Se busca: consumidores de drogas que disfruten inhalar opioides. Se pagará US$ 250 al día. Miles de consumidores recreativos de drogas están siendo inscritos para pruebas clínicas dirigidas por farmacéuticas como Pfizer y Teva, a medida que la industria compite para desarrollar una nueva generación de analgésicos opioides "disuasivos del abuso" diseñados para detener la adicción de Estados Unidos a las recetas.
La Administración de Alimentos y Drogas de EEUU declaró el problema como una "epidemia nacional". Las estimaciones oficiales colocan el número de adictos al opioide en EEUU en 2,1 millones y las sobredosis son responsables de cerca de 45 muertes al día.
Una de las únicas maneras de probar que la nueva ola de pastillas "disuasivas contra la adicción" son más difíciles de hacerse adictivas que los actuales analgésicos opioides es probar si es que los consumidores de drogas disfrutan tomarlas tanto como la actual generación de remedios.
Ronny Gal, analista de Bernstein Research, describió tales estudios como "el punto débil oscuro del mundo de testeo de drogas".
Los que consumen drogas son reclutados por las clínicas de investigación a nombre de las farmacéuticas, se alojan en habitaciones especiales y se les paga entre US$ 250 y US$ 300 al día por las pruebas, que pueden durar hasta un mes.
A los participantes se les entregan las pastillas y se les pide que las consuman en exceso. Luego deben clasificar cuán placentera es la experiencia. El objetivo es mostrar que las drogas disuasivas contra el abuso más nuevas tienen un menor puntaje en una escala de "gusto de drogas".
El número de estos estudios que miden la probabilidad de que una droga se vuelva adictiva se ha disparado en los últimos dos años a medida que las autoridades estadounidenses exigen que los grupos farmacéuticos desarrollen tecnología disuasiva contra la adicción en los analgésicos opioides.
Las farmacéuticas están probando cáscaras duras y revestimientos diseñados para hacer las pastillas menos agradables al ser masticadas, inhaladas o inyectadas, para los llamados antagonistas que contrarrestan el efecto del opioide si la cápsula es alterada.
Los centros equipados para conducir las pruebas están operando a capacidad completa. Lifetree Clinical Research en Salt Lake City, Utah, ha visto el número de participantes en tales estudios saltar desde 267 en 2012 a 677 el año pasado, según cifras vistas por FT.
Lifetree ha sido contratada para realizar estudios que involucran a 582 participantes en lo que va del año. Pfizer pagó al menos US$ 3,1 millones a Lifetree en 2014 para conducir estudios para medir la probabilidad de que una droga se vuelva adictiva el año pasado, de acuerdo a un análisis del FT de informes públicos.
www.df.cl
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