Ante la baja en el gasto de los ciudadanos moscovitas, la capital inglesa pretende lograr seguir vendiendo productos de lujos a los nuevos visitantes.
Para medir el lugar que ocupa Londres en la economía global, se pueden examinar las estadísticas del Banco Mundial, sondear a los inversores y analizar los volúmenes comerciales.
O se puede visitar Mahiki, un club nocturno con temática polinesia en el elegante barrio de Mayfair donde una botella de Champagne Cristal cuesta US$ 719 –y los clientes rusos están siendo suplantados por trasnochadores de países como China y Nigeria.
"Estamos viendo muchos menos apellidos rusos en la lista de reservas ", indicó Michael Evans, director creativo del club, donde gente como Rihanna y el príncipe Harry han sido detectados después del anochecer. "Es muy fácil ver lo que está pasando en el mundo a partir de los mercados que atraemos", explicó.
En tanto las tensiones en Ucrania persisten y el Presidente Vladimir Putin se empeña en reducir la dependencia de Occidente, los rusos ricos están comprando menos productos de alta gama, desde pieles hasta Ferraris, y haciendo menos negocios con estudios jurídicos y bancos de inversión de la ciudad.
Esto ha llevado a Londres, una ciudad conectada como ninguna otra con economías lejanas y de alto crecimiento, a buscar nuevos mecenas, eligiendo a China y los países africanos sub-saharianos como posibles sucesores.
Gasto ruso
Entre enero y mayo, el gasto minorista por parte de visitantes rusos en el Reino Unido cayó 22% respecto del mismo período del año anterior, según Global Blue, que maneja servicios de devolución de impuestos. En cambio, el gasto chino durante ese mismo período creció 8%.
No obstante, los ciudadanos chinos en Londres podrían no replicar la marea ascendente de riqueza que trajeron consigo los rusos.
"Los habitantes chinos más ricos de Gran Bretaña tienen en su mayoría entre 18 y 24 años" –estudiantes de familias ricas que van a universidades del Reino Unido, sostuvo Alex Cheatle, máximo responsable ejecutivo de Ten Group, que ofrece servicios de conserjería de lujo.
Los rusos, por el contrario, tienden a ser profesionales de más edad con empresas que se radican en el Reino Unido con sus familias por lo menos parte del tiempo y gastan en consecuencia. Un cliente ruso ordenó regalos de Navidad personalizados que al ser abiertos revelaban "joyas por valor de varios miles de libras" esterlinas para una fiesta ofrecida al personal, aseguró Cheatle.
Hace unos años, los pedidos rusos de Ferrari o Lamborghini personalizados con "cuero traído por el cliente, cuadrantes de instrumentos con bordes bañados en oro, iniciales personales, y equipaje hecho a medida por Louis Vuitton" haciendo juego, eran algo habitual para los concesionarios, aseveró Simon Empson, director ejecutivo del agente de autos de lujo londinense Broadspeed Ltd.
Un cliente gastó 150.000 libras personalizando un Range Rover de 70.000. A otro le fue enviado un formulario para llenar con opciones en un BMW.
"Lo devolvió por fax en blanco escribiendo únicamente 'Quiero todo'", con un número de American Express adjuntado abajo, dijo Empson. "Las sanciones pusieron fin a ese negocio" ya que los chinos ricos prefieren autos con chofer y los compradores africanos se limitan más en su gasto, añadió.
www.emol.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario