El Banco de Inglaterra, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE están todos de acuerdo: el voto de Reino Unido por dejar la Unión Europea causará un daño en su economía. Y es que con el país camino a dejar el mercado común de 500 millones de habintantes, una encuesta de Bloomberg hecha en los últimos días arrojó que las posibilidades de que Gran Bretaña caiga en una recesión se triplicaron desde el referendo.
Esta recaída de la economía británica tendría un beneficiado: China. Y es que el intento de la segunda mayor economía del mundo de ejercer mayor influencia en los mercados financieros se verá favorecido por la decisión de separación del Reino Unido, según el reconocido gestor de fondos y presidente ejecutivo de Templeton, Mark Mobius, que considera que Asia es el “lugar donde hay que estar” en el mundo en vías de desarrollo.
“Mientras que el voto británico a favor de una salida de la UE fue una ‘conmoción para muchos’ y desencadenó una liquidación en los mercados globales, se verá a Asia como un lugar relativamente más deseable debido a que en buena medida está aislada de la turbulencia de Europa”, dijo ayer Mobius, a Bloomberg.
Mobius, que tiene 79 años y lleva más de cuatro décadas invirtiendo en mercados emergentes, dijo que le preocupa que la sociedad se vuelque a “épocas oscuras de nacionalismo y antiglobalismo, lo cual es malo para todos”.
El mayor exportador del mundo podría verse afectado de todos modos por una contracción de la economía global producto del voto a favor del Brexit, según cálculos de Bloomberg Intelligence. Cada declinación de 1 punto porcentual del comercio mundial podría reducir el crecimiento del producto interno bruto de China 0,5 punto porcentual, lo que generaría una respuesta de estímulo por parte del gobierno.
Más efectos. No solo han aumentado los devastadores pronósticos para la economía del globo, sino que otros fenómenos también han surgido. Bélgica, por ejemplo, ha recibido pedidos de británicos que quieren obtener la ciudadanía belga. Se trata de casi 24.000 ciudadanos británicos que viven en Bélgica, aproximadamente un tercio de ellos en Bruselas, donde muchos trabajan para instituciones del bloque y para la OTAN, que tienen sus sedes en la capital.
Escocia, por su lado, que ha declarado su intención de seguir adentro del bloque común, recibió la negativa de España, cuyo presidente en funciones, Mariano Rajoy, se opuso ayer al plan. “El gobierno español se opone a que estas negociaciones se hagan con alguien distinto del gobierno de Reino Unido”, dijo Rajoy en Bruselas.
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