2014/07/14

Dilma inicia su campaña sin nuevas ideas para reactivar el PIB y frenar los precios

Su enfoque en subsidios y programas sociales, que impulsó la expansión de la última década, habría agotado su potencial.

Por Consuelo Laclaustra


No ha sido un año fácil para la presidenta Dilma Rousseff. Las protestas en Brasil previas al Mundial por mejoras en el transporte, viviendas y condiciones laborales son un reflejo del complejo panorama económico que enfrenta el país. La inflación acumulada en Brasil ya supera el techo del rango meta para este año de entre 4,5% y 6,5%, con el dato acumulado anual llegando a 6,52% en junio, lo que hace que los analistas se cuestionen si la mandataria y su gabinete podrán cumplir con el objetivo.
Estas dudas se presentan a días de la reunión de política monetaria del Banco Central de Brasil, este miércoles, donde se volverá a plantear la disyuntiva del alza en las tasas. El instituto emisor ha dado señales de que no pretende seguir subiéndolas, tras el alto que hizo a fines de mayo, aunque ahora eso parece en duda si los precios continúan en aumento.
El gobierno brasileño confía que las medidas para reducir la inflación tomen fuerza en el segundo semestre. Sin embargo, el endurecimiento de la política monetaria amenaza frenar aún más el ritmo de crecimiento de la economía, que en el primer trimestre se expandió apenas 1,9%. Este es un complejo dilema para Dilma, que compite por la reelección en los comicios de octubre, y que ha recibido fuertes críticas por la falta de una estrategia clara para revivir la economía sin seguir alimentando la inflación.
“Más cambios, más futuro” 

La campaña oficial para su segundo mandato fue lanzada el 21 de junio y pese al foco puesto en políticas sociales y su promesa para introducir “un plan de transformación nacional” y crear un “nuevo ciclo de desarrollo”, casi ni mencionó los desafíos económicos que enfrentaría para levantar las débiles tasas de crecimiento y frenar las persistentes presiones inflacionarias.
El slogan de campaña “más cambios, más futuro” espera atraer a los votantes que anhelan cambiar el rumbo de la dirección que lleva el país en este minuto. Rousseff estableció una serie de medidas que planea lograr para 2015; luchar en contra de la burocracia, mejorar el acceso a Internet de banda ancha, crear nuevas reformas políticas y mejorar los servicios públicos.
Pese a que eran centrales en su campaña anterior, la pobre calidad de los servicios (específicamente educación, salud y transporte público) fueron fuentes de descontento el año pasado, lo que llevó a millones de brasileños de la clase media a que se tomaran las calles en protestas y poco se ha hecho para mejorar esa situación. La corrupción podría también transformarse en un problema, tras la serie de escándalos que envuelven a las designaciones políticas en Petrobras, la firma energética controlada por el Estado.
No obstante Rousseff continúa por arriba de sus rivales del Partido Socialista y el Partido Socialdemácrata en las encuestas y a pesar de que en la inauguración del Mundial en Sao Paulo fue abucheada por el público y de que se esperaba el caos luego de la humillación frente a Alemania en semifinales, el evento se ha llevado a cabo con tranquilidad, y no se han presentado problemas en los aeropuertos y el transporte público.
Situaciones paralelas 

Además de una falta en las capacidades del gobierno para impulsar las reformas económicas establecidas durante el mandato de Rousseff, los analistas estiman que hoy la mandataria tiene poco que ofrecer al enfocarse en reformas similares a las prometidas en 2010 como el aumento del salario mínimo y mejoras en las viviendas.
Sin embargo, Rousseff aún cuenta con un logro que es bien evaluado por gran parte de la población. Mientras las grandes empresas se quejan del deterioro en el ambiente para los negocios bajo la actual administración, aproximadamente 22 millones de habitantes han salido de la extrema pobreza gracias a la ayuda en efectivo que provee el gobierno y las bajas tasas de interés en los préstamos federales.
En octubre, será ese grupo, equivalente a un 52% de la población total, quienes le darán una segunda oportunidad a Rousseff para realizar las promesas no cumplidas de esta campaña y la anterior.
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