La impactante recuperación que mostró el mercado lácteo nacional a partir de la devaluación se convirtió en un imán para los inversores internacionales, que en los últimos dos años fueron adquiriendo a pequeñas y medianas empresas del sector - La última firma en pasar a manos extranjeras es la santafecina Ruiz y Tremblay (RyT), que acaba de ser adquirida por el grupo español Kaiku.
RyT surgió a fines de la década del 60 como una pequeña usina láctea y en la actualidad cuenta con una planta de producción en la localidad de San Martín de la Escoba -en el centro de la provincia de Santa Fe- que procesa 150.000 litros diarios.
La empresa se especializa en la producción de quesos, que comercializa con la marca RyT en varias cadenas de supermercados porteños, aunque la idea de los nuevos dueños sería incorporar una línea de yogures. Para Kaiku no se trata de su debut en el mercado nacional, ya que la firma se instaló hace un par de años con la comercialización de su línea de sopas crema, consomés y alimentos lácteos probióticos, que son importados básicamente desde Chile y España.
Fusión de cooperativas Kaiku fue fundada en 1990, a partir de la fusión de varias cooperativas de ganaderos de la Comunidad Autónoma del País Vasco y la Comunidad Foral de Navarra. Es una compañía integrada por 10 sociedades filiales, posee cuatro plantas industriales, emplea a 600 personas, y cuenta con 160 camiones refrigerados de recolección y reparto en frío.
Suma 3500 explotaciones ganaderas y procesa más de 400 millones de litros de leche al año, con una facturación anual superior a los 200 millones de euros. La compra del grupo español se suma a una lista cada vez más larga de inversiones internacionales en el mercado lácteo posdevaluación. La avanzada fue encabezada por la canadiense Saputo, que en 2004 se quedó con el control de Molfino, la láctea del grupo Perez Companc.
Poco después la familia chilena Solari -una de las dueñas de la cadena Falabella- concretó la compra de un 24% de Milkaut y ahora estaría negociando para ceder una parte de las acciones a manos del grupo francés Bongrain, propietario de los quesos Santa Rosa. Por su parte, el grupo belga Campina adquirió hace unos meses la firma Inovatech, que cuenta con una planta en Villa Nueva (Córdoba), en la que produce ingredientes lácteos para la industria de la alimentación y nutrición.
El grupo peruano Gloria, en tanto, se radicó en la ciudad santafecina de Esperanza, donde proyecta levantar una planta de leche en polvo asociado. El mercado lácteo estuvo a punto de sumar un grupo inversor jordano que hasta hace unos meses negoció la compra de una participación en la cooperativa rosarina Cotar, aunque a último momento la operación se cayó.
Fuente: La Nación
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