2017/01/12

Cómo las ciudades de Chile podrían transformarse en Smart cities

De acuerdo con expertos, lo que está faltando para que las ciudades chilenas tengan un vuelco definitivo hacia lo smart tiene que ver con la coordinación entre las distintas autoridades.Paula NamurPAULA NAMUR | INDUSTRIA  www.pulso.cl

Entre el 15 y el 17 de noviembre se realizará una nueva versión de la Smart City Expo World Congress en Barcelona, que busca vincular la realidad urbana con la revolución tecnológica, a través del concepto de smart city. Y aunque expertos aseguran que Chile tiene varias de las herramientas tecnológicas necesarias, todavía estamos lejos de ser ejemplo a mostrar en este tipo de eventos.
Si bien hay distintas definiciones para el concepto de smart city, todas coinciden en que estas apunta a mejorar la calidad de vida los ciudadanos a través de la integración de las tecnologías. “Es la respuesta a los retos del futuro que toda ciudad tiene que afrontar sobre la base de las nuevas capacidades tecnológicas que ofrece el internet de las cosas (IoT, su sigla en inglés), el big data y la analítica”, plantea Benjamín Blanco, Gerente de Administraciones Públicas de Indra en Chile. “De esta manera, se consigue una gestión eficiente de los recursos en la planificación, gestión y operación de los diferentes servicios municipales que presta la administración a los ciudadanos”, añade.
En Santiago hay varias iniciativas relacionadas a la materia. La Intendencia Metropolitana ha encabezado este tema a través del Plan Ciudad Inteligente, que agrupa a varias entidades públicas y privadas como Corfo, el ministerio de Transportes, País Digital, empresas de telecomunicaciones, y académicos. Por su parte, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, a través de la Unidad de Ciudades Inteligentes, ha trabajado para desarrollar la movilidad inteligente en las urbes chilenas. De hecho, en septiembre de 2014, se lanzó la Estrategia de Ciudades Inteligentes para el Transporte Chile 2020. Dentro de esta iniciativa, por ejemplo, se ha liberado la data operativa tecnológica de todos los buses del Transantiago, lo cual ha permitido hasta ahora el desarrollo de más de nueve aplicaciones móviles que permiten planificar y saber el tiempo de espera para los usuarios del sistema de transportes.
¿Qué falta? Según una encuesta de ciudades inteligentes de Indra, a 2014, Santiago obtiene mejor puntaje que la media mundial en seis de los siete factores evaluados, incluyendo tiempo empleado hasta el trabajo, seguridad, respuesta ante emergencias, servicio sanitario, e-Administración y limpieza. El único aspecto en que se ubicó por debajo de la media mundial fue en sostenibilidad.
Juan Ignacio Díaz, gerente general de Siemens Chile, explica que la clave para mejorar la calidad de vida y la competitividad, son la automatización, digitalización y electrificación. “Tenemos aún mucho espacio para implementar nuevas tecnologías que permitan organizar y modernizar el transporte, manejar y controlar eficientemente la energía en edificios e infraestructura y monitorear el comportamiento integral de una ciudad con el fin de predecir eventos que puedan afectar la vida en ciudad”, asegura. Además, advierte que falta digitalizar y sensorizar un sinnúmero de infraestructuras para poder captar y procesar datos que permitan monitorear centralmente sistemas de seguridad ciudadana, transporte, utilización de agua, acceso a la salud y uso de la energía.
Para otros, las principales barreras no son tecnológicas ni financieras, sino más bien legales e institucionales. “Hoy en día las principales empresas de servicios, de transporte, sanitarias, eléctricas, de telecomunicaciones, así como instituciones como la UOCT, manejan una cantidad de información muy valiosa y relevante respecto de la operación de los servicios, pero no existe una legislación que permita integrar esa información en una base de datos centralizada, para coordinar y prever eventos”, destaca el decano de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo, Pablo Allard. “La tecnología y los recursos están, lo que falta es la capacidad de coordinación”, asegura.

En eso coincide Rodrigo Seguel, Chief Technology Officer (CTO) de IBM Chile, quien asegura que el concepto ya está instalado en las instituciones. “Hoy está la información, están los sensores, está el ciudadano informado y empoderado que tiene más capacidad de informar y lo que falta son las entidades ya sean públicas o privadas que se encarguen de estas ciudades inteligentes”, sostiene. “Falta alguien que tenga el control para ejecutar y mantener estas iniciativas en el tiempo, porque iniciativas hay en todas partes”, agrega Seguel. En 2014, Santiago fue elegida por la Fundación Rockefeller para integrarse al programa “100 Ciudades Resilientes”, y en ese marco, la figura del Chief Resilience Officer (CRO) deberá insertarse en la estructura del Gobierno para permitir generar políticas y coordinar, plantea Seguel.
EQUIDAD

Otro factor que debiera considerarse dentro del concepto de smart city tiene que ver con la equidad. De acuerdo con un informe de la OCDE, los gobiernos debieran repensar las estrategias de vivienda, transporte, educación y empleo urbano para asegurar que las ciudades no se conviertan en trampas de desigualdad. Según el documento, las ciudades de 9 de los 10 países estudiados tenían mayores niveles de desigualdad de ingresos que su respectivo promedio nacional, con Chile encabezando la lista. En ese mismo sentido apunta el gerente de estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, Javier Hurtado. “La ciudad inteligente tiene que ver con calidad de vida de sus habitantes, y en ese sentido, tiene relación con la equidad en los tiempos de movimiento del día a día de la gente de su trabajo a la casa y ahí se debiera invertir mucho tiempo y esfuerzo”, asegura. “Los bordes de Santiago son complejos, con poca infraestructura, con cero movilidad, y claramente eso hay que resolverlo con sociedades más conectadas”, añade Hurtado.

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