A partir del segundo semestre de 2015, al senador Juan Pablo Letelier (PS) le tocará conducir en la Comisión de Trabajo de la Cámara Alta el debate de la reforma laboral presentada hace una semana por la presidenta Bachelet, una iniciativa que a su juicio "apunta no sólo en la dirección correcta, sino que es muy necesaria".
En conversación con DF, el legislador explica la relevancia del proyecto y de paso "lamenta" la renuncia de la ministra Helia Molina, generando "un revuelo" en un tema de salud pública.
-¿Esta es una agenda o una reforma laboral?
-Lo relevante es que en esta agenda hay un proyecto, sin duda, determinante, que es esta reforma al capítulo del Código del Trabajo sobre Derechos Colectivos, no agota todos los temas de debate del Código, pero es un tema pendiente de larga data. Hoy no sólo existen las condiciones para aprobarlo, porque hay voluntad política, sino porque más que nunca es necesario abordar estas reformas si Chile quiere tener una cierta estabilidad política y social para los próximos 30 años.
-¿Consenso entre quienes? Porque hasta ahora el empresariado y la oposición han hecho duras críticas.
-Algunos empresarios. Y no sé si, al final del día, va a ser tan uniforme la reacción de la oposición.
-¿Cuáles empresarios están de acuerdo?
-Permítame antes precisar que existen -es un concepto duro y no quiero ser ofensivo ni agresivo, pero es un dato- las viudas del Plan Laboral, quienes, producto de los traumas o visiones ideológicas históricas, tienen una cultura antisindical y detestan todo lo que huela a sindicato, lo aborrecen. Es un problema político, ideológico, cultural muy fuerte.
-¿Radicado en la derecha, particularmente?
-Particularmente en la derecha, aunque esa cultura antisindical por desgracia desborda lo ideológico. No se puede decir que sólo es un problema de derechas e izquierdas. En nuestro país hay un sector que todavía cree que el sindicalismo es confrontacional y no colaborativo. Es una mirada que no entiende que una condición necesaria, para aumentar la productividad, son las políticas de diálogo social y de colaboración entre trabajadores y empresarios. Y algunos de los empresarios tienen un doble discurso.
-¿A qué se refiere?
-Siento que hoy estamos en un ciclo de cumplimiento de roles, que es absolutamente legítimo, donde hay intereses en conflicto que se defienden, es muy importante tener un diálogo de mayor altura, porque ésta no es solamente una reforma necesaria, no es sólo algo a lo cual Chile esté llegando en forma atrasada, esto es algo que hace tiempo le debemos a la sociedad y al mundo del trabajo. Este no es un problema del obrero agrícola o industrial es un problema de la clase media y los profesionales de nuestro país, que tienen los mismos problemas que todo el mundo del trabajo.
-¿Comparte el juicio de la presidenta de la CUT, de que con este proyecto se comienza a desmantelar el Plan Laboral de José Piñera?
-Bárbara Figueroa apunta a un tema que es real, que es que los sindicatos en nuestro país están minimizados, distorsionados, por momentos, y eso era algo que el Plan Laboral buscaba y esto se comienza a revertir al dar titularidad sindical en un proyecto que es moderado.
-Sin embargo, la oposición y los empresarios dicen que no va a generar empleo, sino todo lo contrario.
-Las industrias más tradicionales de nuestro país tienen una cultura de existencia de sindicatos, de negociaciones colectivas. Uno ha visto la opinión de ciertos representantes de las pequeñas empresas que han entendido los modelos colaborativos y por eso no es coincidencia la posición de Roberto Fantuzzi que ha ido estableciendo un criterio muy importante para enfatizar la cultura del sindicato colaborativo, es de los que está convencido, porque lo vivió en carne propia, que los trabajadores cuidan su fuente de trabajo.
-Para algunos, Fantuzzi es una excepción en el mundo empresarial.
-Pero hay hartos empresarios chilenos que, probablemente, en esta etapa están comprendiendo que hay sindicatos colaborativos y empresarios colaborativos. Y este es el cambio de paradigma en que estamos. Se está haciendo justicia respecto a cómo se distribuye la riqueza que se produce, gracias a esta relación entre quienes venden su fuerza de trabajo y el que compra mano de obra.
-Dada la incertidumbre que ha generado el proyecto, ¿cuáles deberían ser los plazos para su tramitación?
-He visto pocos proyectos con más trabajo prelegislativo que esta agenda laboral, en particular este proyecto. Una cosa es no conocer el texto, pero el trabajo prelegislativo con las diferentes agrupaciones empresariales, gremios; con el mundo sindical, se conversó mucho en los últimos meses. Es cierto que ningún proyecto va a satisfacer a todos los actores, pero se elaboró uno de un equilibrio muy positivo. Creo que la ministra Javiera Blanco se ha destacado en su apertura a dialogar y escuchar a todos y buscar un proyecto equilibrado.
-¿Y respecto de la tramitación?
-Soy partidario de una tramitación rápida y no sólo porque puede haber lo que algunos llaman incertidumbre, sino porque este es el tipo de discusión que ya está bastante madura. Y no soy partidario ni de que se pode en exceso ni que se le agregue en exceso. Que lo trabajemos en su mérito, con cierto ritmo. La primera Cámara tendrá que ver su ritmo de abordarlo, pero imagino que un plazo razonable, que es mayo, ya tengamos un primer tranco de este proyecto realizado.
-¿Y esté pasando al Senado?
-Espero que a principios del segundo semestre podamos despacharlo y que en septiembre ya esté fuera del Congreso, porque entre otras cosas hay una agenda laboral muy nutrida que tenemos que sacar adelante, además de los otros temas que se van a ver en el Congreso.
-Ha dicho que no toda la oposición tendrá la misma mirada, el diputado de RN Nicolás Monckeberg valoró lo positivo que puede tener el proyecto, ¿cree que con RN se podría avanzar en un acuerdo?
-No tengo la menor duda de que hay parlamentarios de derecha que van a concurrir honestamente a mejorar este proyecto. Personalmente, también quiero presentar algunas inquietudes.
-¿Cómo cuáles?
-Me parece que llegó la hora de fortalecer los sindicatos y también poner fin a ciertas prácticas abusivas, distorsionadoras. Como siempre me ha molestado el multirut empresarial, me molesta el multirut sindical.
-¿Cómo así?
-Creo en la libertad sindical, pero no en el libertinaje sindical. Entonces, uno tiene que precisar cómo es que en una empresa puede haber 40 sindicatos para tener personas que se las dan de dirigentes sindicales que no le trabajan un día a nadie. La labor del dirigente sindical es una responsabilidad muy grande y hay personas que han generado malas prácticas armando sindicatos poco representativos para tener fuero y esa es una distorsión tremenda. Soy partidario de fortalecer el sindicato de empresas y acotar el rol de los sindicatos interempresas para los lugares donde corresponde que existan. Porque se ha visto cómo normas que promovimos, como mundo de centro izquierda, cuando bajamos el umbral para constituir sindicatos, por ejemplo, un efecto no deseado fue la proliferación de sindicatos no representativos.
-¿Está optimista del futuro de este proyecto?
-Tengo la convicción de que no nos queda de otra. Insisto, esto es necesario y lo vamos a hacer no sólo porque tengamos los votos en la NM, esto no es ninguna maquinaria pesada, esto es una necesidad de nuestro país. Y les digo a quienes opinan ligeramente que esta ley es para la gente de trabajo y probablemente es la ley que va a afectar a más personas en forma directa que cualquier otra que discutamos durante este gobierno y va a involucrar realmente lo que piensa la clase media de su vida cotidiana.
-¿Esta es una agenda o una reforma laboral?
-Lo relevante es que en esta agenda hay un proyecto, sin duda, determinante, que es esta reforma al capítulo del Código del Trabajo sobre Derechos Colectivos, no agota todos los temas de debate del Código, pero es un tema pendiente de larga data. Hoy no sólo existen las condiciones para aprobarlo, porque hay voluntad política, sino porque más que nunca es necesario abordar estas reformas si Chile quiere tener una cierta estabilidad política y social para los próximos 30 años.
-¿Consenso entre quienes? Porque hasta ahora el empresariado y la oposición han hecho duras críticas.
-Algunos empresarios. Y no sé si, al final del día, va a ser tan uniforme la reacción de la oposición.
-¿Cuáles empresarios están de acuerdo?
-Permítame antes precisar que existen -es un concepto duro y no quiero ser ofensivo ni agresivo, pero es un dato- las viudas del Plan Laboral, quienes, producto de los traumas o visiones ideológicas históricas, tienen una cultura antisindical y detestan todo lo que huela a sindicato, lo aborrecen. Es un problema político, ideológico, cultural muy fuerte.
-¿Radicado en la derecha, particularmente?
-Particularmente en la derecha, aunque esa cultura antisindical por desgracia desborda lo ideológico. No se puede decir que sólo es un problema de derechas e izquierdas. En nuestro país hay un sector que todavía cree que el sindicalismo es confrontacional y no colaborativo. Es una mirada que no entiende que una condición necesaria, para aumentar la productividad, son las políticas de diálogo social y de colaboración entre trabajadores y empresarios. Y algunos de los empresarios tienen un doble discurso.
-¿A qué se refiere?
-Siento que hoy estamos en un ciclo de cumplimiento de roles, que es absolutamente legítimo, donde hay intereses en conflicto que se defienden, es muy importante tener un diálogo de mayor altura, porque ésta no es solamente una reforma necesaria, no es sólo algo a lo cual Chile esté llegando en forma atrasada, esto es algo que hace tiempo le debemos a la sociedad y al mundo del trabajo. Este no es un problema del obrero agrícola o industrial es un problema de la clase media y los profesionales de nuestro país, que tienen los mismos problemas que todo el mundo del trabajo.
-¿Comparte el juicio de la presidenta de la CUT, de que con este proyecto se comienza a desmantelar el Plan Laboral de José Piñera?
-Bárbara Figueroa apunta a un tema que es real, que es que los sindicatos en nuestro país están minimizados, distorsionados, por momentos, y eso era algo que el Plan Laboral buscaba y esto se comienza a revertir al dar titularidad sindical en un proyecto que es moderado.
-Sin embargo, la oposición y los empresarios dicen que no va a generar empleo, sino todo lo contrario.
-Las industrias más tradicionales de nuestro país tienen una cultura de existencia de sindicatos, de negociaciones colectivas. Uno ha visto la opinión de ciertos representantes de las pequeñas empresas que han entendido los modelos colaborativos y por eso no es coincidencia la posición de Roberto Fantuzzi que ha ido estableciendo un criterio muy importante para enfatizar la cultura del sindicato colaborativo, es de los que está convencido, porque lo vivió en carne propia, que los trabajadores cuidan su fuente de trabajo.
-Para algunos, Fantuzzi es una excepción en el mundo empresarial.
-Pero hay hartos empresarios chilenos que, probablemente, en esta etapa están comprendiendo que hay sindicatos colaborativos y empresarios colaborativos. Y este es el cambio de paradigma en que estamos. Se está haciendo justicia respecto a cómo se distribuye la riqueza que se produce, gracias a esta relación entre quienes venden su fuerza de trabajo y el que compra mano de obra.
-Dada la incertidumbre que ha generado el proyecto, ¿cuáles deberían ser los plazos para su tramitación?
-He visto pocos proyectos con más trabajo prelegislativo que esta agenda laboral, en particular este proyecto. Una cosa es no conocer el texto, pero el trabajo prelegislativo con las diferentes agrupaciones empresariales, gremios; con el mundo sindical, se conversó mucho en los últimos meses. Es cierto que ningún proyecto va a satisfacer a todos los actores, pero se elaboró uno de un equilibrio muy positivo. Creo que la ministra Javiera Blanco se ha destacado en su apertura a dialogar y escuchar a todos y buscar un proyecto equilibrado.
-¿Y respecto de la tramitación?
-Soy partidario de una tramitación rápida y no sólo porque puede haber lo que algunos llaman incertidumbre, sino porque este es el tipo de discusión que ya está bastante madura. Y no soy partidario ni de que se pode en exceso ni que se le agregue en exceso. Que lo trabajemos en su mérito, con cierto ritmo. La primera Cámara tendrá que ver su ritmo de abordarlo, pero imagino que un plazo razonable, que es mayo, ya tengamos un primer tranco de este proyecto realizado.
-¿Y esté pasando al Senado?
-Espero que a principios del segundo semestre podamos despacharlo y que en septiembre ya esté fuera del Congreso, porque entre otras cosas hay una agenda laboral muy nutrida que tenemos que sacar adelante, además de los otros temas que se van a ver en el Congreso.
-Ha dicho que no toda la oposición tendrá la misma mirada, el diputado de RN Nicolás Monckeberg valoró lo positivo que puede tener el proyecto, ¿cree que con RN se podría avanzar en un acuerdo?
-No tengo la menor duda de que hay parlamentarios de derecha que van a concurrir honestamente a mejorar este proyecto. Personalmente, también quiero presentar algunas inquietudes.
-¿Cómo cuáles?
-Me parece que llegó la hora de fortalecer los sindicatos y también poner fin a ciertas prácticas abusivas, distorsionadoras. Como siempre me ha molestado el multirut empresarial, me molesta el multirut sindical.
-¿Cómo así?
-Creo en la libertad sindical, pero no en el libertinaje sindical. Entonces, uno tiene que precisar cómo es que en una empresa puede haber 40 sindicatos para tener personas que se las dan de dirigentes sindicales que no le trabajan un día a nadie. La labor del dirigente sindical es una responsabilidad muy grande y hay personas que han generado malas prácticas armando sindicatos poco representativos para tener fuero y esa es una distorsión tremenda. Soy partidario de fortalecer el sindicato de empresas y acotar el rol de los sindicatos interempresas para los lugares donde corresponde que existan. Porque se ha visto cómo normas que promovimos, como mundo de centro izquierda, cuando bajamos el umbral para constituir sindicatos, por ejemplo, un efecto no deseado fue la proliferación de sindicatos no representativos.
-¿Está optimista del futuro de este proyecto?
-Tengo la convicción de que no nos queda de otra. Insisto, esto es necesario y lo vamos a hacer no sólo porque tengamos los votos en la NM, esto no es ninguna maquinaria pesada, esto es una necesidad de nuestro país. Y les digo a quienes opinan ligeramente que esta ley es para la gente de trabajo y probablemente es la ley que va a afectar a más personas en forma directa que cualquier otra que discutamos durante este gobierno y va a involucrar realmente lo que piensa la clase media de su vida cotidiana.
"Tengo la convicción de que hay que cuidar el liderazgo de Isabel Allende"
-¿Cómo ve el proceso eleccionario interno del partido?
-Es precoz. Será un momento muy relevante no sólo por el hecho de que la Presidenta es de nuestro partido, sino porque tenemos una responsabilidad al interior de la coalición y esos son elementos que deberían determinar la lógica de esta elección e inspirar a quienes concurren a ella.
-Usted planteó que era necesario reflexionar sobre la candidatura interna de Isabel Allende, porque era un liderazgo que había que cuidar, ¿en qué quedó eso?
-Lamento que se hayan mal interpretado mis dichos. Hubo algunos que creían que me estaba candidateando, que quería bajar a Isabel, quienes lo leyeron así es porque no me conocen en la cosa partidaria. Soy, por mi formación, de proyectos colectivos y creo que tenemos responsabilidades colectivas. Isabel Allende encabeza la lista de esta Nueva Mayoría que estamos armando en el partido y estoy disponible a ser su jefe de campaña en esto. Entonces, no es cuestionarla a ella, me parece fabuloso lo que ha pasado con Isabel, y tengo la convicción de que hay que cuidar su liderazgo. Mi objetivo no era bajarla, pero sí evaluar qué tipo de campaña hacemos. No creo que deba hacerse una campaña confrontacional con la otra lista. Esta debe ser una campaña muy propositiva.
-¿Cómo ve el liderazgo de ME-O, en las encuestas está mejor ubicado que nadie de la NM?
-Tengo una dificultad con el liderazgo de Marco, no tengo nada personal contra él, y es que no es colectivo. No entiende mucho los proyectos colectivos.
-¿Siente que es muy personalista?
-No, constato que tiene un tipo de liderazgo que no es colectivo y eso no me atrae. No quiero desvalorizar su liderazgo o que él pueda cambiar. Creo que ha tratado de atenuar sus actitudes impulsivas. Es un actor político, por cierto, no soy de los que no son partidarios de que sea parte de la NM, siempre que se sume, no que la NM lo vaya a buscar a él. Porque en la NM no lo vamos a ir a buscar.
-¿Podría ser que la NM recurriera a la figura de MEO?
-No me gusta la ciencia ficción. Soy de un partido que cree en un programa, si hay coincidencia en el programa bienvenidos todos. Y que hayan primarias, por cierto.
-Es precoz. Será un momento muy relevante no sólo por el hecho de que la Presidenta es de nuestro partido, sino porque tenemos una responsabilidad al interior de la coalición y esos son elementos que deberían determinar la lógica de esta elección e inspirar a quienes concurren a ella.
-Usted planteó que era necesario reflexionar sobre la candidatura interna de Isabel Allende, porque era un liderazgo que había que cuidar, ¿en qué quedó eso?
-Lamento que se hayan mal interpretado mis dichos. Hubo algunos que creían que me estaba candidateando, que quería bajar a Isabel, quienes lo leyeron así es porque no me conocen en la cosa partidaria. Soy, por mi formación, de proyectos colectivos y creo que tenemos responsabilidades colectivas. Isabel Allende encabeza la lista de esta Nueva Mayoría que estamos armando en el partido y estoy disponible a ser su jefe de campaña en esto. Entonces, no es cuestionarla a ella, me parece fabuloso lo que ha pasado con Isabel, y tengo la convicción de que hay que cuidar su liderazgo. Mi objetivo no era bajarla, pero sí evaluar qué tipo de campaña hacemos. No creo que deba hacerse una campaña confrontacional con la otra lista. Esta debe ser una campaña muy propositiva.
-¿Cómo ve el liderazgo de ME-O, en las encuestas está mejor ubicado que nadie de la NM?
-Tengo una dificultad con el liderazgo de Marco, no tengo nada personal contra él, y es que no es colectivo. No entiende mucho los proyectos colectivos.
-¿Siente que es muy personalista?
-No, constato que tiene un tipo de liderazgo que no es colectivo y eso no me atrae. No quiero desvalorizar su liderazgo o que él pueda cambiar. Creo que ha tratado de atenuar sus actitudes impulsivas. Es un actor político, por cierto, no soy de los que no son partidarios de que sea parte de la NM, siempre que se sume, no que la NM lo vaya a buscar a él. Porque en la NM no lo vamos a ir a buscar.
-¿Podría ser que la NM recurriera a la figura de MEO?
-No me gusta la ciencia ficción. Soy de un partido que cree en un programa, si hay coincidencia en el programa bienvenidos todos. Y que hayan primarias, por cierto.
"Lamento que la ministra haya presentado su renuncia"
-¿Cómo vio la salida de la ministra Molina?
-Somos un país que en estas cosas reflejamos nuestra hipocresía y retraso cultural. Todo el mundo sabe que lo que dijo la ministra es cierto y se quedó corta, porque no es sólo en las clínicas "cuicas" se practican abortos. Este es un problema de salud pública. Más allá de la forma, lo que me preocupa es que se haya armado un gran revuelo sobre un tema puntual. Lamento cómo se abordó el tema, sin ser una discusión prioritaria, es necesaria, pero no creo que era para provocar la salida de una ministra. Helia Molina es una mujer que sabe de salud pública y conoce el sistema, entonces toda mi solidaridad con ella, a quien llame para expresarle mi apoyo y afecto.
-¿Cree que hubo errores en el manejo comunicacional tras la renuncia de la ministra?
-Lamento mucho que la ministra haya presentado su renuncia, no sé si se la pidieron o la presentó. Es la Presidenta quien tiene la facultad. Pero creo que el manejo comunicacional que se produjo durante unas horas fue poco adecuado, hubo una sobrerreacción.
-¿La salida de la ministra hace más urgente el cambio de gabinete?
-Es una prerrogativa de la Presidenta. Lo que creo que es más urgente es que los partidos de la NM estén a la altura de los desafíos de nuestro programa y de entender la nueva forma de hacer política. Asumamos nuestra responsabilidad y ordenemosnos, El gobierno tiene su rol, nosotros el nuestro.
-Somos un país que en estas cosas reflejamos nuestra hipocresía y retraso cultural. Todo el mundo sabe que lo que dijo la ministra es cierto y se quedó corta, porque no es sólo en las clínicas "cuicas" se practican abortos. Este es un problema de salud pública. Más allá de la forma, lo que me preocupa es que se haya armado un gran revuelo sobre un tema puntual. Lamento cómo se abordó el tema, sin ser una discusión prioritaria, es necesaria, pero no creo que era para provocar la salida de una ministra. Helia Molina es una mujer que sabe de salud pública y conoce el sistema, entonces toda mi solidaridad con ella, a quien llame para expresarle mi apoyo y afecto.
-¿Cree que hubo errores en el manejo comunicacional tras la renuncia de la ministra?
-Lamento mucho que la ministra haya presentado su renuncia, no sé si se la pidieron o la presentó. Es la Presidenta quien tiene la facultad. Pero creo que el manejo comunicacional que se produjo durante unas horas fue poco adecuado, hubo una sobrerreacción.
-¿La salida de la ministra hace más urgente el cambio de gabinete?
-Es una prerrogativa de la Presidenta. Lo que creo que es más urgente es que los partidos de la NM estén a la altura de los desafíos de nuestro programa y de entender la nueva forma de hacer política. Asumamos nuestra responsabilidad y ordenemosnos, El gobierno tiene su rol, nosotros el nuestro.
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