2013/10/26

Roberto de Andraca: "Si alteramos el deseo de crecer, nos va a ir mal"

"Me impacta la solidez de Evelyn Matthei, es más profunda que la de otros presidentes que hemos tenido, es una fuerza nueva (...) creo que nos puede dar una sorpresa enorme si sale, de un gobierno aún más avanzado de lo que hemos tenido", comenta el presidente de CAP. "Bachelet es conocida, una mujer agradable, simpática, que forma equipos, los que han tendido a ser de gente que ha estudiado", opina.

Al titularse como ingeniero comercial en la Universidad de Chile, Roberto de Andraca Barbas ingresó a la entonces estatal Compañía de Aceros del Pacífico (CAP). Desde adentro vivió el proceso de privatización de la firma hasta, con los años, alcanzar el control de ella.
Ya cerca de cumplir 80 años, el empresario no puede dejar de analizar el desarrollo de la compañía que dirige -es presidente desde 1990- comparándolo con la propia transformación que vivió Chile.
Por el lado de la compañía, CAP se volcó al negocio minero y al primer semestre de este año la extracción de hierro es responsable del 99% de su resultado, quedando su histórica faceta como fábrica de acero, a través de su planta Huachipato, disminuida.
El país también vivió una transformación. Eligió el camino del libre mercado, dice, "el que le ha traído muchos beneficios a Chile". Por lo mismo, opta por no quejarse por la importación de acero chino que tiene a maltraer la planta de Huachipato y que los obligó a aplicar una fuerte reestructuración.
"Es el resultado de vivir en un país con todas las ventajas y obligaciones que implica ser una economía abierta. Hoy tenemos tratados de libre comercio con gran parte del mundo y, cuando ocurre, el estándar de vida de la población sube rápidamente porque se pueden comprar todas las cosas que se producen en el mundo con menores derechos de aduanas. Es cosa de ver cómo anda la gente vestida en Chile y luego darse una vuelta por Argentina", comenta.
¿Qué debe hacer la industria? "Tienes que usar tu cabeza para hacer otra cosa y seguir como un país competitivo". Por eso, comenta, le preocupa la "competencia entre cuál es la idea más añeja" que, a su juicio, se está dando en la campaña presidencial
-¿Cuál fue la definición que tomaron como empresa sobre la siderúrgica Huachipato?
-Ahí decidimos que no vamos a competir con las acererías chinas de 40 millones de toneladas, ni tampoco pediremos al Gobierno que ponga murallas para impedir la importación de acero que es más barato, mecanismo que utiliza Argentina o Brasil. Eso sería enriquecer a los ricos y desfavorecer a los pobres.
Concentramos nuestra operación en hacer las cosas donde podemos tener un mayor tonelaje como son las barras que se ocupan para la minería o la construcción.
-Son unos 500 los desvinculados, ¿fueron muy dramáticos los despidos?
-La palabra dramático no existe, porque se habló persona por persona y se trató caso a caso. Se buscaron opciones de trabajo en el norte, algunos en otro lado y el resto jubiló.
-¿Podrá tener utilidades?
-Pensamos que el año próximo ya Huachipato podría tener utilidades. Se adecuó el modelo para hacerla más competitiva.
-¿Hay algo sentimental en no querer cerrar Huachipato, considerando los años con pérdidas de esa unidad?
-Tenemos alma de acero, pero no es sentimental, somos prácticos y vivimos las realidades. Creí en el Viejo Pascuero hasta los 11 años, después supe que tenía que estar alguien detrás de él para conseguir los regalos.
-El plan minero para CAP, ¿podría modificarse por el alza en los costos o el alto precio de la energía?
-Todas esas cosas afectan, pero tenemos que ser capaces, como empresarios, con la parte que nos corresponde, de arreglarnos.
Estamos sumamente preocupados porque hay una parte del país a la que le encanta prender la luz en la casa, pero no se da cuenta de que hay que producir esa luz.
-¿Por qué, cree, existe oposición ciudadana a los proyectos de inversión?
-Hay mucha gente que piensa que es bueno no tener más energía, pero eso es falta de educación. Las personas han conseguido autos, buena ropa, pero les falta el mecanismo mental para darse cuenta de que hay que trabajar para obtener esas cosas, eso es falta de educación. No debemos perder el lugar de liderazgo que alcanzamos en Latinoamérica.
-¿Está en riesgo ese liderazgo?
-Creo que vamos a llegar a un peak, y vamos a comenzar a bajar. Nadie se va a dar cuenta, pero si alteramos el deseo de crecer, alteramos la apertura de mercado y si dejamos que la gente duerma la siesta y coma dos veces, nos va a ir mal.
Eso yo lo vi en la Corea de los años 78 al 84, ellos estaban alcanzando los US$20 mil de ingresos, pero había gente que agredía a la policía, otros que rogaban que no se hicieran más plantas eléctricas y, de repente, pasaron a los US$38 mil, con lo que pudieron mejorar la educación y ahora la gente está en otra. Lo que me impacta es que Chile está más adelantado que el resto de América y que nos perdamos el vuelo, la posibilidad de ser desarrollados.
Presidenciales con 9 candidatos: "Lo encuentro farandulero"
-¿Cómo está viendo al país a un mes de las elecciones?
-Interesante con 9 candidatos. Lo encuentro un poco farandulero, donde el que promete más es el que le gusta a la gente. Encuentro extraño que el país este así, me indica que los frutos del desarrollo no han llegado al cerebro de un buen lote de personas.
-Pero si uno se fija en los que tienen mayor opción: ¿Bachelet, Matthei, Parisi...?
-Los dos primeros son, de los otros no hablo. Me parece que las dos, teniendo diferencias fundamentales, deberán evaluar bien qué es lo que cambian y qué es lo que hacen, porque este país ya se lanzó hacia un lado y es peligroso abortar. Creo que Bachelet tiene experiencia de gobierno, sabe que una cosa es ser elegida y otra cosa es gobernar. Sobre la gente que está a su lado, ella siempre ha separado a los locos y ha dejado a los inteligentes y capaces. Evelyn Matthei es una mujer muy capaz.
-¿Cree que ambas tienen posibilidades?
-Es la impresión que me da a mí, pero de repente converso con gente que trabaja aquí y me dicen: esa señora de trenzas (Roxana Miranda) tiene toda la razón. ¿Y en qué? Y me responde: en que hay que meter preso a todos los jueces, porque mire como mataron a un chiquillo y los carabineros no llegaron.
-Bachelet sí ha dado algunos mensajes: reforma tributaria, fin del FUT.
-Son declaraciones potentes que nos tienen que hacer pensar, porque no sé si se van a hacer. El país está creciendo tanto que una vez arriba del caballo, las cosas hay que repensarlas de nuevo. Y no digo que sea malo aumentar los impuestos, o variarlos, pero mirar es una cosa y hacer es otra. Nosotros acá nos pasamos mirando, hacemos cuadros de análisis de minas y de repente nos damos cuenta de que hay algunos re entretenidos pero que no resultan, hay que ir a Marte para hacerlo. Yo tengo fe en la sensatez de los probables gobernantes de Chile. Fe en que saben en el país en que están.
-No teme que gane Bachelet.
-No temo que gane nadie, porque es lo que el país quiere. Los que tienen posibilidades me parecen sensatos, y me parece que una vez que lleguen al gobierno vamos a saber cómo son.
-Pero si se efectuara la reforma tributaria anunciada por Bachelet, ¿afectaría?
-Sí, pero no a las empresas grandes, afectaría a las chicas. Se habla mucho de los chicos, pero parece que al gobierno le importan los grandes, porque a los grandes no creo que les impacte tanto.
-Usted una vez dijo que en los gobiernos de la Concertación las reglas estaban más claras, ¿sigue creyendo eso?
-No sé cómo será el gobierno de la Bachelet, si es que hubiera. Lo que sí puedo decir es que a mí me impacta la solidez de Evelyn Matthei, es más profunda que la de otros presidentes que hemos tenido, es una fuerza nueva. Bachelet es conocida, es una mujer agradable, simpática, que forma sus equipos los que han tendido a ser de gente que ha estudiado. Evelyn creo que nos puede dar una sorpresa enorme si sale, de un gobierno aún más avanzado de lo que hemos tenido.
-Usted votará por ella.
-No hay duda que votaré por ella, votaré por la mejor.
-Pero respecto al gobierno de Piñera, ¿sigue creyendo que las reglas estaban más claras durante la Concertación?
-Fue un gobierno que nos exigió mucho. Fue un buen gobierno que hizo crecer el país, aunque tal vez pudo haber crecido más. Pero nadie podría decir que es un mal gobierno. Ahora, si yo tuviera que hacer una crítica al Presidente, diría que es su personalidad. El no es la señora Bachelet cuya ventaja es su personalidad.

por:  José Tomás Santa María y Hernán Vargas

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