“Este no es un monstruo, es una compañía de retail avanzando por el mundo”, aseguró la semana pasada el gerente general de Falabella, Juan Benavides. Con esta frase el ejecutivo trató de minimizar los comentarios de quienes calificaron como “monstruosa” la operación más importante que recuerde la industria del comercio en Chile: la fusión de la multitienda más grande de la plaza con la cadena de supermercados D&S, también la número uno en su negocio.
No son pocos los temores de quienes denominaron de esa forma a la movida empresarial más impresionante del último tiempo. Es que cuando concluya la operación, la nueva compañía se convertirá en el primer grupo de retail (ventas al detalle) en Chile y en Sudamérica, y el segundo a nivel latinoamericano (detrás de la mexicana Walmex), con ventas que bordearán los ocho mil millones de dólares anuales.
No sólo eso. El nuevo gigante minorista será el mayor operador de tarjetas de crédito no bancarias del país, con más de seis millones de plásticos activos en circulación, y concentrará, junto a Cencosud, más del 80% del mercado del retail nacional. En sus manos quedarán Falabella, los supermercados Líder, Tottus y San Francisco, Sodimac, los centros comerciales Mall Plaza, las farmacias Farmalider y el muy rentable negocio crediticio de las tarjetas CMR y Presto.
Con antecedentes de tal magnitud, y apenas se agigantó en el mercado la ola de rumores sobre el acuerdo, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) decidió tomar cartas en el asunto e inició una investigación para analizar la operación. Al día siguiente del anuncio, el fiscal nacional, Enrique Vergara, aseguró que la megafusión le “preocupa”.
Según la autoridad antimonopolios, los ejecutivos de ambas compañías ya están preparando la información sobre ventas y participación de mercado con la cual la FNE determinará si la operación atenta contra la libre competencia y si debe o no ser analizada por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC).
El foco de la investigación de la FNE está puesto en dimensionar los perjuicios que podría tener esta jugada para los proveedores y los consumidores de ambas firmas. Si se consideran los antecedentes de Falabella y D&S con estos actores, los temores son más que justificados.
Proveedores en la cuerda floja
“No tengo miedo de lo que vaya a pasar con esta nueva compañía. Es imposible que alguna cosa peor nos pueda ocurrir”, grafica un pequeño empresario que abastece a Falabella de artículos para el hogar y que prefiere ocultar su identidad para evitar represalias de la detallista.
Según el proveedor, las condiciones con las que negocian con la compañía de las familias Cúneo-Solari y Del Río no pueden ser más indignas: “Cuando abren un nuevo local nos mandan facturas para financiarlo, sin consultarnos. Y cuando se les ensucia la mercadería la devuelven sin más. Es tremendo, pero uno tiene que aguantar y agachar el moño, porque si no nos quedamos sin nuestros principales clientes”.
Este testimonio es común a varias de las pequeñas y medianas empresas que deben lidiar día a día con los grandes operadores del retail para poner sus productos en vtrina. De hecho, el último Informe Semestral de las Pymes indica que la mayor dificultad que enfrenta el sector no son las deudas tributarias y previsionales, sino las condiciones que le imponen los grandes clientes.
El historial es decidor. En 2004, el TDLC ya investigó a Lider y Jumbo, el otro gran actor del negocio de los supermercados, por imponer condiciones que atentaban en contra de sus proveedores. Ambas cadenas fueron obligadas a terminar con estas prácticas. Falabella, en tanto, fue investigada el año pasado por la fiscalía, acusada tras presionar a varios proveedores de tecnología (esta vez grandes empresas) para que no participaran de una feria digital que organizaba el Banco de Chile, cancelada tras el incidente.
Según el decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central, Humberto Vega, esta fusión aumentará aún más esta asimetría: “Mientras más grande es la empresa, mayor es su capacidad de negociación, en desmedro de las pymes que los abastecen. No les queda otra que llevarse la parte del ratón y los grandes siguen como el león”.
Finn Samsung, economista de la Universidad de Chile, atribuye la “ley de la selva” que rige las relaciones de distribuidores y proveedores a la falta de “reglas claras” que regulen este vínculo. “Por eso, el más grande ejerce su poder de negociación en detrimento del más débil”, indica.
UN PORTAAVIONES
Pese a que los entes antimonopolio afirman que la mejor receta es la autorregulación, la idea del “manual de buenas prácticas” apenas se ha extendido en el retail. Sólo Lider (D&S) comenzó a aplicar hace tres semanas un código de este tipo, que establece –entre otros puntos– que se rebajará el plazo de pago de facturas de 60 a 30 días promedio. Fuentes de la empresa aseguran que, una vez consolidada la fusión, este manual también regirá para los supermercados que hoy opera Falabella, Tottus y San Francisco.
“No hay razón alguna por la cual los proveedores se vean afectados negativamente con esta fusión. Por el contrario, van a ser beneficiados, ya que la fusión es un portaaviones, una plataforma para crecer en mercados a los que por sí solos algunos de ellos no podrían haber llegado. Con esto se les abren enormes posibilidades para vender en mayor volumen y más productos”, asegura la misma fuente.
Esta premisa será esencial en la exposición que las dos compañías harán para obtener el visto bueno de la fiscalía: su objetivo es crecer en la región y convertirse en una multinacional del retail, que compita en el mercado global. “Siempre sacan el mismo argumento, pero para la gente es irrelevante que compita en el extranjero como una gran empresa”, refuta Eduardo Saavedra, académico de la Facultad de Economía de la Universidad Alberto Hurtado.
PARA NOSOTROS, FABULOSO
Otro de los focos en la lupa de la FNE será el impacto de la fusión en los consumidores, considerando que la firma operará cerca de seis millones de plásticos (tarjetas) no bancarios.
“El tema de las tarjetas de crédito es un aspecto importante que vamos a revisar, porque tendría una participación en el mercado crediticio bastante importante. Ha habido experiencias anteriores en virtud de las cuales grandes tiendas han discriminado a aquellos consumidores que no tienen sus tarjetas, por eso tenemos que prever que no se vuelvan a cometer abusos de ese tipo”, aseguró Enrique Vergara.
Para analizar también cómo se verán afectados los consumidores, Sernac ya tomó contacto con las detallistas. En la última semana, el fiscal de la entidad, Sergio Corvalán, se reunió con abogados de Falabella para asegurarse de que no se vulnerarán los derechos de los clientes.
Aldo González, economista de la Universidad de Chile y experto en temas de competencia, también recomienda poner ojo en la evolución de los precios, especialmente en los supermercados. “En general, los consumidores ganan cuando hay más oferentes, ya que tienen más elección y eventualmente mejores precios. Pero si bien la tendencia mundial en este mercado es contar con pocas cadenas operando por país, el hecho de pasar de tres a dos, por la vía de las fusiones, puede aumentar los precios”, advierte. Sólo para graficar qué tan conveniente es el nuevo escenario para los operadores –y qué tan complejo para proveedores y consumidores– bastan las palabras del controlador de Cencosud, Horst Paulmann, cuando se enteró de la megafusión: “También es bueno para nosotros. Porque antes éramos tres y ahora somos dos. Fabuloso”. LND
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