La apuesta de Factoría & Co. es ofrecer para llevar a la casa el mismo plato preparado que se puede pedir en el restaurante, apuntando al segmento de los que no tienen tiempo para cocinar.
Pocos días desde su estreno lleva abierta la tiendaFactoría & Co , en la que sus dueños, el chef Felipe Durán y su socio, el abogado Nicolás Ulloa, han decidido apostar por un formato de restaurante en el que el picoteo, la comida, los postres, los vinos y hasta el pisco sour que se piden, también se pueden llevar a la casa, frescos y listos para servir.
Durán, quien ha participado en diversos proyectos ligados a la cocina, explica que el negocio surgió con la idea de llegar al público que disfruta de salir a comer, pero que por diversas razones no lo está haciendo: los que quieren disfrutar de una comida en la que haya vino, u otro tipo de alcohol y que por lo mismo no van a salir a manejar, o aquellos que les encanta la buena mesa, pero que no tienen tiempo para cocinar, o que acaban de tener un hijo por lo que prefieren quedarse en casa, o por una visita sorpresa. Es decir, llevar el restaurante a la comodidad de la casa, y con idénticos sabores.
Cualquier plato que uno puede pedir en la carta del local, puede llevárselo a casa, a un precio que sale algo más barato que consumirlo en el mismo local.
Los socios están viendo cómo funciona la primera de las tiendas que abrieron en la comuna de Vitacura, y en base a eso tienen planes de abrir otros dos locales en 2014 y otros dos en 2015, con una inversión proyectada final de US$ 1 millón, para poder aprovechar la fábrica de comida que tienen en Chicureo, en la que preparan y envasan los platos que se venden en la tienda.
Sin embargo, Durán adelanta que, a diferencia del primer local que acaban de abrir en Vitacura con Alonso de Córdova, donde mantienen un restaurante con una importante capacidad de comensales, y una pequeña tienda con los platos adentro del mismo local, los próximos que abran estarán mucho más enfocados en la tienda que en el restaurante. Podrían tener un par de mesas para ofrecer café o desayunos, pero el foco estará en potenciar la tienda, y mantener el gran restaurante en el primer local.
Los socios celebran su primera apertura, porque en los primeros tres meses de funcionamiento han tenido una rápida acogida del público en el local (el local ha estado lleno), y proyectan que ya desde el primer mes de 2014 podrían empezar a generar ganancias.
Los platos que se ofrecen son variados y se venden para dos o para seis personas, y van desde paté de campo o machas a la parmesana, pasando por ceviches y tártaros de salmón y atún, hasta pasteles de jaiba, de choclo, lasañas (de centolla, la más llamativa), además de carnes, como asado de tira y costillar ahumado, empanadas, postres, vinos y cervezas.
Las aperturas de los próximos locales aún están en estudio, pero los socios ven como potenciales algunos sectores como La Dehesa, Chicureo, Las Condes o Santa María de Manquehue.
www.emol.com
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