2016/03/07

Carro a la vista

Hamburguesas, ensaladas, café, medialunas, comida cubana y hasta arepas se pueden saborear en distintos foodtrucks que ganan presencia en la ciudad.
Por: Álvaro Peralta Sáinz
Fotos: Verónica Ortíz
carro
Siempre habíamos visto los carros de comida como algo de las películas o programas del cable, una tendencia más bien lejana. Sin embargo, durante los últimos años estos puestos móviles comenzaron lentamente a transformarse en algo casi cotidiano. En una ciudad como Santiago, donde llueve muy poco y el día laboral es largo, tener un lugar en la calle donde comer bien y con buenos precios se agradece. Por lo mismo, todo indica que este asunto de los carros de comida ha llegado para quedarse y que sólo es cosa de tiempo para que los veamos en más y más esquinas de la capital.

En movimiento

Es sabido que Chile es un país legalista y esto se nota a la hora de querer instalarse con un negocio de este tipo en alguna esquina de Santiago. De hecho, no es llegar y estacionarse en un buen lugar. Hay que conseguir permisos con la municipalidad respectiva y la Seremi de Salud, además de tener una fuente de electricidad y un baño cerca. Por todo esto, muchos dueños de foodtrucks han optado por trabajar en lugares al aire libre pero privados como recitales, ferias gastronómicas o eventos deportivos.
Ésta es la opción que han tomado los dueños de La Cocina Móvil, que durante febrero estuvieron atendiendo el sector VIP del recital de los Rolling Stones en el Estadio Nacional y ahora se preparan para estar en Lollapalooza el 19 y 20 de marzo. Su oferta: hamburguesas caseras muy contundentes, ideales para los bajones de los recitales y otros eventos. Entre lo que podemos destacar, sin duda está La Cuisine, con rúcula y queso azul o la más potente Americana, con tocino crocante, queso cheddar y lechuga.
Otro camión de comida que llama la atención es el Burro Chingón, especializado en fajitas algo chilenizadas, con ingredientes como carne mechada, pollo al tomillo y chancho salteado, y sin mucho picante para que el cliente nacional no las rechace. Todo muy bien pensando. Y hablando de pensar las cosas, este camión durante el verano se instaló en Viña del Mar, aprovechando el movimiento estival. Ahora, de regreso en Santiago, continuarán buscando los mejores lugares para funcionar. Por el momento, estarán en el Campus San Joaquín de la Universidad Católica dándoles la bienvenida a los estudiantes que vuelven a clases. Vale la pena darse una vuelta por ahí.
La última novedad en cuanto a foodtrucks se llama Plaza de Bolsillo y está en pleno centro, justo frente a la puerta de Morandé 80 de La Moneda.
Siguiendo con las preparaciones extranjeras, no podemos dejar de mencionar a En tu Salsa, que el año pasado causó furor en Ciudad Empresarial con una oferta de arepas bien sorprendente. Sobre todo la denominada Criolla, con carne mechada, porotos negros, plátanos fritos y queso venezolano; además de la Reina Pepiada, con pollo desmenuzado, mayonesa, palta, cilantro y queso venezolano. Y para beber, unos muy buenos jugos de mango, maracuyá o guayaba. Bien caribeño todo. Tras el receso veraniego, este año el carro se dedicará –por un tema de rentabilidad– a eventos privados como ferias comerciales, festivales de cine al aire libre, matrimonios y cumpleaños.

En la calle

Pero más allá de eventos o conciertos, lo que más se valora en esta clase de negocios ambulantes es poder acercarse a uno de ellos en plena calle, camino al trabajo o en un momento de descanso. Afortunadamente, a pesar de que sacar permisos para hacerlo es largo y engorroso, poco a poco aparecen nuevas ofertas por la ciudad. Un ejemplo de esto es el Café Quitral, que no tiene nada que ver con el restaurante del mismo nombre, y que se instala desde hace ya varios meses en la vereda sur de Nueva Providencia, entre Pedro de Valdivia y Marchant Pereira. Aquí, bajo la atenta mirada de su dueño Alexis Quitral, se sirven excelentes espressos, macchiatos y lattes, además de un interesante surtido de sándwiches, medialunas y muffins. Todo lo que se necesita para desayunar camino a la oficina o –a media mañana– haciendo una pausa en la jornada laboral. La idea, nos cuentan en Quitral, es poder ofrecer a la gente que va pasando un café de calidad a un precio menor que los de algunas cafeterías establecidas, complementado por algo para comer. Y si bien durante febrero se notó una baja en la clientela, con el término de las vacaciones este carro vuelve a entrar a una verdadera vorágine de ventas; sobre todo en las primeras horas de la mañana, cuando de la vecina estación Pedro de Valdivia salen y salen personas rumbo a su trabajo.
Otro vehículo que se mantiene en el mismo lugar todos los días es Wicked, que se emplaza en pleno Parque Araucano y que según nos cuentan, es “el único con permiso municipal en Las Condes”. Diariamente ofrece una buena variedad de sándwiches, además de jugos naturales y un muy buen té helado. Aunque las ensaladas no son demasiado sorprendentes, hay que ponerles ojo a sus emparedados, que tienen un toque asiático que los hace especiales. De esta forma, nos encontramos con delicias como el Berenjena Satay, con rodajas asadas, marinadas en curry y semilla de cilantro. También hay uno de jamón serrano con láminas de jengibre en almíbar y otro con camembert, pavo y una muy rica salsa picante.
La última novedad en cuanto a foodtrucks se llama Plaza de Bolsillo y está en pleno centro, justo frente a la mítica puerta de Morandé 80 de La Moneda. Este lugar se abrió recién a mediados de enero y es parte de un programa del MOP y la Intendencia Metropolitana para darles un uso útil a sitios eriazos, en beneficio de los ciudadanos. El terreno, que antes fue un estacionamiento y más adelante albergará un edificio, se acondicionó para la instalación de varios carros de comida. De esta forma, encontramos una variada oferta que va desde el tradicional café y otras preparaciones para desayunar, hasta cosas más elaboradas y algo exóticas como contundentes shawarmas y comida cubana; además de un carro especializado en hamburguesas. Todo un acierto para un lugar como el barrio cívico, donde no siempre es tan fácil comer bien, a buen precio y qué decir, al aire libre.
Está claro que este asunto de los foodtrucks va en alza y la oferta es interesante, especialmente en lo que a comida con inspiración foránea se refiere. Celebramos su aparición, pero nos encantaría también encontrar preparaciones más nuestras como humitas, empanadas, anticuchos o –por qué no– un buen trozo de plateada o merluza frita. ¿Será mucho pedir? •••

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