2006/02/06

La nueva etapa de Construmart: los dueños se vuelcan a profesionalizar la empresa



Fracasada la venta a Southern Cross, los accionistas quieren incorporar directores independientes a la firma. Diferencias sobre la estrategia para enfrentar el difícil mercado de la venta de materiales para la construcción habría sido la razón de fondo para que algunos socios quisieran salir de la propiedad.

SANTIAGO DE CHILE.- El nacimiento de Construmart en 1996 fue una proeza, pues requirió unir tres empresas en una. Es decir, tres culturas corporativas. Y aunque por mucho tiempo todo anduvo bien, varias fuentes coinciden en que finalmente se produjeron roces entre los socios que devinieron en pérdida de iniciativa en el mercado de los materiales para la construcción, fuga de talentos y una puesta en venta que, además, resultó fallida.

Los Corbella, los Chicharro y los Eguiguren son las familias tras esta historia de ferreteros, que últimamente tiene más de agraz que de dulce, tras el malogrado traspaso de la compañía al fondo de inversiones Southern Cross. La operación se dilató por un semestre, pero tras dar por fracasada la venta hace dos semanas, las familias se preparan para tratar de mejorar las cosas de ahora en adelante. Tanto así que fuentes cercanas a los accionistas señalan que el presidente de Construmart, Patricio Legarreta, y Antonio Corbella, director, iniciaron el proceso de reclutar a tres directores independientes, sin vínculos familiares con los accionistas, para integrarlos a la mesa.


Y la búsqueda de nuevos socios no está cerrada. Incluso hay fuentes que afirman que habría contactos con dos posibles interesados en incorporarse a la compañía.


También están tras el reemplazante definitivo (actualmente hay un gerente interino) del renunciado Cristián Montes en la gerencia general. Este es un ejecutivo muy bien evaluado en una industria que conoce en sus diferentes facetas, pues antes de Construmart se desempeñó durante nueve años en el grupo Pizarreño, uno de los proveedores de los
homecenters, y se comenta que abandonó la compañía cansado de lidiar con un directorio que no se ponía de acuerdo en las fórmulas para avanzar en el mercado.

"No están los mismos intereses y la empresa no avanza. Los competidores son agresivos y para enfrentarlos se necesita una toma de decisiones rápida, y eso no se produce", relata una fuente que conoce la empresa por dentro.


Profesionalizar la compañía debería ser el foco elegido para superar las desavenencias, que surgieron a raíz de las distintas visiones de cada grupo acerca de la estrategia para enfrentar un negocio donde mantener las rentabilidades es un dilema de compleja solución. Por eso en la empresa estaban esperanzados en que llegase un operador que insuflara nuevos aires "y agregara profesionalismo a la operación de la sociedad", acota un entrevistado.


Los anuncios respecto a la entrada de un socio se arrastraban desde hace varios años, pero sólo parecieron concretarse y salir a la luz pública hace medio año, cuando Southern Cross se interesó en la firma. Sin embargo, aunque el traspaso de las participaciones de los Chicharro y los Eguiguren parecía cosa cerrada, el proceso fracasó, oficialmente por el rechazo bancario a levantar una garantía que pesaba sobre activos de Construmart.


Extraoficialmente, empero, la situación en realidad habría pasado porque no existía un total convencimiento por vender, en un lado, y por comprar, en el otro. Y en la compañía ya hace muchas semanas tenían la certeza de que la operación iba encaminada a una muerte segura, generándose un clima interno de incertidumbre que la nueva administración debería subsanar.


La idea de los socios -asegura un cercano a los accionistas- es pasar el mal rato poniéndose como meta dar un gran salto en ventas (Construmart factura unos $ 16.000 millones al mes) y resultados en 2006. Tras el fin de las negociaciones con Southern Cross, la firma anunció que emprenderán "un ambicioso plan de desarrollo y expansión".

Construmart tiene 24 locales en todo el país y a diferencia de sus competidores principales, Sodimac (filial de Falabella) y Easy (filial de Cencosud), que han crecido en el retail, el foco de la firma han sido las constructoras. Un conocedor de la compañía asegura que la firma aspira a convertirse en distribuidor directo de los grandes proveedores de la construcción, intermediando entre ellos y las empresas que desarrollan grandes proyectos.

Quién es quién


Los Corbella son los más dispuestos a que la compañía se involucre de lleno a la pelea dentro de un ring muy difícil. Y si hay que invertir, lo harán, dice una fuente.

Por eso es que esta familia nunca puso a la venta su tercio en la propiedad. Los Eguiguren y los Chicharro, en cambio, vendían.

De los primeros, el pater familias es Antonio Eguiguren Ortúzar. De ellos dicen dentro de la firma que "son más inversionistas". También participan en el Cementerio Parque del Sendero, entre otras cosas.


Entre los Chicharro, si bien constituyen los más antiguos dentro del rubro ferretero, habría ocurrido que las nuevas generaciones no sienten por esta actividad el mismo compromiso que las antiguas. En este minuto, si bien mantendrían su interés por salir de Construmart, estarían dispuestos a esperar lo necesario para dar tiempo de potenciar nuevamente la empresa.


En esta familia Alvaro Chicharro Gil es el que se involucra en Construmart junto a su cuñado Patricio Legarreta (casado con María Nieves Chicharro), empresario (fue dueño de la fábrica de snacks Mom´s) y en su oportunidad uno de los artífices de la fusión que originó Construmart. Carlos Chicharro, en tanto, lleva las riendas de negocios inmobiliarios, a través de la constructora Ecasa, de la que se desprende el hotel Azapa Inn de Arica, y otras inversiones como una parte de los Pub Licity, asociados con los Délano. Pero su verdadera pasión son los deportes, particularmente el esquí acuático, al punto de que aportó a Chile una medalla de plata panamericana a nivel senior.


Los representantes de las tres familias en la empresa no respondieron los llamados de
La Tercera.

Fuente: diario La Tercera, 06 de febrero del 2006

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿¿¿y cuanto les iban a pagar a los Eguiguren y los Chicharro por la propiedad??