Por Constanza Morales H.
Después de 17 años, todo indica que el gobierno de EEUU volverá a sufrir una paralización o “shutdown” a partir de la medianoche de este lunes debido a las disputas ideológicas en el Congreso.
Los recursos disponibles para el funcionamiento de las agencias estatales se agotarán el 30 de septiembre, lo que obligaría al cierre de los servicios no esenciales. Para evitar este riesgo, la Cámara de Representantes aprobó hace una semana una iniciativa que financiaría las oficinas públicas hasta diciembre. Sin embargo, el proyecto impulsado por la mayoría republicana reducía los recursos para la reforma de salud del presidente Obama (conocida como Obamacare) que comenzará a regir ese mismo día. Y eso es algo que los legisladores oficialistas no están dispuestos a transar.
Esta semana fue el turno del Senado de revisar la propuesta, y los demócratas que dominan en la cámara alta con toda seguridad eliminarán los recortes a Obamacare. Se espera que el Senado apruebe el proyecto revisado mañana, para luego devolverlo a la Cámara de Representantes.
Así, esta instancia tendría sólo 48 horas para autorizar la versión del Senado o realizarle modificaciones. Si optan por esta última alternativa, lo que es lo más probable, la medida requerirá otro voto por parte del Senado. Pero, debido al escaso tiempo, esto no será posible, lo que virtualmente garantizaría el cierre del gobierno.
Algunos legisladores han expresado su inquietud sobre una paralización federal. El representante demócrata Steny Hoyer aseguró que “este es el mayor riesgo que he visto, porque veo la menor voluntad para hacer lo que es absolutamente esencial en democracia y eso es trabajar juntos”.
Chris Krueger, analista de Guggenheim Partners, comentó a Reuters que existe una probabilidad de 40% de que el Congreso no logre un acuerdo sobre el financiamiento federal. Si ese escenario se materializa, diversas secciones del aparato estatal dejarán de funcionar a partir de la madrugada del martes (ver infografía).
Consecuencias para la economía
El cierre de las áreas no esenciales del gobierno tendrá un impacto sobre la primera economía del mundo.
La oficina presupuestaria de la Casa Blanca estimó que el costo de los 26 días en que el Estado cesó sus funciones entre fines de 1995 y comienzos de 1996 fue de US$ 1.400 millones, de acuerdo a un informe publicado en agosto por el Servicio de Investigación del Congreso. Esa cifra equivale hoy a casi US$ 2.100 millones.
La Oficina de Presupuesto del Congreso calculó que esta paralización le restó cerca de medio punto porcentual al PIB del cuarto trimestre de 1995.
Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, proyectó que un cierre de pocos días podría costarle a la economía esta vez 0,2 punto porcentual del crecimiento anualizado entre octubre y diciembre. Si la suspensión de las actividades gubernamentales se extiende por tres o cuatro semanas, podría haber una reducción de 1,4 punto porcentual del PIB.
En un testimonio frente al Congreso, Zandi declaró que en esta oportunidad el golpe será mayor por dos razones. La primera se relaciona con el momento en que se produce. En 1995 comenzó en la segunda mitad del trimestre. Pero ahora se iniciaría al comienzo de un nuevo trimestre. El segundo aspecto tiene que ver con el estado de la economía, ya que ésta “se encuentra mucho más frágil hoy que en 1995-1996, cuando la economía estaba al borde del auge tecnológico”, explicó.
PIB del segundo trimestre
En tanto, el Departamento del Comercio informó ayer que el país creció a una tasa anualizada de 2,5% entre abril y junio, cifra que no varió respecto del cálculo anterior. El dato estuvo por debajo de las expectativas de los analistas encuestados por Bloomberg, que en promedio esperaban una corrección al alza de una décima.
Después de 17 años, todo indica que el gobierno de EEUU volverá a sufrir una paralización o “shutdown” a partir de la medianoche de este lunes debido a las disputas ideológicas en el Congreso.
Los recursos disponibles para el funcionamiento de las agencias estatales se agotarán el 30 de septiembre, lo que obligaría al cierre de los servicios no esenciales. Para evitar este riesgo, la Cámara de Representantes aprobó hace una semana una iniciativa que financiaría las oficinas públicas hasta diciembre. Sin embargo, el proyecto impulsado por la mayoría republicana reducía los recursos para la reforma de salud del presidente Obama (conocida como Obamacare) que comenzará a regir ese mismo día. Y eso es algo que los legisladores oficialistas no están dispuestos a transar.
Esta semana fue el turno del Senado de revisar la propuesta, y los demócratas que dominan en la cámara alta con toda seguridad eliminarán los recortes a Obamacare. Se espera que el Senado apruebe el proyecto revisado mañana, para luego devolverlo a la Cámara de Representantes.
Así, esta instancia tendría sólo 48 horas para autorizar la versión del Senado o realizarle modificaciones. Si optan por esta última alternativa, lo que es lo más probable, la medida requerirá otro voto por parte del Senado. Pero, debido al escaso tiempo, esto no será posible, lo que virtualmente garantizaría el cierre del gobierno.
Algunos legisladores han expresado su inquietud sobre una paralización federal. El representante demócrata Steny Hoyer aseguró que “este es el mayor riesgo que he visto, porque veo la menor voluntad para hacer lo que es absolutamente esencial en democracia y eso es trabajar juntos”.
Chris Krueger, analista de Guggenheim Partners, comentó a Reuters que existe una probabilidad de 40% de que el Congreso no logre un acuerdo sobre el financiamiento federal. Si ese escenario se materializa, diversas secciones del aparato estatal dejarán de funcionar a partir de la madrugada del martes (ver infografía).
Consecuencias para la economía
El cierre de las áreas no esenciales del gobierno tendrá un impacto sobre la primera economía del mundo.
La oficina presupuestaria de la Casa Blanca estimó que el costo de los 26 días en que el Estado cesó sus funciones entre fines de 1995 y comienzos de 1996 fue de US$ 1.400 millones, de acuerdo a un informe publicado en agosto por el Servicio de Investigación del Congreso. Esa cifra equivale hoy a casi US$ 2.100 millones.
La Oficina de Presupuesto del Congreso calculó que esta paralización le restó cerca de medio punto porcentual al PIB del cuarto trimestre de 1995.
Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, proyectó que un cierre de pocos días podría costarle a la economía esta vez 0,2 punto porcentual del crecimiento anualizado entre octubre y diciembre. Si la suspensión de las actividades gubernamentales se extiende por tres o cuatro semanas, podría haber una reducción de 1,4 punto porcentual del PIB.
En un testimonio frente al Congreso, Zandi declaró que en esta oportunidad el golpe será mayor por dos razones. La primera se relaciona con el momento en que se produce. En 1995 comenzó en la segunda mitad del trimestre. Pero ahora se iniciaría al comienzo de un nuevo trimestre. El segundo aspecto tiene que ver con el estado de la economía, ya que ésta “se encuentra mucho más frágil hoy que en 1995-1996, cuando la economía estaba al borde del auge tecnológico”, explicó.
PIB del segundo trimestre
En tanto, el Departamento del Comercio informó ayer que el país creció a una tasa anualizada de 2,5% entre abril y junio, cifra que no varió respecto del cálculo anterior. El dato estuvo por debajo de las expectativas de los analistas encuestados por Bloomberg, que en promedio esperaban una corrección al alza de una décima.
El "shutdown" del gobierno federal de EEUU
Qué es: El cierre gubernamental ocurre cuando el Congreso no logra aprobar una ley para financiar el aparato estatal.
Cuántos se han producido: Desde que comenzó a regir el proceso moderno de presupuesto del poder legislativo estadounidense en 1976, ha habido 17 paralizaciones. El presidente con la mayor cantidad de suspensiones fue Ronald Reagan, con ocho.
El último: La interrupción más reciente sucedió entre 1995 y 1996. La primera fase se dio en noviembre de 1995 y duró sólo cinco días. La segunda se produjo entre diciembre de ese año y enero del siguiente, extendiéndose por 21 días.
Cuántos se han producido: Desde que comenzó a regir el proceso moderno de presupuesto del poder legislativo estadounidense en 1976, ha habido 17 paralizaciones. El presidente con la mayor cantidad de suspensiones fue Ronald Reagan, con ocho.
El último: La interrupción más reciente sucedió entre 1995 y 1996. La primera fase se dio en noviembre de 1995 y duró sólo cinco días. La segunda se produjo entre diciembre de ese año y enero del siguiente, extendiéndose por 21 días.
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