado más compleja


La decisión de los controladores de D&S de aceptar fusionarse con Falabella, al igual como lo hicieron hace algunos años los antiguos dueños de Sodimac, lo cual les implicó a ambos pasar de la condición de accionistas controladores a accionistas no controladores -aunque relevantes en la estructura de propiedad de la empresa fusionada- refleja un cambio interesante en la mentalidad de los propietarios de empresas.

En efecto, tradicionalmente los empresarios chilenos, cuando han enfrentado la opción de mantener el control de una empresa versus la posibilidad de fusionarla con otra y aumentar el valor de su inversión, pero quedar en una posición de menor control, han optado por lo primero. No obstante, últimamente se ha hecho más común en las empresas de mayor tamaño analizar la posibilidad de continuar creciendo vía la internacionalización y la decisión frente a la disyuntiva entre ser “cabeza de ratón o cola de león” se ha tornado más compleja.

Algo similar ocurrió hace ya varios años con las aperturas en bolsa. En ese entonces habían pocos empresarios que estaban dispuestos a apegarse a las normas y prácticas de las sociedades que transan acciones en bolsa, en particular aquellas referentes a la entrega de información pública y la eventual participación en los directorios de directores nominados por los accionistas minoritarios. Pero con el tiempo aparecieron empresas que decidieron abrirse y la gran mayoría, sobretodo aquellas que han sido más exitosas, están muy conformes con ello. Además, el capital adicional que pudieron levantar por esta vía con la apertura y posteriormente con nuevos aumentos de capital probablemente ha sido fundamental para soportar el crecimiento que han experimentado desde entonces.

El problema es que, tal como le ocurrió a los dueños de Falabella, Sodimac y D&S previo a las respectivas fusiones, la continuación del proceso de desarrollo de estas empresas tendría que haber sido mucho menos ambicioso si hubieran optado sus dueños por privilegiar el control y no ir a la fusión sino que mantenerse como empresas independientes. Pero demostrando una gran visión, en mi opinión, optaron por el camino de la fusión, con lo cual lograron aumentar más el valor de sus participaciones accionarias.

Pero esta situación no sólo la enfrentan los dueños de las empresas más grandes, sino que también los de empresas que cuentan con patrimonios más limitados, los cuales resultan insuficientes para aprovechar las posibilidades de crecimiento y consolidación en Chile. Llega un minuto es que requieren incorporar capital de terceros y/o acordar una fusión para aumentar su tamaño en forma relevante. Esto probablemente es lo que está ocurriendo con las inmobiliarias Aconcagua y Fourcade, así como con Socovesa y Almagro.

Resulta interesante hacer notar que estas mismas disyuntivas las han vivido los empresarios en otros países. Un ejemplo en este sentido es el del Banco Santander en España. A principios de los años 80 este banco era ampliamente controlado por la familia Botín y tenía un tamaño bastante más reducido que el actual, al extremo que se ubicaba apenas entre los diez bancos más grandes de España. Producto de un proceso agresivo de desarrollo en su país y a nivel internacional, el cual involucro tanto operaciones de fusiones y adquisiciones como crecimiento orgánico, paso a fines de los años 90 a ser el banco más grande de España. Actualmente es uno de los diez bancos más grandes del mundo y se han integrado a su propiedad múltiples accionistas para hacer factible este fantástico desarrollo. Lo notable es que Emilio Botín continúa siendo el presidente del banco producto del buen desempeño que la empresa ha tenido bajo su mandato y no por la condición de ser controlador. En efecto la familia Botín tiene hoy en su poder menos del 5% de las acciones del banco.

Me pregunto, por tanto, ¿cuáles serán las próximas empresas que se van a fusionar en Chile?


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