El secretario general de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría hizo una pausa en sus actividades como anfitrión del Consejo de Ministros de la OCDE que se desarrolla en París para analizar el escenario económico de Chile, las medidas de productividad que impulsa el Gobierno y las reformas en curso. “Las reformas no terminan nunca, nosotros en la OCDE decimos que las reformas son un estado de ánimo. Se debe estar reformando las reformas, porque nunca funcionan como uno esperaba, y también es porque el mundo cambia y por ello se debe ir ajustando”, aseveró. Sobre la Reforma Laboral en particular se deben buscar y mantener los equilibrios. Además, con respecto al financiamiento de la política, el ex ministro de Hacienda de México puntualizó que el mejor sistema sería uno totalmente público.
El nombre de este encuentro es Productividad con Inclusión Social. ¿Se puede avanzar con medidas que mejoren la productividad y a la vez sean inclusivas?
-Por supuesto, no sólo se puede sino que también se debe. No hay alternativa. Cuando inicié el proyecto de “Crecimiento Verde”, hubo varias críticas que apuntaban a decir cómo se puede avanzar en ambos sentidos si son antagónicos. Y hoy sólo se habla de Crecimiento Verde. En este caso es lo mismo, porque se debe avanzar hacia un crecimiento inclusivo. Ahora en esta discusión estamos buscando el nexo, el nudo, el punto de encuentro donde confluye la productividad y la inclusión social.
En ese sentido, ¿cómo se puede avanzar en productividad y crecimiento inclusivo?
-Un ejemplo de productividad e inclusión social es incentivar a una mayor competencia del mercado, ya que sin competencia no se mejora la productividad, y a la vez se afectan los precios de los productos. Los chilenos lo saben bien con lo que ha pasado con el precio de los medicamentos, de los pollos y hasta con el papel higiénico. Este es un ejemplo.
¿Las reformas que está impulsando Chile van en la dirección de aumentar la productividad y la inclusión social?
-Las tres son absolutamente cruciales. Laboral, Tributaria, Educacional, y además hay en estos momentos un intento de poner en marcha un mecanismo que se convierta en la infraestructura de un proceso de Reforma Constitucional. Además, cuando se inician reformas no es algo que se empieza hoy y se termina mañana. Las reformas no terminan nunca, nosotros en la OCDE decimos que las reformas son un estado de ánimo. Se debe estar reformando las reformas, porque nunca funcionan como uno esperaba, y también es porque el mundo cambia y por ello se debe ir ajustando.
¿Cómo analiza la Reforma Laboral que hoy está en curso en Chile y que busca entregar mayor poder a los sindicatos y que va en sentido contrario a lo que están impulsado países de la OCDE como Francia?
-Ambas situaciones no son comparables, porque en países como Italia y Francia, el mercado laboral era absolutamente rígido, mientras que por otro lado, por razones históricas y políticas, en algunos países no se habían tocado estas leyes y, por ende, se debía comenzar a volver a ciertos equilibrios entre el sector productivo y sindical. Por ello, como mensaje diría que se debe buscar más productividad y más inclusión y esto tiene relación con que cada trabajador produzca más, pero eso se logra entregándole mayor competencia al trabajador para que se adapte a los avances tecnológicos y a la vez mejoren sus salarios.
Precisamente quienes están en contra de la Reforma Laboral argumentan que los cambios que se proponen no busca mejorar la productividad laboral, ¿qué opina al respecto?
-El tema principal tiene que ver con un equilibrio, porque si solamente se busca darle mayor preeminencia a las empresas, los trabajadores no tienen las garantías mínimas para desenvolverse adecuadamente. Ahora si solamente se les da preeminencia a los trabajadores fortaleciendo sus derechos se dará una paradoja, porque los trabajadores que ya están dentro del mercado laboral estarán muy bien protegidos, pero el problema es que nadie tendrá mucho apetito para contratar y crear más empleo.
Entonces, ¿una buena Reforma Laboral debe buscar los equilibro entre beneficios sindicales y empresariales?
-Se puede llegar a la paradoja de que por querer proteger al trabajador no habrá trabajador, no habrá a quien proteger, porque no habrá empleo. Por otro lado, hay regímenes donde se suprimieron los derechos de los trabajadores por mucho tiempo, y recién ahora se están restituyendo alguno de esos derechos. El problema es que si por proteger al trabajador se crea un costo muy alto para el empleador, el resultado será que no se crearán empleos y ahí ¿quiénes se quedarán fuera del mercado laboral?, los jóvenes.
Financiamiento de la política
El tema de financiamiento de la política en Chile ha afectado la confianza en el sistema y en las instituciones. Para recobrar la confianza ¿hacia dónde se debe avanzar?
-El tema de la legislación es delicado porque hay un sesgo que cubre la totalidad de las personas y se relaciona con la ayuda que se entrega y el beneficio que puede recibir. Tiene que ver con una distorsión que se produce con la forma de legislar y el objetivo de beneficiar o de orientar en favor de aquellos que hicieron la legislación.
¿Debería haber un fuerte componente público?
-Absolutamente, en muchos lugares es sólo público, en México es 90% público y 10% privado, pero ese aporte privado es transparente y totalmente público. El financiamiento público evita las distorsiones y las influencias externas. Por ello prefiero que el financiamiento sea totalmente público y transparente. Se vuelve un gasto para el fisco, sin embargo, el gasto más importante que pueda hacer un país es tener una democracia a prueba de balas. Los equilibrios entre lo público y privado tienen que ver con la regulación y la supervisión.
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