Fue un año de trabajo en que los consejeros de la misión chilena en la OCDE tuvieron que encargarse de la logística de la reunión anual ministerial de la entidad, revisar los contenidos y, además, proponer el tema central que terminó siendo “mejorar la productividad para un crecimiento inclusivo”.
Pero el esfuerzo valió la pena y así lo hizo saber el secretario general del organismo, Angel Gurría, quien elogió el trabajo del grupo encabezado por la embajadora Claudia Serrano.
“Hay mucha admiración por cómo trabaja Chile, como resuelve sus temas de gobernanza y políticas públicas, cómo ha definido su estructura macroeconómica, sus reglas fiscales y como las respeta, de modo que había una base de entrada muy sólida”, explica Serrano, a horas de haber finalizado el encuentro en París.
- ¿Cómo evalúa esta experiencia?
- Ha sido extremadamente valiosa para nuestra participación al interior de la OCDE. Somos uno de los países más jóvenes en este organismo, ingresamos hace seis años y tuvimos la responsabilidad de organizar la reunión más importante del año a la que asistieron los ministros de finanzas, relaciones exteriores y comercio de todos los países. Y el tema de la productividad con un crecimiento inclusivo se va a seguir trabajando, lo que significa que Chile está contribuyendo a la agenda que es relevante para la OCDE.
- Pero seguimos apareciendo mal evaluados ¿Cuándo dejaremos de ser últimos en los rankings?
- Chile no es último en los rankings de la OCDE, sólo en uno: desigualdad. Tampoco es que esté entre los mejores, pero efectivamente está bajo los promedios compartiendo lugares con México, Turquía, Portugal y en ocasiones con Grecia. Si me pregunta qué indicadores me duelen más son el de desigualdad, el de inversión en Ciencia y Tecnología, el de jóvenes que no estudian ni trabajan. Y me duele nuestro resultado en PISA, aunque somos los mejores si nos comparamos con América Latina.
En estas tareas tenemos mucho que hacer, pero no hay que tomar la foto en un minuto del tiempo, que a veces no es el mejor, si no que la tendencia y en los últimos seis años en prácticamente todos los indicadores nos hemos ido acercando hacia el promedio OCDE. Tiene sentido lo que estamos haciendo.
- ¿Le han comentado algo por las decisiones del gobierno para tener más transparencia y menos corrupción?
- Cuando la Presidenta anunció la comisión Engel y propuso medidas que permitieran resolver mejor la ecuación entre política y dinero, hicimos el contacto entre expertos OCDE y chilenos. Hubo viajes, reuniones y un conjunto de información que fue intercambiada, de modo que hay un trabajo intenso entre ambas partes. Si a mí me preguntan si la OCDE está preocupada porque Chile está enfrentado a estas situaciones, no, para nada. La OCDE está informada, atenta y colaborando.
- ¿Cómo ve la reforma laboral en Chile, tomando en cuenta que en Francia también se está discutiendo una que va en sentido opuesto?
- Es importante esto porque si uno mira por encima dice ‘van en sentidos opuestos’, pero lo cierto es que no es así.
En Chile el gran tema pendiente es reforzar el papel del sindicato como representante de los trabajadores y negociador por excelencia, para fortalecer la capacidad de defensa de los derechos colectivos, no individuales. Ese es el sentido del proyecto y la promesa de la Presidenta.
Francia está tratando de avanzar sin eliminar la negociación interempresas, dejando al nivel de firma la posibilidad de hacer pactos laborales y adaptabilidad. Nosotros también quisimos hacer eso en Chile, fue parte de la ley que hoy está en suspenso, pero la ley agregó negociación interempresa que es una recomendación OCDE desde el año 2009.
Nuestros puntos de partida son muy distintos, pero van hacia el mismo punto que es un poco más de adaptabilidad y flexibilidad y mucho respeto a los derechos de los trabajadores y a la responsabilidad, autonomía y jerarquía que tiene el sindicato en la defensa de los derechos colectivos de los trabajadores.
“Mejorar competencias”
- ¿Qué temas pendientes tiene Chile con la OCDE?
- Hay conversaciones para abordar una estrategia de mejorar las competencias, que tiene que ver con las calificaciones de los trabajadores para el conocimiento y la irrupción de la tecnología. Entonces, la OCDE ya ha desarrollado experiencias de fortalecimiento en esas materias con países emergentes o de ingresos medios, pero también con Corea, que es el top en ese ámbito y que está demandando más apoyo OCDE. en este tema donde Chile también ha iniciado una conversación.
- ¿Y en otras áreas?
- También hay un acercamiento para fortalecer el área de productividad y emprendimiento. Hay una conversación con Corfo y el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, tuvo una reunión para hacer un seminario en diciembre en Santiago con sus pares de toda América Latina en el tema productividad e inclusión social.
LA AGENDA QUE PROPUSO CHILE
- ¿Qué es lo que más rescata de que Chile haya organizado el evento de la semana pasada en la sede de la OCDE?
- Tuvimos tres resultados mayores: esta profunda convicción de que ser parte de la OCDE, de sus estándares y de sus buenas prácticas sirven. Junto a México nos hemos empeñado en llevar nuestra experiencia al resto de América Latina y en esta ocasión se lanzó el programa regional bajo la conducción de Chile.
Segundo, aprobamos una declaración que no es un instrumento habitual, pero logramos un compromiso especial de esta organización con la agenda de productividad para la inclusión social.
Y tercero, propusimos entender la productividad en un sentido más complejo. Quizá uno de los resultados importantes es que hoy no medimos bien la productividad, tampoco el aporte de las nuevas tecnologías o de las tecnologías de información, no sabemos mucho sobre productividad del sector público y las interacciones entre sector público y privado. Todo eso es una agenda que viene y que propuso Chile.
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