Massad se muestra partidario del reemplazo con trabajadores internos en caso de huelga.
Carlos Massad está preocupado. Las cifras dadas a conocer ayer por el Banco Central ratifican -en su opinión- un escenario de "debilidad" de la economía chilena, con una actividad que creció 1,9% en el segundo trimestre y una inversión que cayó 3% anual.
En este escenario, el ex presidente del Banco Central es claro: el menor crecimiento podría extenderse unos dos años más si no se revierte la caída en las expectativas del sector privado.
- ¿Qué sensación le dejan estas cifras?
- Estamos con una economía bastante débil. No hay ningún síntoma claro de que esto vaya a revertirse pronto. Afortunadamente, no tenemos una situación que nos lleve a una crisis cercana, nuestro comercio exterior sigue sano, tenemos un superávit en la cuenta corriente, tenemos buenas reservas, de modo que no se ve una crisis complicada.
Pero no hay ninguna duda de que la economía está débil y que las tasas de crecimiento van a ser inferiores a las que estábamos previendo.
- O sea, ¿el crecimiento de este año podría estar por debajo del 2%?
- Podría ser bajo el 2%.
- ¿Se podría hablar ya de un estancamiento de la economía?
- Así es, estamos estancados, trimestre contra trimestre el crecimiento económico fue 0%. Pero si uno lo toma en términos anuales, lo probable es que no haya estancamiento mirado en 12 meses.
- La inversión volvió a caer este trimestre. ¿Qué tan preocupante es la cifra?
- Eso es muy preocupante, en particular la caída de casi 16% en la inversión en maquinaria y equipos. Esto señala debilidad futura en el crecimiento.
El crecimiento depende de tres factores: la inversión, el crecimiento de la fuerza de trabajo y la productividad. La productividad no está creciendo, la fuerza de trabajo no crece mucho, y si la inversión está reduciéndose creo que tenemos problemas por un período relativamente largo, digamos 1 ó 2 años.
- ¿La desaceleración podría durar entre uno y dos años?
- Me temo que sí. Si la inversión sigue tan débil como se ve hoy en las cifras, la capacidad del país para crecer se ve afectada y, por lo tanto, tenemos una complicación a futuro.
- ¿Cuál debe ser la receta para salir de este ciclo?
- Hay varios factores que nos están afectando. Uno importante es el sector externo. La economía china se debilita, la situación en Europa no se ve muy promisoria, la única economía que parece estar en un camino de crecimiento -aunque lento- es EEUU. Los países con los que comerciamos también tienen situaciones difíciles, como Brasil. El panorama mundial no es favorable para nuestro crecimiento.
Ahora, a eso hay que agregar las razones internas: hay un grado de incertidumbre en varios aspectos al mismo tiempo, que es lo más complicado: en materia laboral, tributaria, salud y educación.
Creo que, al menos, algunos de esos debates deberían cerrarse pronto. Ya estamos en camino de cerrar la incertidumbre a nivel tributario. Espero que en el campo laboral se hagan ajustes importantes, particularmente en el campo de la posibilidad de reemplazo interno en el caso de huelga, que es indispensable para que actividades muy importantes puedan seguir funcionando a un mínimo ritmo, sin afectar a una cantidad muy importante de personas.
Entonces, acciones dirigidas en esa dirección podrían ayudar bastante. Me da la impresión que los ministros Burgos y Valdés están haciendo lo posible por eliminar incertidumbres.
- ¿Sería bueno para las expectativas postergar el debate constitucional?
- El debate está abierto. No creo que se pueda resolver nada con el actual Congreso, el prestigio de las instituciones políticas está muy débil. Entonces, hacer una reforma constitucional sobre esas bases me parece por lo menos imprudente. Hay que esperar la elección de un nuevo Congreso.
En este escenario, el ex presidente del Banco Central es claro: el menor crecimiento podría extenderse unos dos años más si no se revierte la caída en las expectativas del sector privado.
- ¿Qué sensación le dejan estas cifras?
- Estamos con una economía bastante débil. No hay ningún síntoma claro de que esto vaya a revertirse pronto. Afortunadamente, no tenemos una situación que nos lleve a una crisis cercana, nuestro comercio exterior sigue sano, tenemos un superávit en la cuenta corriente, tenemos buenas reservas, de modo que no se ve una crisis complicada.
Pero no hay ninguna duda de que la economía está débil y que las tasas de crecimiento van a ser inferiores a las que estábamos previendo.
- O sea, ¿el crecimiento de este año podría estar por debajo del 2%?
- Podría ser bajo el 2%.
- ¿Se podría hablar ya de un estancamiento de la economía?
- Así es, estamos estancados, trimestre contra trimestre el crecimiento económico fue 0%. Pero si uno lo toma en términos anuales, lo probable es que no haya estancamiento mirado en 12 meses.
- La inversión volvió a caer este trimestre. ¿Qué tan preocupante es la cifra?
- Eso es muy preocupante, en particular la caída de casi 16% en la inversión en maquinaria y equipos. Esto señala debilidad futura en el crecimiento.
El crecimiento depende de tres factores: la inversión, el crecimiento de la fuerza de trabajo y la productividad. La productividad no está creciendo, la fuerza de trabajo no crece mucho, y si la inversión está reduciéndose creo que tenemos problemas por un período relativamente largo, digamos 1 ó 2 años.
- ¿La desaceleración podría durar entre uno y dos años?
- Me temo que sí. Si la inversión sigue tan débil como se ve hoy en las cifras, la capacidad del país para crecer se ve afectada y, por lo tanto, tenemos una complicación a futuro.
- ¿Cuál debe ser la receta para salir de este ciclo?
- Hay varios factores que nos están afectando. Uno importante es el sector externo. La economía china se debilita, la situación en Europa no se ve muy promisoria, la única economía que parece estar en un camino de crecimiento -aunque lento- es EEUU. Los países con los que comerciamos también tienen situaciones difíciles, como Brasil. El panorama mundial no es favorable para nuestro crecimiento.
Ahora, a eso hay que agregar las razones internas: hay un grado de incertidumbre en varios aspectos al mismo tiempo, que es lo más complicado: en materia laboral, tributaria, salud y educación.
Creo que, al menos, algunos de esos debates deberían cerrarse pronto. Ya estamos en camino de cerrar la incertidumbre a nivel tributario. Espero que en el campo laboral se hagan ajustes importantes, particularmente en el campo de la posibilidad de reemplazo interno en el caso de huelga, que es indispensable para que actividades muy importantes puedan seguir funcionando a un mínimo ritmo, sin afectar a una cantidad muy importante de personas.
Entonces, acciones dirigidas en esa dirección podrían ayudar bastante. Me da la impresión que los ministros Burgos y Valdés están haciendo lo posible por eliminar incertidumbres.
- ¿Sería bueno para las expectativas postergar el debate constitucional?
- El debate está abierto. No creo que se pueda resolver nada con el actual Congreso, el prestigio de las instituciones políticas está muy débil. Entonces, hacer una reforma constitucional sobre esas bases me parece por lo menos imprudente. Hay que esperar la elección de un nuevo Congreso.
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