2016/08/08

Ernesto Ottone: "Los elementos para que Ricardo Lagos compita todavía no se constituyen"

El sociólogo plantea que los dichos de Ricardo Lagos fueron mal interpretados fruto de la "paranoia" y la "frivolidad política". Asegura que si el ex Presidente decide ser candidato, "voy a estar cerca de Lagos en el lugar que él esté".Renata Fernández RENATA FERNÁNDEZ |

Sobre su escritorio, Ernesto Ottone tiene dos textos que han marcado su semana y el panorama político nacional. El primero es su libro más reciente llamado “El segundo piso”, donde relata su experiencia siendo uno de los colaboradores más estrechos del ex Presidente Ricardo Lagos durante su Gobierno.
Pero además el sociólogo tiene sobre su mesa la última entrevista concedida por Lagos donde este acusó que “esta es la peor crisis política a institucional que ha tenido Chile”. Las mejores frases y los párrafos más destacados, están rayados con lápiz azul a lo largo de todo el texto.
Así, Ottone repasa las declaraciones del ex mandatario, evalúa una eventual aventura presidencial de Lagos para 2017 y, en tono crítico, desmenuza el rumbo del actual Gobierno.   
¿Tiene razón Lagos cuando plantea que Chile vive la peor crisis política e institucional de su historia?Es que Lagos no dijo eso. Lagos habló de una crisis de legitimidad, no de una crisis política e institucional.  No es que las instituciones hayan dejado de funcionar, es que las instituciones han perdido legitimidad  en la gente. Chile está viviendo una crisis de legitimidad de sus instituciones, pero eso no quiere decir que el país esté viviendo la crisis política más grande de su historia.  Eso no es así y tampoco lo dijo Lagos. No estamos en una crisis catastrófica. 
¿Se sobrerreaccionó?Por supuesto, la crisis de legitimidad es un fenómeno planetario. Lo que afirma Lagos es algo de carácter mundial y además habla de la relación entre instituciones y política, entre instituciones y su vinculación con la gente. 
¿Es comparable con el 73?Por supuesto que no y así lo señala Lagos. Lo del 73 fue una catástrofe para la democracia. El 73 no es que la gente estuviera anómica, había mucha política, quizás demasiada y había demasiada polarización. Aquí lo que está sucediendo es otra cosa, es la lejanía de la política de los ciudadanos. Ricardo Lagos hace esa afirmación, pero se lee otra cosa.
¿Quién hizo una lectura incorrecta de las declaraciones del ex Presidente?Es una mezcla de frivolidad política de dirigentes que opinan y que salen a la palestra sin haber leído la entrevista. De eso estoy seguro. Una persona que dice que Lagos no toma en cuenta el 73, no leyó la entrevista. Eso es grave. Además hay una especie de paranoia cuando se dice que  hay una falta de lealtad hacia el Gobierno, ¡si no está hablando del Gobierno, está hablando del conjunto de las instituciones!, entonces, decir que hubo fuego amigo es una estupidez.  También hay mala leche al tratar de llevar la discusión a una cosa que no se ha planteado. 
Pero cuando Lagos afirma que no sabe si el país resiste un año y medio más con esta crisis, ¿no hay entre líneas un cuestionamiento a La Moneda?Cuando señala lo del año y medio Lagos se está refiriendo a la situación general y sobre todo al Parlamento. Él dice que se requiere un esfuerzo de todos para cambiar la situación y naturalmente también está incluida la gestión del Gobierno. Pero Lagos no hace ninguna referencia a La Moneda.
¿A qué atribuye esta reacción?A la paranoia y a la frivolidad política. Ricardo Lagos siempre habla en grande y lo quieren meter en una pelea chica y el ex Presidente Lagos no está en eso. La crisis de legitimidad también se muestra a través de esta incapacidad de discutir con altura de miras.
¿Qué hay que hacer y cuánta responsabilidad tiene el Gobierno?Las cosas no están bien. El Gobierno tuvo un error de diagnóstico cuando el ruido de los movilizados apagó el murmullo de la mayoría. Porque la mayoría no está gritando, está trabajando. La gente quiere cambios, quiere reformas, pero las quiere de otra manera y con otro espíritu. Y por cierto que hay una responsabilidad del Gobierno, porque estamos en un país presidencial. Por ejemplo, lograr gratuidad universal en seis años fue una promesa desmesurada.
¿Un cambio del equipo de ministros es una medida que podría enmendar el rumbo de este Gobierno?Yo no creo en esas cosas. Queda un año y medio de Gobierno y un cambio de gabinete no va a significar un golpe de timón. Tú puedes cambiar diez veces el gabinete y no pasa nada. Hay políticos que hacen de esto una especie de obsesión, pero un cambio de gabinete no tiene ninguna importancia. De lo que se trata acá es de enrumbar las cosas en una forma mejor. 
¿Cómo ve la gestión de la Presidenta Michelle Bachelet?Me preocupan los resultados. Me preocupa la marcha del Gobierno porque las reformas no tienen el apoyo suficiente y porque las reformas no han tenido la prolijidad necesaria. En democracia tú necesitas que las reformas generen apoyo.
Usted formó parte del segundo piso de Lagos, ¿el segundo piso de ahora ha estado a la altura?No sé lo que sucede hoy con el segundo piso. De lo que sucede ahora francamente no sé. Nuestro segundo piso funcionó por razones históricas, estratégicas y también por las características de quienes conformaron ese segundo piso y por las características del Presidente Lagos. 
¿Lagos competirá en las presidenciales de 2017?Lo que Chile necesita es la mirada larga. Si la mirada larga se va a encarnar en Ricardo Lagos es una cosa que está por verse. Que él tiene esta mirada, la tiene, pero para que Lagos encabece un Gobierno tienen que producirse muchas otras cosas. 
¿Cómo cuáles?Tiene que haber una cierta fuerza de apoyo, tiene que producirse un cierto campo de fuerza favorable y tiene que producirse una voluntad de la ciudadanía.
¿Ve posible ese escenario?]Lo veo posible, pero no cierto. No lo veo a la vuelta de la esquina, se tienen que constituir esos elementos. Los elementos para que Ricardo Lagos compita todavía no se constituyen, el futuro dirá. 
¿O sea no es partidario de que Lagos pueda adelantar la decisión de ser candidato? Él dejó la puerta abierta para definirse antes de marzo próximo. Él ha hablado de marzo, por ahora dejémoslo así.
¿Estaría dispuesto a acompañar a Lagos en otra aventura presidencial?Yo voy a estar cerca de Lagos en el lugar que él esté. Es una relación muy fuerte generada por muchos años y con una empatía intelectual muy fuerte. 
¿Ve otros liderazgos presidenciales?Lagos tiene un liderazgo más allá de la cuestión presidencial. Hay otros políticos que no tienen esa mirada, lo sabemos. Piñera no tiene esa mirada, porque tiene otra idea de la política. Tiene una idea más empresarial, de resolver problemas, pero sin una estrategia ni una idea de país. Lagos en cambio ejerce un liderazgo sobre una concepción de país que no es ni populista ni neoliberal. Lagos encarna una visión que es tendiente a un progreso, pero un progreso que incluya modernidad, democracia, que incluya mayor igualdad. 
¿Puede el ex Presidente Lagos pensar en ser candidato presidencial con la resistencia que genera en el mundo joven?Entiendo que los sectores con tendencias populistas no le guste Lagos, tengan la edad que tengan. Yo entiendo que los sectores conservadores tampoco les gusta Lagos por encontrarlo demasiado reformista. Entiendo también que muchos jóvenes tienen una mirada prejuiciada frente al Gobierno de Lagos y fuera de contexto. Ellos no vivieron ese momento histórico. ¡Si el año 2000 era muy distinto a ahora!, ahí todavía teníamos una democracia aún incompleta y tuvimos que enfrentar una crisis económica tremenda. Entiendo que hay muchos jóvenes que en ese entonces tenían 10, 12 años y estaban en una edad pre política. Y por eso predomina en ellos una visión crítica. El Presidente tiene una idea de país, y en esas ideas de país sí están reflejados los intereses más amplios de Chile. Yo no haría de esto un punto esencial porque los jóvenes también pueden ir adquiriendo más conocimiento.

¿El Gobierno y la Presidenta Bachelet tienen esta visión de largo plazo de la que habla?Las reformas que propuso este Gobierno son reformas importantes que responden a una visión de largo plazo. Creo que una cosa es identificar las reformas, proponer las reformas, y otra cosa es gestionar las reformas. Ahí ha habido una tendencia fundacional que no ha ayudado a que ellas se realicen de la mejor manera. Aquí ha habido propuestas que son necesarias, pero es muy importante anidarlas y gestionarlas. Es obvio que estamos con problemas, sino no tendríamos esta situación tan deteriorada de apoyo de la gente. Y el apoyo es importante para las reformas porque si no se convierten en algo cuestionado.

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