Comentemos de la Industria
La definición de arancel que más me gusta dice que es un tributo que se impone a un bien o servicio cuando cruza la frontera de un país.
Los aranceles se aplican a las importaciones de forma más común, pero también los puede haber a las exportaciones y las razones de imponerlos son ya sea para obtener un ingreso, o para proteger a una industria.
Claro está que las normas y regulaciones también protegen a las industrias y a los consumidores y también se les conoce en muchos casos como barreras no arancelarias.
En mi opinión, para interactuar comercialmente en un mundo tan globalizado con los demás países, es fundamental entender las estrategias de cada uno de los países o regiones, ya sea para venderles o para comprarles.
Por ejemplo, cuando China decidió transformarse debido a la enorme población que tenía en condiciones de extrema pobreza, implementó un sistema de subsidios muy agresivo y subvaluó su moneda para tratar de conquistar los mercados del mundo y generar a través de esas ventas el flujo y la inversión que requerían. Al tiempo podemos afirmar que fueron muy exitosos, obviamente quedaron varios países damnificados y que verdaderamente sacrificaron muchas de sus industrias a cambio de un mejor precio de los productos importados en comparación a los nacionales, argumentando que era en beneficio de sus consumidores.
Yo creo que la falacia y, en consecuencia, el error, está en suponer que la pobreza se combate proporcionando ficticiamente mejores precios a la población, en lugar de preocuparse en que mejoren su ingreso. Por ejemplo, en Estados Unidos, no es que hayan bajado los sueldos, sino que cerraron las fábricas que se trasladaron a China, porque ahí podían fabricar más barato; un tornero que, por decir, ganaba 4,000 dólares al mes en una fábrica, al cerrar ésta, ahora se pudo emplear en una cafetería donde el sueldo que se paga es de 2,500 dólares al mes. Entonces, no es que hayan bajado los sueldos, más bien que simplemente el señor ahora gana menos en otro lado y está enojado, lo cual ha logrado que simpatice con el discurso maniqueo del presidente Trump.
Si aceptamos que a México le urge generar muchos empleos y bien pagados, es indispensable que logremos por una parte crecer en servicios mejor pagados, pero también impulsar cadenas productivas exitosas y con visión de largo plazo.
Es muy importante no promover la ineficiencia, por eso es de sumo cuidar no caer en proteccionismo y por lo tanto promover mucha competencia tanto de productos nacionales como importados para que se obligue a la mejora continua.
Fundamentalmente para que las cadenas productivas florezcan, primero que nada, los fabricantes tienen que tener la confianza de que su inversión será respetada, y eso se logra garantizando el Estado de Derecho, pero también es indispensable interactuar con el mundo en lo que se define como “Mercado Justo” equilibrando las estrategias tramposas de otros países cuando las haya, y para lograrlo las herramientas con las que cuenta el gobierno son las regulaciones, las normas de calidad y la aplicación de aranceles.
La facultad para establecer las tarifas arancelarias la tiene el poder legislativo, pero debido a la gran complejidad y cantidades que de ellas existen, las ha delegado en la Secretaría de Economía.
Determinar cuál es el número correcto para cada una de las fracciones arancelarias puede deliberarse indefinidamente, pero en general hay ciertos conceptos que creo no deben descuidarse, para no incurrir en incongruencias arancelarias.
Los aranceles establecidos tienen que ser más bajos en el principio de la cadena productiva, porque estamos hablando de las materias primas y más altos en el producto final, ya que éste ha logrado acumular más valor agregado y también al final de la cadena se ha generado más empleo. Por supuesto, entre más valor agregado tengamos, implicará la capacidad de pagar mejor a la gente involucrada en los procesos.
Por ejemplo, en el caso de la fabricación de los chocolates, si el azúcar está gravado, pero el chocolate de importación puede entrar al país sin pagar impuestos, nos encontramos con una incongruencia arancelaria y una protección negativa, pues hacemos artificialmente más competitivo al producto de importación que al nacional.
Cuando analizamos las cadenas productivas, si se disminuyen los aranceles al principio de la cadena, aumenta lo que se denomina la protección efectiva, y cuando permanecen estos pero disminuyen los aranceles en la parte final de la cadena, se pierde la protección efectiva, lo cual a la larga será malo para todos, ya que la cadena en términos de competitividad en el mundo será menos atractiva.
El mundo en el que interactuamos cada vez está más conectado y muchos países no respetan las reglas de la OMC (Organización Mundial del Comercio) ni creo que lo hagan en un futuro cercano, pero ya sea para bien o para mal, el flujo de mercancías entre los países se intensificará, lo que necesariamente forzará a las cadenas productivas a especializarse en los productos que pueden tener mejor oportunidad de ser exitosos. Yo creo que los industriales mexicanos son muy capaces, pero competir contra estrategias de subsidios de países a nivel mundial resulta injusto y perdedor para el país.
En mi opinión, la estrategia correcta que debería implementar nuestro gobierno es proteger las cadenas productivas y sus productos que tengan la oportunidad de ser exitosos, analizando cómo fortalecer cada uno de sus eslabones, subiendo y bajando los aranceles, en cada uno de los procesos intermedios, para que la cadena sea más versátil y más fuerte y, por otro lado, en cuanto a los productos que no se fabrican el país, desgravarlos, como, por ejemplo, las corbatas de seda.
Por supuesto, hacerlo bien es muy retador y claro que existen muchos intereses artificiosos, pero si todo se lleva a cabo óptimamente, los productores saldrán beneficiados y, desde luego, el consumidor final.
Finalmente, de lo que se trata es de generar más empleo y bien pagado, en un país capitalista como el nuestro es fundamental generar un círculo virtuoso en el cual haya más empleo, la población gane más dinero y pueda comprar más bienes y servicios que hagan que mejore su calidad de vida.
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