2016/09/22

“Medida por medida”: “Reinvenciones a la mexicana”

Mauricio MontesinosSinopsis:
Isabela, una novicia, recibe la noticia que su hermano está condenado a muerte por el delito de fornicación. Ella habla con el delegado de Viena, Ángelo, para frenar el castigo sin esperar que recibirá una propuesta que llevará al límite su moral y pondrá en riesgo la honorabilidad del sistema legal de la región.

En este ímpetu de conmemorar la figura de William Shakespeare a los 400 años de su muerte vamos a encontrar, desde y por las instituciones culturales del país, sus obras a diestra y siniestra en diferentes formatos, gustos y presentaciones. De toda la oleada de producciones destaca el trabajo de Mauricio García Lozano con un programa doble (“Frente a frente”) en el Teatro Julio Castillo: “Ricardo III” y “Medida por medida”.
Destaca no por el hecho de ser un director que ha dejado lágrimas, sudor y (casi) sangre en sus proyectos sino porque en este momento de su vida, después de tantos triunfos y el reconocimiento de todo el gremio teatral, se pone en riesgo para abandonar todas las fórmulas seguras y entrar a un terreno más experimental. Valoro a este tipo de directores capaces de decir “no” a su reputación e historia para empezar de cero.
La apuesta no es para menos y no lo digo en un plano retórico para hacer más interesante la reseña. Ahora, Mauricio está ensayando el musical “El Hombre de la Mancha” para el Teatro De Los Insurgentes y este pequeño detalle, el de trabajar en este foro, determina todas las reglas de creación; tiene que cumplir con las del género del musical, después monitorear a las “estrellas” del elenco, cabildear con  los productores y sentir el pulso de la audiencia del teatro (por decir lo menos).
Mauricio sabrá capotear al toro con todo el éxito del mundo porque tiene el oficio y la sensibilidad para hacerlo. Sin embargo, cuando yo veo “Medida por medida” veo una creación que sólo obedece a la necesidad personal de comunicarle algo al “otro”. Sin presiones externas; sin deberes políticos. Este par de montajes shakespearianos es la manera de Mauricio de decirle al mundo “así canto yo”, “me mueve contar esta historia”. “Esto es lo que hay”.
¡Qué agallas! Porque a veces la exploración de un teatrero para redefinir su propia voz es muy difícil por toda la imagen y las expectativas que se crean alrededor. Para muestra varios botones: Jorge Ibargüengoitia, Carlos Olmos, Julio Castillo, hasta el propio Ludwik Margules. Me encanta el desenfado de presentarse tal cual es sin preocuparse por el qué dirán (y cada quien que se rasque con sus uñas).
Me enfoco en “Medida por medida”. Mauricio, por trabajar con jóvenes en la docencia universitaria, se ha vuelto extremadamente sensible a su lenguaje, referencias y manera de mirar el mundo. El montaje está hecho para producirle sentido a ellos; no quiero profundizar en un análisis de audiencias porque no me alcanzaría el espacio y, también , porque reconozco este tema como una obsesión personal desde mi ida a “Aplauso” con Verónica Castro. Esto es lo más interesante de la obra: los espectadores que más la pueden disfrutar de principio a fin son hombres y mujeres de menos de 30 años (me gustaría hablar de más filtros de la audiencia pero me concentro en éste porque es muy revelador sobre la forma de abordar la anécdota).
Esta imagen me vuela la cabeza: el texto, que en cualquier momento podría ser una pieza museográfica, le habla a una audiencia sobreestimulada por los medios, con una alta capacidad de procesar mucha información al mismo tiempo y una conciencia del ritmo acelerada. En este sentido, la adaptación de Alfredo Michel Modenessi es efectiva en cuanto al tratamiento del lenguaje y la síntesis dramática. Gran parte del valor de Shakespeare radica en la sintaxis y Alfredo logra un equilibrio entre respetar la esencia poética y llevar esas palabras a una cotidianidad. Irremediablemente, percibo una dominante sintonía juvenil al abordar a Shakespeare en este año; pienso en primera instancia en “Mendoza” de Juan Carrillo.
Por otro lado, Mauricio tiene a su favor que “Medida por medida” es la obra más mexicana de las 36 obras de Shakespeare. El tema central es la corrupción en lo público y lo privado. Y ahí sí, sin importar la edad, todos conectamos; entendemos y nos produce sentido todas las ideas del “compadrazgo”, “el que no tranza no avanza”; de las triquiñuelas de los políticos mexicanos; de los abusos de poder; de las “mordidas” y los “tehuacanazos”. Shakespeare, cuando escribió la obra en 1604, nunca se imaginó cómo, en realidad, hacía una investigación sobre el comportamiento social  de un lugar en América llamado México. Parece como si él mismo hubiera venido a tomar  nota de las calles para aventarse la puntada de escribir la comedia.
Precisamente porque el texto no se pierde en las grandes alegorías, ni en los mitos y ni en las referencias culteranas (a diferencia, por ejemplo, de “La Tempestad”, “Cimbelino”o hasta “Hamlet”) viene mi inquietud sobre la dirección. En grandes momentos del montaje, Mauricio apuesta por un esteticismo que le resta contundencia al conflicto de los personajes. El ojo de Mauricio ya lo quisiera cualquier pintor; tiene una habilidad prodigiosa para construir imágenes; sabe dónde poner al actor, sabe cómo iluminarlo, sabe cuál es la escenografía idónea, tiene una gran intuición sobre el movimiento pero a veces tanta pirotecnia visual me estorba.
Y sí pongo este trabajo en perspectiva con “Ricardo III” porque es del mismo director. En “Ricardo…” se logra un balance entre la forma y el fondo; se crean imágenes potentes que pueden sostener la premisa y están en congruencia con el conflicto de los protagonistas; en “Medida por medida” esta forma bien podría estar fuera de foco en varios momentos porque la historia no lo necesita; es más, en mi función muchos chistes no caían porque todos los espectadores estaban sorprendidos con la arquitectura visual.
Voy a poner esta analogía: me trajeron un pastel que tiene un pan de la más alta calidad pero tenía demasiado betún; éste tampoco me incomoda porque sabe rico pero si me pones a elegir me como sólo el pan. No quiero spoilear pero los momentos donde la forma me jaló y perdí el foco son: la primera escena donde estamos en el burdel; el primer encuentro entre Isabela y Ángelo; la posible ejecución de Bernardino, el “encuentro” entre Mariana y Ángelo y la última intervención del Duque como fraile.
Uno de los grandes aciertos de Mauricio es guiar a los actores para que puedan encontrar a su personaje. El trabajo es exquisito porque la obra se podría sostener sólo con la interpretación. Aquí hay tres notas: Ilse Salas, al hacer “Medida por medida”, hace su maestría como actriz; hacer a Shakespeare acciona herramientas del intérprete poco o nunca usadas en textos del siglo XX (ya sé, con este comentario muchos me odiarán por ser un purista del teatro). Ilse hace un trabajo de precisión rítmica fuera de serie porque junto con Ángelo, en comparación del resto de los personajes de la obra, están en un tono diferente.
Que todos los dioses del teatro bendigan a Haydée Boeto no sólo por su personaje de Herculano, en este montaje, sino por su trayectoria, experiencia y amor al oficio. “Medida por medida” tiene sus partes más brillantes en comedia por ella;  su caracterización de un hombre inspirado en películas de Ismael Rodríguez es inolvidable. Por último, Harif Ovalle, como el Duque de Viena, me conmovió por acercar las palabras de Shakespeare a las audiencias actuales sin un halo de pretensión académica o presunción actoral.
Mauricio García Lozano hace un trabajo sobresaliente con “Medida por medida”; para mí se debe al acercamiento que hace de esta figura “inalcanzable” de Shakespeare con los jóvenes y rendirle tributo con una mirada audaz y profunda.

Traspunte 1
¿Regresa “Grito”, esa obra que hace poco hizo Ludwika Paleta y Daniela Schmidt en la Sala Chopin, ahora al Teatro López Tarso?

Traspunte 2
El próximo lunes abro un espacio en mi cuenta de twitter (@pezdeoro1972) que se llama “Grabado en piedra” en donde pretendo recolectar imágenes de memorabilia de obras de teatro en México (programas de mano, fotos, discos, camisetas, objetos de uso cotidiano, vestuario, parte de escenografía o cualquier souvenir). Si alguien quisiera compartir fotografías de algunos de estos recuerdos por favor suban su foto en twitter con el hashtag #grabadoenpiedra.

“Medida por medida” (Dentro del Ciclo “Frente a Frente”)
De: William Shakespeare
Director: Mauricio García Lozano
Teatro Julio Castillo (Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n – Metro Auditorio)
Agosto y septiembre de 2016 (Checar fechas que pueden caer de jueves a domingo en la siguiente página: 
http://elsemanario.com/

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