2006/08/31

Argentina: Padrinazgo en construcción


Desde hace 9 años, la firma Falabella eligió como ahijada a la Escuela de Educación Popular de Santa Lucía. No sólo festejan el día del niño con los alumnos sino que planean ayudar en el mantenimiento del edificio.
El nivel de las ventas a esta altura del mes, los vueltos, la facturación, el financiamiento con la tarjeta de la casa. Todos esos temas se terminan cuando desde el gerente hasta cualquiera de los empleados de Falabella se sientan a diagramar una acción solidaria para los alumnos de su escuela ahijada, la Educación Popular que funciona en Santa Lucía.
La vinculación empezó hace 9 años atrás, fecha en que se inauguró la tienda en plena peatonal de San Juan y tiempos en que el edificio escolar parecía deshacerse ante la primer brisa del día. "Recuerdo que yo mismo fui en el '97 al Ministerio de Educación buscando una escuela humilde a quien ayudar.
Tenía una premisa clara porque esta cadena comercial tiene como objetivo apadrinar un colegio desde el mismo día que se implanta en una provincia. Y así lo hicimos con este establecimiento de Santa Lucía. Basto visitarla una vez para encariñarnos con los niños y los docentes", comenta Roberto D'Amico, gerente comercial.Aquella escuela de paredes que hasta el 2004 parecían venirse abajo, hoy luce flamante.
No es para menos: la entidad fue elegida para integrar un plan nacional de reconstrucción de establecimientos educativos denominado "700 escuelas". Igual, los empleados del comercio siguen ayudando. Porque si bien el edificio es nuevo y moderno, los niños que van allí siguen teniendo necesidades. Por eso no hay fecha importante del calendario que quede fuera de la colaboración. La última fue el día del niño, que festejaron hace unos días apenas.
En esa oportunidad no sólo llevaron juguetes nuevos para regalarle a cada uno de los 170 alumnos del Nivel Inicial, la EGB 1 y 2 del colegio sino que además todos los empleados tanto de la tienda como los de la tarjeta CMR -con la que los socios financian las compras de Falabella- en lugar de ir a trabajar al negocio hicieron las veces de payasos, titiriteros e inclusive mozos ya que sirvieron chocolate con torta.
"Hay un presupuesto anual interno para este tipo de ayuda pero lo que es más importante es el aporte que hacemos cada uno de los empleados. Nosotros quizás no damos algo material pero si el tiempo y la buena voluntad para reforzar la relación de padrinos-ahijados", dice D' Amico.Ahora todos los involucrados están empeñados en conseguir lo que el establecimiento necesita.
"Estamos en permanente contacto y si bien todo es nuevo y no se puede hacer nada en el edificio hasta que no caduque un seguro de la empresa constructora, nosotros ya estamos planificando colocar media sombra en el patio para los primeros días de calor. Por supuesto que ya nos comprometimos para pintar o hacer el mantenimiento a lo que haga falta", agrega el responsable de la tienda.
Incentivo escolar
Antes de fin de año, desde las arcas de Falabella saldrá un incentivo de entre 100 y 150 pesos para cada mejor alumno de cada año de la escuela ahijada. Además habrá un premio especial para que el alumno que más se esforzó para ir a la escuela. Otra de las ideas es hacer talleres con los padres para darles una capacitación con vistas a una salida laboral.
Fuente laboralDesde diciembre pasado tres chicos discapacitados integran la planta de Falabella. Es más ya han podido ascender llegando al máximo de horas trabajadas. Esto fue por intermediación de Discar, una entidad nacional que brega por la inclusión social de los discapacitados. Esta semana habrá una nueva selección donde quedarán dos nuevos empleados.

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