Académico y director de Paz Corp -donde el socio de Consorcio también participaba- cree que esta decisión evita "interpretaciones inadecuadas".
Alejado de una vida empapada de contingencia que lo llevó a ocupar la presidencia del directorio de Codelco, hoy como académico de la Escuela de Ingeniería UC y director de Clase Ejecutiva, Nicolás Majluf Sapag se da un respiro para analizar el ánimo empresarial en un año marcado por la desaceleración y las reformas.
También para referirse al más reciente escándalo empresarial, protagonizado por el renunciado presidente de Consorcio, Juan Bilbao, quien, a sólo 24 horas de ser demandado por uso indebido de información privilegiada por la SEC de Estados Unidos, presentó su renuncia "irrevocable" a todos los directorios de empresas en las que participaba. Entre ellos, el de Paz Corp, donde compartía con Majluf la mesa directiva.
-¿Este hecho afecta la imagen de los gobiernos corporativos?
-Esto no tiene nada que ver con gobiernos corporativos, porque se refiere a decisiones personales relativas a su patrimonio. Tampoco tiene que ver con los directorios en que participa.
No veo de qué forma esto afecta la imagen de los gobiernos corporativos. Respecto de lo que ha ocurrido, por cierto que la noticia es para mí y muchas personas una total sorpresa. El uso de información privilegiada es una conducta indebida, pero si en este caso lo hubo, no me corresponde a mí decirlo.
-¿Fue correcta su decisión de renunciar?
-Considerando que se le imputa una actuación indebida, él ha tomado la decisión correcta para evitar interpretaciones inadecuadas de lo ocurrido. Además, tiene que dedicarse a defender su actuación y necesita abocarse a ello tiempo completo, por lo que su decisión es un proceder prudente de su parte.
-Y hablando de directorios. En su calidad de experto en gobiernos corporativos, ¿qué evaluación hace de la aplicación de la reforma a la norma que rige este tema en empresas públicas?
-Me tocó participar en la reforma de Codelco y fuimos capaces de empezar a desenganchar el funcionamiento de esta empresa del ciclo político. Porque en empresas tan grandes, si ello ocurre, puede que no se saquen todo su potencial. Es probable que la reforma que hicimos sea insuficiente, pero es una buena reforma. Lo importante es que, cuando se aplique, se tenga el cuidado de no torcerle la nariz a su intención. Las leyes son aplicadas por personas y, al hacerlo, se debe tratar de respetar rigurosamente su espíritu.
-¿Por qué hacer públicos los conflictos en los directorios?
-En la relación de cualquier persona y entre directores de cualquier empresa -pública o privada-, es inevitable el conflicto. ¿Cuál es la clave? Saber manejarlos, porque pueden ser fuentes de diferencias que enriquecen. Pero si se transforman en una batalla campal es un mal manejo, porque no sólo se produce daño a la institución, sino que también a la relación entre las personas.
Clima y economía
-¿Cómo ve el ánimo empresarial?
-Tengo preocupación por lo que pasa en el país. Hemos tenido un desarrollo fantástico en 30 años donde todos los sectores políticos han contribuido, pero hoy veo más difícil avanzar en esa misma senda. Me da la impresión de que estamos en una trampa y que para salir se requiere tremenda buena voluntad de las distintas partes. Y este país ha dado muestras de que es capaz de esa buena voluntad.
-¿La preocupación nace por las reformas?
-Chile fue muy exitoso con un tipo de modelo, pero hoy no está dando las respuestas que se piden. Son necesarias las transformaciones y, honestamente, una gran mayoría las cree necesarias. Tal vez el mejor ejemplo es la reforma tributaria. Pero hay una reforma aprobada que se tiene que cumplir, no necesariamente es la mejor que pudimos tener.
No me gusta, por ejemplo, ver que la inversión se haya reducido, porque implica una disminución importante del crecimiento y del bienestar. No vaya a ser que lo que estemos recaudando con esta reforma, lo estemos perdiendo porque no somos capaces de seguir creciendo al ritmo que el país requiere.
-¿Cómo ve la economía en 2015?
-El 2015 está jugado. Entonces, hay que ser optimistas para 2016, 2017. Eso requiere que hagamos cosas ya.
Para 2015 las proyecciones de crecimiento son malas, mezquinas. En términos políticos, no son las que aspiramos tener.
"Necesitamos que vuelvan a confiar en la empresa"
Para Majluf, el bajo prestigio empresarial no se relaciona con que los empresarios sean "bandidos", sino con que han cambiado las exigencias de los tiempos y hay que adaptarse. "Es una gran preocupación este bajo prestigio, porque nuestro 75 u 80% del producto depende de la empresa. Si la empresa está mal, el país completo se deteriora y lo peor es que la única institución o grupo que tiene un nivel de aprobación más bajo que el de los empresarios es el de los políticos. Este es un tema tremendamente preocupante", asegura. Y agrega: "Dos grupos fundamentales para el funcionamiento del país no están siendo apreciados por la población. Necesitamos que la gente vuelva a confiar en la empresa, que vuelva a confiar en la política", enfatiza.
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