2013/10/07

Argentina afronta elecciones clave en medio de crecientes divisiones dentro del peronismo

Argentina afronta elecciones clave en medio de crecientes divisiones dentro del peronismoLos candidatos del gobierno sufrieron serias derrotas en las principales provincias del país en las primarias de agosto.

Por Macarena Delpino



El 27 de octubre en Argentina se llevarán a cabo elecciones legislativas que serán clave para el escenario político, ya que el esquema de poder que se ha mantenido desde 2003, el dominio del kirchnerismo a nivel nacional, expone en estos comicios las mayores fisuras y se prevé un reacomodo de posiciones entre los principales actores del entorno político local.

Más de 30 millones de argentinos están convocados a las urnas para renovar 129 de las 257 posiciones de la Cámara de Diputados, y 38 de los 72 escaños del Senado.

Actualmente, el oficialismo tiene mayoría en ambas, pero podría perderla, ya que en estos comicios el kirchnerismo arriesga 47 diputados y 15 senadores. 

Las “PASO”


Previo a los comicios de octubre, en Argentina se celebraron en agosto por primera vez elecciones primarias. Estas Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, o “PASO” como fueron denominadas en el país trasandino, ofrecieron luces sobre los posibles resultados de octubre, ya que si bien fueron concebidas para que los partidos políticos elijan a sus candidatos para las elecciones legislativas, en la práctica se han entendido como una encuesta. 

Los resultados de las PASO evidenciaron un quiebre significativo dentro del peronismo. En la provincia de Buenos Aires la mayoría de los votos (44,9%) fueron obtenidos por el representante del Partido Renovador e intendente de Tigre, Sergio Massa, quien es opositor al kirchnerismo y se presenta hoy como una carta fuerte para las próximas elecciones presidenciales, dejando en segundo lugar al candidato de la presidenta Cristina Fernández, Martín Insaurralde con el 31,8% de las preferencias.

Los candidatos del oficialismo también fueron derrotados en las provincias de Santa Fé, Córdoba y Mendoza, entre otras.

Sanción ciudadana


Argentina no presenta el mejor escenario económico. La creciente inflación, el elevado riesgo de estancamiento económico y la desconfianza, sumado al autoritarismo del gobierno nacional, ha sido sancionado por la ciudadanía. 

El descontento comenzó a manifestarse en los primeros “cacerolazos” a fines del año pasado, y se plasmó en las urnas. Ahora, los observadores creen que probablemente volverá a impactar en los comicios de octubre.

Si los resultados de las PASO se mantienen para las elecciones del 27, es claro que el kirchnerismo encontrará serias dificultades para consolidar su proyecto de cara a las elecciones presidenciales de 2015.

Ciertos proyectos clave para perpetuar y fortalecer su esquema de poder, como la reforma a la Constitución Nacional, se toparán con fuertes obstrucciones legislativas. Se agrega el hecho de que el kirchnerismo ha perdido el liderazgo dentro del peronismo. 

En el interior de esta fuerza nacional ya ha comenzado la lucha por la sucesión de la presidenta, y los indicios apuntan a que la balanza no se carga hacia las preferencias de Cristina Fernández y sus afines. 

De este modo, la prepotencia kirchnerista se enfrenta a un posible fin de ciclo en un escenario aún dominado por el peronismo.

Tarea sucia


La mayor interrogante que los economistas y analistas políticos pretenden dilucidar es quién asumirá el costo de hacer la “tarea sucia” de reordenar una economía en tan malas condiciones como la que se vive al otro lado de la cordillera.

Argentina en este momento presenta una elevada inflación, la que subiría a 26% este año y a 28% el 2014, según consignaron algunas entidades financieras.

A eso se suma una pérdida acelerada de reservas y la caída en el valor de la moneda. Para el próximo año se proyecta que las reservas caigan US$ 26.000 millones desde los US$ 36.290 millones que registran actualmente, y un dólar oficial a 8,60 pesos argentinos. 

A eso se suma un creciente nivel de gasto público que alimenta el déficit fiscal, el incremento de la deuda interna y la desaceleración de la actividad.

Con todo lo anterior, los analistas privados apuestan a que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se desacelerará a una tasa de sólo 1,4% el próximo año, muy lejos del ritmo de cerca de 9% que registraba a comienzos de la década pasada, cuando comenzó la era del kirchnerismo en Argentina.
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