2006/09/14

Chile: “Guerra del plasma”



Banco de Chile acusa reincidencia y colusión de Falabella y Paris


Pidió multa máxima permitida, equivalente a unos US$ 14 millones

La institución menciona indicios de un acuerdo entre las casas comerciales para ejercer presiones y recuerda el fallo de 2004, que condenó a ambas, junto a Ripley.


Sólo era cosa de tiempo que el Banco de Chile asumiera un rol protagónico en la “guerra del plasma”. El día escogido por la institución financiera fue el jueves pasado, cuando presentó una demanda contra ambas casas comerciales ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) acusándolas de haber excluido del mercado a un competidor relevante: Travel Club, que se vio impedido de hacer la venta de tecnología programado para los clientes del Banco de Chile.

En la demanda, la entidad solicita que se aplique a cada una de las cadenas la multa máxima que contempla la ley, es decir 20.000 Unidades Tributarias Anuales (UTA), lo que equivale a US$ 14,3 millones. Este monto es muy superior a la sanción que recomendó la FNE, que asciende a 1.000 UTA para cada empresa, unos US$ 717 mil.

El banco explica esta solicitud argumentando que a través de la “guerra del plasma”, Falabella y Paris reinciden en atentados contra la libre competencia, aludiendo al conflicto de 2002, cuando ambas -además de Ripley- se negaron a aceptar la promoción de 12 cuotas precio contado que promovía Transbank.“Nos encontramos, pues, con que las demandadas ya han sido sancionadas por un arbitrio contrario a la libre competencia similar al que es objeto del presente juicio”, dice el Banco de Chile, recordando el impasse.

Colusión

Asegura que hay indicios de que ambas empresas actuaron en forma coordinada para presionar a sus proveedores. Menciona que estos últimos dicen haber recibido llamadas de ejecutivos de Falabella y Paris durante la mañana del 3 de abril de 2006 -un día después de que se publicó el aviso del evento tecnológico en diversos medios- y que todas se caracterizaron por un mismo contenido y tono.Otra prueba de lo anterior, según el banco es el hecho de que “ellas han obrado en el pasado de manera concertada para desarrollar acciones anticompetitivas en el mercado de las tarjetas”.

La demanda también destaca el poder de mercado que ostentaron ambas compañías para impedir realizar el evento, indicando que “sus amenazas fueron suficientes para provocar que los principales distribuidores de artículos electrónicos en el país decidieran, incumpliendo los compromisos y/o contratos suscritos y arriesgando las multas estipuladas en ellos, desistirse de participar en la feria”.


Paris cuestiona argumentos de la FNE

En la respuesta al TDLC Paris cuestionó los argumentos que sustentan el requerimiento de la Fiscalía Nacional Económica (FNE) en su contra y en contra de Falabella. Solicitó al tribunal que ordene a la FNE que exponga en forma clara los antecedentes que fundamentan la presentación, especificando los hechos que se invocan, las personas que habrían intervenido, su participación y los antecedentes que acrediten lo anterior, de acuerdo a la investigación que realizó antes de presentar el requerimiento.

En este sentido, Paris manifestó que no está en igualdad de condiciones con la FNE para acceder a información sobre el caso, ya que mientras este órgano indagó durante cuatro meses el caso, la empresa no pudo acceder a los antecedentes recopilados en forma íntegra.“En otros términos, existe un requerimiento impreciso y, al mismo tiempo, los únicos antecedentes a los cuales se nos ha autorizado el acceso extrajudicialmente no permiten enmendar la vaguedad de que adolece el libelo”, indicó la cadena.

Fuente: diario Financiero, 14 de septiembre del 2006

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